Al ver que ella no quería hablar más, Evrie tampoco pudo sacarle mucha información.
Sin embargo, mantuvo la guardia alta en su interior, memorizando meticulosamente el diseño y las rutas del edificio.
Mientras caminaban, Natalia comenzó a explicarle las tareas de su trabajo.
Su misión actual consistía en diseñar esas rutas y la disposición interna, como por ejemplo desde un pasadizo subterráneo en el edificio A podrías llegar a la azotea del edificio C, o incluso al lago detrás de la montaña, aunque las estructuras estaban separadas por kilómetros de distancia.
Esas rutas también debían ser extremadamente secretas, no podían ser conocidas por nadie.
Algo así como los pasadizos secretos de la antigüedad.
Eran proyectos de una complejidad tremenda.
Evrie se asombró ante tal nivel de complejidad.
Pero, al mismo tiempo, empezó a sospechar algo.
Estaba claro que este no era un parque empresarial ordinario. Era muy probable que se llevaran a cabo actividades oscuras desconocidas para el público.
Guardaespaldas, patrullas, perros guardianes, alambradas, interrupciones de señal...
Cuanto más pensaba Evrie, más le crecía el temor.
Quería irse de ese lugar lo antes posible, correr lo más lejos que pudiera, pero sabía que ya no podía salir.
Por ahora, solo le quedaba actuar con cautela y descubrir lo que estaba pasando.
No sabía qué papel jugaba Natalia ahí, pero era evidente que ya no era la compañera amable y generosa de antes.
Evrie respiró profundamente, sintiendo cómo un sudor frío le empapaba las manos.
Al salir del edificio, se mostró extremadamente calmada, haciendo incluso menos preguntas.
Sabía que si Natalia no hablaba por voluntad propia, no conseguiría sacarle nada.
Por la tarde, Natalia recibió una llamada, aparentemente era un asunto urgente, y le permitió a Evrie moverse dentro de un área limitada.
—Familiarízate con el entorno, y recuerda, todo lo que ves es la norma aquí, pero no vayas al parque de al lado, quédate en esta área. —
Evrie no podría haber deseado más estar sin vigilancia y asintió obedientemente.
—Entendido. —
Natalia se fue con su gente.
—¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué te pasó, por qué te han atado de esta manera?—
Evrie se agachó frente al alambre, mirando fijamente a través de la malla.
Su corazón se apretó.
—Agua... agua...—
La chica, quemada por el sol, tenía la voz ronca y los labios agrietados, luciendo completamente aturdida.
Evrie rápidamente abrió la botella de agua mineral que le quedaba, la pasó a través del alambre y la colocó al alcance de la chica.
La chica se apresuró a levantarse, bebiendo ansiosamente la mayor parte del agua antes de colapsar de nuevo sobre el suelo de cemento.
—Eres tú, te recuerdo. La última vez me diste dinero, la amable señorita... ¿cómo terminaste aquí también?—
Los ojos turbios de la chica se fijaron en Evrie, su desesperación parecía haberla sumido en el infierno.
Evrie no tuvo tiempo de responderle, y se apresuró a preguntarle: —¿Dónde estamos, todavía estamos en Brasil?—
La chica esbozó una sonrisa seca y le dijo con voz áspera: —No, ya no estamos en Brasil... aquí es...—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...