Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 225

La súplica de él inmediatamente despertó a Iván Rivera, que estaba en otra jaula.

Iván, mareado de tanta hambre, al ver a Natalia, se lanzó contra los barrotes como lobo al olfatear carne, suplicándole con voz temblorosa.

—Hermana, por favor, dame algo de comer, me muero de hambre, te lo ruego.—

—Está bien.—

Natalia arqueó una ceja y pateó un plato de comida para perros hacia él con un ruido metálico.

—Ahí tienes.—

En el plato había algo oscuro y pegajoso, con un olor nauseabundo, claramente no era comida para humanos.

Iván se retorció con náuseas y casi vomita.

—¿Qué es esto? Es asqueroso, ni los perros lo comerían, ¿verdad?—

—Esa es tu 'comida'.— Natalia lo miró con una sonrisa burlona. —Escuché que no cumpliste con las ventas y tampoco te sometiste al castigo, aquí en Parque LR no mantenemos a los holgazanes, que puedas competir con perros por algo de comida es tu suerte.—

— ¡Por favor, esta suerte de mierda, tómala tú! , Natalia, esto es demasiado.—

Iván no pudo evitar maldecir con furia.

—Todavía tienes energía para insultar, eso significa que no tienes tanta hambre. La noche es larga, y ya que no puedes dormir, será mejor te muevas un poco. Te irás al calabozo de agua.—

—No, hermana, me equivoqué, ¿puedo corregirlo? No me envíes al calabozo, por favor...—

Iván de repente se llenó de miedo, se aferró a los barrotes de la jaula, llorando desconsoladamente.

—Realmente no soy bueno para estafar, me esforcé mucho, pero nadie depositó dinero, hermana, me arrodillo ante ti, por favor, déjame ir, quiero ir a casa, sollozó...—

Natalia le respondió con indiferencia. —Ya te lo dije, paga otros cincuenta mil de la 'tarifa de contaminación de aire' y te dejo ir.—

Iván lloró de forma aún más humillante y dijo. —Mis padres ya te transfirieron dinero tres veces, cien mil y luego otros cien mil, y después cincuenta mil más, los has exprimido completamente, ¿de dónde van a sacar más dinero?—

Natalia soltó una risa fría.

—Que encuentren la manera de ganarlo, pedirlo prestado o suplicar, quiero cada centavo que tengan, es lo que me deben.—

Iván exclamó. —¡Estás loca, completamente loca!—

La mirada de Natalia era gélida.

Zeus asintió en señal de acuerdo.

Natalia no dijo nada y trató de pasar, pero Zeus se interpuso en su camino.

—Oye, he estado cuidando de él, me ha costado tiempo y esfuerzo, deberías darme algo a cambio, ¿no es así?—

—Habla claro.—

—¿Qué tal si pasamos la noche juntos?—

Natalia frunció el ceño, disgustada. —¿Las mujeres de arriba no son suficientes para ti?—

—No es divertido con ellas, están sucias y tengo que tomar precauciones, tu cuerpo es mucho más limpio, jefa Nata.—

Zeus sonrió lascivamente, rodeándola con su brazo y añadió. —Tranquila, en cuanto Evrie llegue y Leandro se canse de ella, solo me ocuparé de ella y te dejaré en paz.—

Natalia se quedó callada...

Natalia encontraba a todos los hombres igual de despreciables.

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