¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 33

— ¿De verdad? ¿Entonces su novia se está jactando de su relación a propósito? Eso explicaría por qué dejó una marca en una zona tan obvia como el cuello.  

— ¡Sí! Eso significa que el presidente Palomares es un hombre candente. Me pregunto cómo sería estar en la cama con él.  

—Espera, ¿quién en nuestra compañía podría meterse con él? 

—Creo que Anastasia tiene una buena oportunidad. Ella es hermosa, claramente, pero también ha evitado ser despedida a pesar de los problemas que ha causado. No creería que en ese sentido se hubiera involucrado con el presidente Palomares. Tú sabes que despidió al señor Lomelí el otro día, ¿verdad? Y eso que eso que el señor Lomelí sólo cometió un pequeño error.  

— ¿Será que ese moretón habrá sido de Anastasia y no de su novia? ¿Y si lo hizo para retar a la novia del presidente Palomares?  

Las tres empleadas dejaron volar su imaginación, como si fueran escritoras de novelas de detectives. Dentro del cubículo, la expresión de Helen siguió cambiando. Ya había sospechado que la marca en el cuello de Elías no era por una reacción alérgica, sino por algo tan inesperado como un moretón. La novia de la que hablaban debía ser la misma Helen, pero eso no tenía nada que ver con ella. Si no fue ella, entonces fue obra de otra mujer.  

«¿Quién estuvo con él anoche? ¿En verdad fue Anastasia?» 

Helen estaba tan celosa que su tono de piel parecía estar verde del agobio. Si no fue Anastasia, entonces ¿quién? ¿Había otra mujer con Elías con la que fuese tan íntimo? No importa quién fuese, Helen la quería lejos. Elías sólo era de ella y de nadie más que ella. Regresó a la oficina para ver a Ray sentado sin señal de Elías.  

— ¿Dónde está Elías?  

—Mis disculpas, señorita Sarabia. El presidente Palomares tenía que atender otros asuntos en la oficina principal, por lo que me pidió que la llevara a casa. —Ray dijo con cortesía.  

El corazón de Helen se llenó de una gran decepción. Aunque Elías cumplía sus caprichos materiales, él nunca había sido íntimo con ella. Era como si fueran cercanos y al mismo tiempo distantes. Ella no quería compensaciones materiales, ella deseaba ser su todo, ser su señora de Palomares.  

—Llegué aquí por mi cuenta. Ray, ¿Elías trabajó horas extras anoche? —preguntó ella con curiosidad.  

Ray asintió.  

— ¡Sí! El presidente Palomares ha estado trabajando horas extras estos días.  

Helen apretó los labios.  

—Entonces, dile que descanse más seguido y que no trabaje demasiado.  

—Es una réplica de gran calidad. Fue difícil para mí comprarlo.—Helen mintió.  

Érica procedió a tocar el material de fábrica.  

—Este material es excelente. ¡Es como si fuese real! ¿Dónde lo conseguiste? Yo también quiero uno.  

—Era el único que tenían disponible.—Dicho esto, Helen cambió de tema—. ¿Cómo has estado tú?  

—Esa maldita de Anastasia arruinó mi familia. Mi papá ya no pasa tanto tiempo en casa, como si escogiera ir con ella cada vez que tiene tiempo. Incluso estuvo con ella hasta más de las 10 de la noche y es como si regresara temprano por la mañana.  

— ¿Por qué?—Helen preguntó con curiosidad.  

—Anastasia dijo que tenía que trabajar horas extras, por lo que pidió a mi papa que cuidara a su hijo. Creo que sólo le pide que lo haga para que ella vaya a divertirse.  

Helen escuchó su cabeza zumbar. Ray dijo que Elías estaba trabajando horas extras anoche en la compañía y Anastasia también estuvo trabajando extra en el mismo lugar y tiempo. ¿Será que las coincidencias existen?  

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