Camila no podía aguantar las lágrimas cuando vio a doña Cambeiro.
—¡Abuela!
—¡Aquí estoy, mi chica! —suspiró doña Cambeiro— Te echo de menos, Camila. Incluso últimamente en mis sueños estaba pensando si pudieras acompañarme más.
Camila se acercó entre los brazos de la señora.
Le dio mucha pena al ver cómo estaba doña Cambeiro ahora. No obstante, había cosas que le impedían acudir directamente.
No lo podía hacer así.
Había problemas entre Lorenzo y ella.
De todas formas, no era adecuado venir a visitarle, por eso no se atrevía.
—Abuela —Camila habló tristemente con los ojos enrojecidos—, ¿por qué él ha hecho eso? ¿Ha tenido algún problema con su salud?
—Camila, —doña Cambeiro suspiró un poco y no tuvo mucho ánimo— en realidad, Lorenzo nunca se encontró muy bien, pero no quería preocupar a la familia, por eso siempre intentaba arreglar todo él solo. Yo también me he enterado hace poco. El doctor no nos da muchas esperanzas ante esta situación, posiblemente… ya no es curable. Solo podemos intentar mantenerlo estable con la pequeña esperanza de que quizá mejore…
Mantenerlo estable.
Camila se quedó de piedra.
—Cómo puede ser…
¿Por qué una persona sana acabó así?
¿Por qué?
¡Creyó que Lorenzo era imbécil ¡Por qué siempre intentaba arreglar todo él solo! ¡Ahora acabó así! ¡De verdad que era idiota!
Pero, aunque le parecía todo eso y más, le dio mucha pena.
—Abuela —Camila sollozó—, ¿entonces nadie se ha dado cuenta de su situación antes?
—Yo…
Camila se fijó a doña Cambeiro y agitó la cabeza subconscientemente.
—No puede ser…
—¡Cómo que no! —doña Cambeiro la miró fijamente— Lo que hacías por Lorenzo antes, ¿realmente crees que yo no lo sabía?
—Yo… —Camila se quedó atónita— Abuela…
¡Cómo podía saberlo la abuela!
Debería tener todo muy oculto, ¡cómo pudo ser que abuela ya se hubiese enterado de todo!
—¡No intentes fingir más! —doña Cambeiro cogió su mano y realmente se sintió resignada— Camila, de verdad, lo habéis pasado muy mal hasta llegar a dónde estáis ahora. Si de verdad no te quisiera, no te haría ningún caso. Lorenzo era muy travieso cuando era pequeño. Pero cuando se enamoraba de alguien, eso no cambiaba. Una persona así, ¿cómo puedes tomarlo en serio cuando dice que ya no te quiere? ¿Acaso no has visto las cosas que hace por ti? Ahora que lo está pasando mal, lo que necesita más es que estés a su lado. Tú eres su vida. Si te vas ahora, ¡a lo mejor realmente él pierde la vida!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Esposa Astuta