A saberlo antes, le habría dado más bocados antes de que Isidro se acordara.
-¿Eres una niña? Tú eres la que va a sufrir después de comer demasiado.- Le frotó la cabeza para consolarla y le dijo a Luisa, -Guárdaselo.-
-Está bien.- Luisa se apresuró a guardar el helado.
Fernanda miró a Isidro muy resentida, era un sufrimiento la sensación de poder verlo, pero no poder comerlo.
Isidro la miró con esa pinta y no pudo evitar reír, -Aquí hay más postres.-
Afortunadamente, los postres no estaban frías.
Fernanda tomó una cuchara de las manos de Isidro y se comió el postre delicioso que le hizo Luisa.
Era tan dulce que sintió felicidad.
¡Madre mía, se sentía tan feliz!
Pedro entró desde afuera y miró la escena que tenía frente a él: Fernanda estaba comiendo, Isidro la miraba desde un lado con una mirada muy amorosa.
Pedro había pensado que Isidro acudió a Fernanda para contárselo.
Ahora resultó que…
¿Por qué su señor Isidro estaba tan fascinado por la zorra Fernanda?
¡Incluso olvidándose de todos los asuntos importantes!
Cuando se acercó, Fernanda lo vio y lo saludó cortésmente, -Señor Pedro.-
Pedro miró a Fernanda, no habló, solo miraba a Isidro, -Señor Isidro.-
-¡Hablaremos de eso más tarde!- Isidro sabía lo que quería decir.
Pedro tuvo que ponerse a un lado, con los ojos fijos en Fernanda.
Al ver que Fernanda solo prestaba atención a la comida, no pudo evitar burlarse de que Fernanda estaba muy calmada, “¿no habrá pensado que el señor Isidro todavía no se ha enterado de sus asuntos?”.
Le mintió diciendo que no conocía a Manuel.
Pedro se quedó sorprendido por un momento, luego miró a Fernanda, -¿Pasa algo?-
Fernanda sonrió, -¿Hice algo mal?-
Desde el momento en que Pedro apareció hoy, Fernanda sintió que algo andaba mal, saludó a Pedro, pero él no le devolvió el saludo.
Supuso que había hecho algo mal que molestó a Pedro, por lo que quiso preguntar.
Después de todo, Pedro era bueno con ella y Fernanda no quería ofender a los demás sin ninguna razón.
Pedro miró su mirada inocente, y pensó que era muy buena actuando.
Miró a Fernanda, -¿Recuerdas lo que te dije cuando recién llegaste?-
-Sí.- Aunque dijo muchas cosas, pero Fernanda se acordaba de la mayoría de ellos. Entonces miró a Pedro, -¿Qué pasa?-
Pedro dijo solemnemente, -Si te atreves a hacer algo que pueda dañar al señor Isidro, no tendré piedad contigo.-
Fernanda sonrió, -¿Qué daño le hice a Isidro? él es tan bueno conmigo, ¿por qué iba a hacerle daño?-
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