¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 94

En ese momento, Anastasia escuchó el sonido de una notificación. Ella se puso tensa por ese motivo, por lo que fue a sentarse en el sofá y sacó su celular para leer el nuevo mensaje, el cual venía con un tono amenazante. 

«Anastasia, más vale que actúes como si nada haya pasado esta noche o sufrirás de las consecuencias. Te lo estoy advirtiendo». 

«¡Piensa en tu hijo!». El segundo mensaje fue incluso más confuso y el odio emanó desde lo más profundo de los ojos de Anastasia. 

«¡Entonces este es el sinvergüenza que me engaño!». 

—¿Dónde está ese maldito? —le pregunto al hombre. 

—Es probable que esté camino a la estación de policías. 

Anastasia caminó hacia la cama y llamó a la recepción para preguntarle a la persona ahí cuando contestó: 

—¿Ya mandaron a ese desgraciado a la estación de policía? 

—Señorita, usted es la víctima de hace unos momentos, ¿no es cierto? La policía está en camino en este preciso instante, nuestros guardias de seguridad están manteniendo al hombre bajo control. 

—¿Dónde se ubica la sala de seguridad? —preguntó Anastasia. 

—En el tercer piso. 

Ella colgó y se dio la vuelta para ver al hombre. 

—¿Quién te dio permiso para irte? —Elías no tenía la más mínima intención de dejar que él se escapara con tanta facilidad. Anastasia se dio la vuelta para verlo y recordó la amenaza que ese maldito le mandó, por lo que caminó en dirección de Elías y le dijo: 

—Ya solo deja que él se esfume. 

—Anastasia, ¿tienes idea de las cosas que te hubieran ocurrido si yo no hubiera venido volando hasta aquí? —Una terrible imagen se dibujó en el apuesto rostro de Elías y su mirada era fría y tan afilada como navajas cuando la volteó a ver. Ella, por supuesto, estaba consciente de eso. 

«Yo soy la víctima, ¿cómo no podría saberlo?». Sin embargo, lo que ella más quería era proteger a su hijo, por lo que no quería que ese desgraciado de hace cinco años apareciera en frente de su hijo y que destruyera su mundo de paz. «Este viejo pervertido es solo parte del trueque». 

—Elías, este es un asunto que me concierne a mí, por lo que tengo el derecho de tomar las decisiones. —Con eso, ella se puso en frente de él y alejó su pierna con un empujón. Brandon sudaba como cerdo por el miedo debajo del hombre y se retorció mientras que huía por la puerta. La verdad era que fue una noche muy desafortunada para él por haberse topado con Elías, de todas las personas del mundo; en realidad, él casi moría. Anastasia observó cómo ese viejo pervertido se iba y luego volteó para hablar con el hombre con el rostro apuesto, pero turbio—. Hay que volver. 

Ella estaba a punto de irse, pero el hombre la tomó de la mano; podía sentir la furia del hombre y él la forzó contra la pared del elevador tan pronto como las puertas se abrieron. Ella sentía el enojo en su respiración que chocaba en su cara cuando sus rostros se encontraron y sus narices casi tocaban. 

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