Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 60

Al momento de llegar a nuestra casa veo, como Zahira espera afuera a nuestra llegada como siempre lo ha hecho en estos tres años, si ─ya pasaron tres años de aquel trágico día─, ella decidió quedarse aquí a vivir mientras que sus papás y hermano se regresaron a su hogar, su mamá también quería quedarse pero no pudo aunque siempre viene a pasar más tiempo aquí.

Se acerca a mí y me ayuda a cargar a Nahel mientras yo voy por Miriam quien también está dormida.

─Es raro verlos dormidos, ¿corrieron mucho? ─me pregunta mientras entramos con los niños y subimos a su habitación.

─Si, pasó algo en el cementerio y Nahel quedó muy cansado, y Miriam se acaba de dormir en el camino.

─Ya veo, supongo que también debes de estar cansada, si quieres ve a dormir un poco ─me dice con una sonrisa.

─No, estoy bien así, además debes de estudiar, yo cuidaré de él, tranquila ─asiente mientras entramos a la habitación de los niños y los acomodamos para que sigan durmiendo.

Salimos de su habitación y ella se retira a la suya para continuar tomando sus clases mientras que yo me dirijo a la cocina.

Veo que ahí están todas las cocineras concentradas en preparar la comida, ya casi es hora de comer, pero aun así prefiero pasar este poco tiempo en verlo.

Tomo una jarra y la lleno de agua, subo al cuarto con la jarra y dos vasos. Camino derecho a la habitación que está frente a mi y al entrar tengo complicaciones porque la estúpida de Tamara quería agua, pero aun así cuando logro entrar, lo primero que escucho son los pitidos de la máquina.

Dejo el agua en la mesita frente a la cama y cuando me doy vuelta y lo veo de nuevo, no puedo evitar soltar una que otra lágrima, pues verlo ahí acostado sin vida me está matando poco a poco.

Me acerco a él y cuando llego a su lado tomo asiento y agarro su mano, está fría al igual que su cuerpo, por lo general siempre está frió y eso solo me recuerda que en cualquier momento puede morir.

─Rohan, ¿Por qué estas tan estúpido? O sea, tu sabias que hacía lo que fuera por ti y el que dijeras que “no” en el altar valía mierda, porque hubiera vuelto a ti, el enterarme de una supuesta infidelidad también se hubiera ido al caño porque te amo demasiado como para dejarte, pero no, preferiste dejarte morir en lugar de luchar por nuestro amor, esta bien pendejo.

Le reclamo como siempre, es que no lo puedo evitar, verlo ahí postrado en estado de coma es como si estuviera en un ataúd, como si tuviéramos un cuerpo de muerto en nuestra casa.

─Es que no me cabe en la cabeza, pero a pesar de todo, sigues aquí, se que luchas para conocer a tus hijos, ellos siempre vienen sin falta a verte, te leen cuentos, te platican su día y te quieren mucho a pesar de que tu no puedes reaccionar.

Me limpio cualquier lágrima que salió y suspiro profundo, no se que decirle, de verdad no se que hacer.

─Llevas tres años ahí sin reaccionar, tres años que viví sin ti, no sabes cuanto deseo que despiertes para decirte lo mucho que te amo, quiero que despiertes para ir con nuestros hijos a jugar juntos en familia.

Escucho como alguien toca la puerta y por los golpes muy leves se que se trata de mis hijos o de alguno de ellos.

Me levanto a abrir la puerta y efectivamente son ellos, no tienen mucho de haberse despertado, lo noto por sus caritas modorras, les sonrió y los dejó pasar.

A pesar de que todos vivimos juntos y Rohan está aquí en casa, hay días en los que no lo podemos ver ya sea por su limpieza, limpieza del cuarto o porque Rohan reacciono mal a alguna medicina o tratamiento, no me gustaría que mis hijos o incluso yo viera ese tipo de escena.

─Mami, queremos hablar cara a cara con mi papi ─me dice Nahel y yo asiento, así que los subo a ambos a la cama.

─Hola papi, hoy te queremos contar muchas cosas, nos pasaron muchas cosas no tan geniales pero si nos divertimos ─comienza Mirian que tiene una sonrisita.

─No le creas papá, ella nos hizo sufrir a todos, se dejo besar por un niño tonto y ademas se perdió en el cementerio cuando fuimos a visitar a los abuelos, de verdad nos asusto a todos ─Nahel dice con las manos cruzados y con cara de enojado.

—No es verdad papi, él golpeó al niño y yo sólo fui a conocer a mi tío.

—Pues si le pegue pero es que… No tenía por qué besar a mi hermana.

Siguen discutiendo de quién tiene razón y yo sólo sonrió. Se que Rohan estaría de lado de Nahel, después de todo es lo que él haría. Aunque Miriam conseguiría convencer a su papá que ella tiene razón, pues tiene su mismo carácter.

—¡¡MAMÁ!! ¡Se movió, su mano se movió! —gritan y rápidamente me levantó para ver y comprobar lo que dicen.

—¡¡A NO MAMÉS!! —ahora gritó yo al comprobar que movió su mano.

—¡Pero qué modales le enseñas a tus hijos! —escucho una voz detrás de nosotros.

—¡A la madre! —vuelvo a decir asustada. Pero al ver que se trata de mis "suegros" me tapo la boca.

Sólo veo que el señor suspira frustrado mientras que mi suegrita hermosa evita la risa, ambos pasan a la habitación y mis niños corren a saludarlos.

No sabía que vendrían a verlo, se que siempre tratan de estar aquí a un lado de su hijo, pero según yo estaban al otro lado del mundo muy lejos de mi.

Capitulo 59 1

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