-Sí.-
-Entonces, le pedo a Luisa que corte un poco más.- Después de que Margarita decía, llamaba a Luisa.
Fernanda miraba el plato de frutas frente a ella, -¿No comen las frutas?-
Ella era la única que estaba comiendo.
-Comes.- decía Margarita, -Puedes comer más si quieres.-
A Manuel no le gustaba comer frutas, en cuanto a Mariana, a Margarita no le interesaba. En su opinión, Mariana y Manuel todavía eran muy jóvenes, ¡no sabía si dos personas podían casarse!
Además, Margarita todavía estaba enojada por el acoso de Manuel a Fernanda.
Casi lo olvidaba, pero cuando aparecía Fernanda, volvía a recordarlo.
Entonces, no quería hablar con Manuel y su novia.
Mariana se sentaba a un lado y no podía creerlo, era la primera vez que venía aquí, inesperadamente, la abuela de Manuel no le prestaba mucha atención y se centraba en Fernanda.
Después de comer suficiente fruta, Fernanda decía, -Le doy a Isidro.-
-¡Está bien, vete!- Margarita estaba muy satisfecha de que Fernanda podía pensar en Isidro todo el tiempo.
No tenía grandes exigencias para Isidro, poder encontrar una esposa que se preocupaba por él en cualquier momento era suficiente.
Después de Fernanda se iba, Margarita miraba a Mariana, -Comes.-
¿A quién le interesaba comer el resto de Fernanda?
Mariana sonreía, -Estoy llena, gracias.-
Margarita tampoco se preocupaba por ellos y seguía ocupando.
Mariana no podía contenerse más y le preguntaba a Manuel, -¿Fernanda ha venido aquí antes?-
Victoria decía, -¿Por qué me estás mirando? ¡Es por ti! No sabes cuánto se preocupan nuestros padres por ti. No puedes rendirte, ¿lo entiendes?-
-Fuera.- Isidro finalmente decía una palabra con frialdad.
-¡Isidro!- Victoria quería seguía persuadiéndolo, -Tienes que aprender a afrontar positivamente este asunto, si no aprendes a afrontarlo, nunca te pondrás mejor. ¿Sabes por qué se fue Rocío? ¡Solo por saber que no eres capaz de tener hijos! Fernanda aún no lo sabe, si supiera…-
-Fuera.- Isidro la miraba con seriedad. Victoria estaba desconcertada, después de todo, todavía le tenía un poco de miedo y le decía, -¡Vale, me voy!-
Hablando durante mucho tiempo, pero Isidro no escucharlo.
Además, para los hombres, ¿cuántas personas estaban dispuestas a admitir que no eran capaz de tener hijos?
Victoria salía de la habitación y se encontraba con Fernanda.
Fernanda saludaba a Victoria poniendo la fruta, -Hola, Victoria.-
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