Beatriz
Paso una mano por mi rostro mientras trato de limpiar las lágrimas que siguen cayendo por mi rostro sin control alguno. Mis manos tiemblan mientras me siento mucho más infeliz ahora que sé que estoy sola, absolutamente sola.
Después de como me trataron mis padres incluso viéndome así fueron lo que necesitaba para darme cuenta de una vez y por todas que debo olvidarme de encontrar su perdón. Miro hacia la ventana del auto sin saber exactamente cómo sentirme. La mano de Lucas toca mi mejilla, limpia las lágrimas ahí antes de dar un pequeño pellizco a mi piel tratando de consolarme.
—Deja de pensar Beatriz — me pide — estamos bien ahora.
Lo miro, él sigue con los ojos en la carretera, pero yo no puedo dejar de mirarlo, se siente como mi ángel de la guardia. Estoy más que segura de qué Dios lo puso en mi camino porque sabía que lo necesitaba, que mis padres son los que pecaron y que yo solo fui una víctima de un mentiroso como Ben.
—Lamento que me vieras así — admito tocando mi vientre — me asusté por un segundo y no sabía a quién llamar por eso yo…
—te dije que podías llamarme cuando quisieras — sonrío — cuando lo necesitaras.
—Lo sé, pero mis padres se portaron de esa forma tan cruel — niego — te juro que son mejores que esto, al menos lo eran antes de que yo… — mi voz se rompe — antes de que yo hiciera algo tan tonto como defraudarlos.
No puedo dejar de llorar una vez más, el hombre a mi lado maldice antes de salirse de la carreta y estaciona el auto un segundo después Sale de este para rodearlo. Desata el cinturón de seguridad que me rodea para luego llevarme a la parte delantera del auto.
Limpia mis lágrimas con sus dedos, peina mi cabello mientras lloro desconsolada. Lucas me lleva hasta su pecho, acaricia ligeramente mi espalda hasta que me siento más calmada y después de un momento me hace alzar los ojos hasta él.
—No quiero que llores más — me pide — no quiero que te sientas tan triste solo porque tus padres son unos cabezas dura — sonríe ligeramente — veraz que todo será mejor de ahora en adelante, quizás en algún momento ellos mismos se den cuenta de su error.
—No creo que las cosas vayan a ser mejor.
Digo con sinceridad, me aparto de él para peinar mi cabello mientras prefiero no mirarlo a la cara porque estoy avergonzada, hasta de esto y sobre todo temerosa de que en algún momento esta relación o lo que sea terminará, él se irá mientras yo me quedaré completamente sola otra vez.
—Todo va a ir a mejor Beatriz — él se acerca desde mi espalda — te prometo que te ayudaré a…
—No — me aparto una vez más — no me prometas más algo como eso, este es un arreglo, algo que va a terminar en algún momento — lo miro herida — y me voy a sentir aún más… Más triste, más sola — niego — creo que estoy tomándote demasiado cariño.
Él me mira durante un minuto, su rostro se queda completamente inexpresivo durante unos minutos y sé que no debería haberle dicho esto, pero es la verdad. Ya estoy demasiado preocupada.
Ya me siento lo suficientemente mal como para seguir sintiéndome bien junto a él. Quizás solo debería irme de aquí, encontrar algún lugar e irme antes de que me duele mucho más dejarlo.
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