Matrimonio Forzado romance Capítulo 56

Kalil.

El corazón me late recio, cabalga desbocado chocando contra mi pecho sin piedad alguna. Envía señales a todo mi cuerpo haciéndole vibrar, entonces no sé si es más fuerte la emoción o el miedo que me tienen agitado, pero estoy seguro de que ahora mismo ningún sentimiento coordina en mí.

No puedo controlar el temblor que se me ha impregnado desde hace un tiempo en que la vi, aquel momento en que la realidad llegó a mi conciencia estremeciéndome de forma abrupta, para que reconociera que era ella.

Pareciera que el cielo hubiese escuchado mi plegaria, una plegaria que hacía un vagabundo corazón muriendo cada día. Sin embargo, la vida puede cambiar en cuestión de segundos, y la mía se llama Saravi.

Han pasado al menos diez minutos desde que ella perdió el conocimiento. Minutos largos y tensos, muy tensos. Ella había caído en mis brazos y sin pensarlo yo la traje a esta habitación.

«Nuestra habitación.»

El médico la examinaba exhaustivamente, preguntaba cosas y algunos contestan palabras cortas ante el incómodo momento. Ahora mismo estaba mi familia aquí, junto al rey de Yomal quien no se despegaba del extremo de la cama ni por un segundo.

Su presencia era lo que tenía mis nervios al límite, él no quitaba la mirada de Saravi, su cuerpo también en tensión, solo contestaba las preguntas del médico haciendo más angustiante mi situación. Simplemente no podía mirarla, ella no era suya, él no podía pensar que ella le pertenecía, yo jamás lo permitiría.

Me hice a un extremo de la habitación mientras permanecía en silencio, era necesario hacerlo porque no era el momento de arrebatos, necesitaba que ella estuviera bien y que pudiera despertar, necesitaba saber que había pasado y sobre todo el por qué me miraba como si no me conociera.

—¿Entonces ha tenido estos episodios antes? —pregunta el médico en dirección de Omer Bozkurt.

—Desde hace unos días han sido más frecuentes.

Basim me observa lentamente, Hanna solo queda atenta a la escena que se desarrolla. Por supuesto mi madre no está aquí, ni Alinna. Ellas simplemente no pueden entender cómo esto puede ocurrir.

—¿Por qué no recuerda nada? —pregunta Kader luego de una larga pausa. Entonces alzó mis ojos en dirección de su voz y este se ha acercado a Omer.

Bozkurt duda en responder girando en todas las direcciones, pero en definitiva ignora a mi hermano y le habla directamente al médico:

—¿Puede ella viajar en cuanto se levante?

¡¿Qué?!

Me tenso de inmediato y en solo unos pasos largos, llego a donde esta Kader y lo aparto de su lugar para posicionarme frente a Bozkurt.

—¿De qué habla? Ella no saldrá de aquí. ¿Acaso no ha entendido?

El hombre me mira desafiante, puedo sentir la rivalidad con la que se dirige a mí, estoy convencido de que lo único que lo frena es que ahora a mismo se encuentra en mi reino y que no tiene mucha oportunidad.

—Me llevaré a Nahid en cuanto esté mejor, no dude de eso —dice por fin en tono amenazante.

Con todo el propósito suelto una risa de ironía, mientras el hombre no se inmuta ni se aparta de mi frente, entonces me acerco tanto a él que siento unas inmensas ganas por empujarlo y dejarle las cosas claras.

—¡Escuchen! —Exclama el médico llamando nuestra atención—. ¡Por favor! Majestad… es mejor que dejemos a la señorita sola en la habitación….

—No la dejaré sola —digo de inmediato.

—Majestad, yo acabo de darle algo para dormir. Quiero explicarles algo, pero por favor, salgamos de la habitación.

Un silencio se instala entre Bozkurt y yo, hasta que de repente recuerdo que esta es mi habitación y cierto alivio me arropa al instante.

—Está bien…

Después de mis palabras el médico comienza hacernos señas con las manos, y todos comienzan a salir de la habitación, Omer por el contrario se acerca hasta ella tocando su mejilla, diciéndole en susurro:

—Nunca voy a dejarte.

El hombre pasa por mi lado mientras sus palabras causan estragos profundos en mi cuerpo. Es indescriptible mi sentir, es como si mi cuerpo agonizara al saber que alguien más tiene su atención en Saravi, es como si dentro de mí se quemara la piel y me la arrancarán de inmediato.

No puedo frenar este sentimiento de celos que me consume, es demasiado para soportarlo por mucho tiempo.

Justo cuando llegamos a una sala, Kader me informa que va a donde mi madre para tratar de explicar a ella y Alinna la situación. Entonces cuando él sale, Fais entra creando cierto alivio con su presencia. Su mano se posa en mi hombro mientras Basim y Hanna le muestran al médico un asiento y mandan a servirle una copa.

Por supuesto Bozkurt sigue en pie, sin hacer caso a ninguno de nosotros, él parece solo quedarse para escuchar lo que el doctor tiene para decir.

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