Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 272

—Farel, ¿alguna vez has respetado mis sentimientos?—

—Te respeto, ¿y tú me drogas?—

Olivia apretó los labios, palideciendo un poco—Me gustas, tenía que hacer algo para mantener tu amor.—

—¿Gustar?—Farel rio con frialdad, señalando su propia espalda—¿Sabes en qué se diferencia ella de ti?—

—Ella se preocupa por la sanación de mis heridas, por lo que como y no puedo comer, e incluso, por el bien de mi matrimonio, no se atreve a acercarse a mí.—

—Tú, por otro lado, me emborrachas, me drogas, planeas acostarte conmigo y hasta intentas tener un hijo mío para chantajearme...—

Farel la miró con una ironía helada en su mirada—Eso no es amor, es manipulación.—

El rostro de Olivia se tornó rojo y pálido alternadamente, pero aun así intentó mantener la calma.

—Algún día nos casaríamos y tendríamos hijos, ¿importa si es antes o después?—

—Si es inevitable, ¿por qué la prisa?—

Farel entrecerró los ojos, retándola—Dime, ¿quién tiene prisa, tú o la situación actual de la Familia Da Silva?—

Olivia se quedó sin palabras.

Él había adivinado nuevamente.

Por alguna razón, siempre sentía que Farel veía a través de todo, que no podía ocultarle nada.

En ese momento, Joan llegó apresuradamente.

—Sr. Haro, ¿cómo está usted?—

Farel se sentía muy mal por dentro.

Sosteniendo la última pizca de razón, se apoyó en la pared para levantarse, tambaleándose hacia la salida.

—Volvamos.—

Joan lo siguió rápidamente, era visible la preocupación en su rostro.

Al ver que Farel se iba, Olivia intentó detenerlo agarrando su manga—La droga ya está haciendo efecto, sufrirás si no te quedas conmigo.—

Farel se deshizo fríamente de su mano y se marchó sin mirar atrás.

Berto murmuró para sí—Así que ya sabías que ella estaría aquí hoy, ¿y me incitaste a tener mi fiesta de cumpleaños aquí, no es así, astuto lobezno?—

Farel no negó.

Apoyándose en el asiento trasero, murmuró—Hace días que no la veo.—

¿Por eso aprovechó su fiesta de cumpleaños solo para tener oportunidad de verla?

Berto, en su incredulidad, continuó—Por lo mismo bebiste a propósito esa copa de Olivia, ¿para caer en la trampa y tener una excusa para acercarte a Evrie? ¡Eres un lobezno astuto!—

—...—

Farel colgó.

Berto miró la pantalla apagada, murmurando en desdén.

Valerio se acercó Berto con una botella de licor, curioso—¿Evrie también está aquí?—

—¿Ah sí? ¿Tú la conoces?—

—Claro, somos compañeros de armas que sobrevivimos juntos desde el Triángulo Norte, ¿cómo no voy a conocerla?—Valerio parecía orgulloso—¿Ella tiene problemas? ¿Olivia la está molestando? Tranquilo, déjamela a mí, la cuidaré.—