Evrie se quedó petrificada. —¿Lo hiciste a propósito?
—Sí, a propósito. —Farel lo admitió sin rodeos.
—Para verte, siempre tengo que inventar excusas, ¿ahora hasta para hablarme tienes que esconderte?
Él bajó la mirada hacia ella, sus ojos claros en ese momento eran un abismo insondable.
No quería admitir esos pequeños trucos.
Pensó que con el gemelo de su manga en sus manos, ella podría buscarlo cuando quisiera verlo y mantener su distancia cuando no. Bastaba con una excusa para estar disponible en cualquier momento.
Pero al ver a Evrie tomada de la mano con Valerio, no pudo contenerse.
Aunque fuera una farsa.
Aunque solo estuvieran actuando.
No podía soportarlo.
El deseo de posesión crecía en él, corroía su sensatez y se desbordaba más allá de su control.
Nadie sabía cuánto le importaba.
Cuánto le molestaba.
—Sr. Haro, ya terminamos. —
Evrie se paró frente a él y le habló en voz baja.
—¿Qué importa si terminamos? ¿Tenías que dejarlo tan claro, anunciando tu relación con otro hombre frente a mí? Evrie, sabes que eso me molesta. —
Evrie se mordió el labio, sin hablar.
—Termina con él mañana, vuelve a estar soltera. —Farel se cansó de discutir y le dio una orden.
—No lo haré. —
—¿Qué dijiste? —Farel entrecerró los ojos.
—Dije que no quiero. —
Evrie alzó la cabeza, sus ojos reflejaban una firmeza familiar.
Si no se equivocaba, estaba siendo terca otra vez.
Farel frunció el ceño y dijo en tono grave: —Evrie, no me hagas enojar. Deja a ese hombre, yo me haré cargo de tu seguridad, no necesitas fingir para quedarte en Alnorter. —
—Si pudieras asegurarme por completo, no habrías terminado conmigo. —
Evrie lo miró fijamente y dijo: —En el futuro, ambos brillaremos en nuestros propios campos. Yo estaré bien y tú también. —
Las palabras de Farel se quedaron atascadas en su garganta.
Quería decirle que aún había una oportunidad.
Que una vez que derribara a la Familia Da Silva, la pediría en matrimonio.
Pero el mundo político es como el mar, incierto, y nada se puede dar por sentado hasta el final.
Evrie dejó una última frase: —En el futuro, deja de fumar. —
Dicho esto, se dio la vuelta y se fue.
Farel se quedó bajo el árbol, viendo cómo su silueta desaparecía en la entrada del edificio.
Sacó una cajetilla de cigarrillos del bolsillo, tomó uno y luego lo dejó.
La llama se encendió, y en la oscuridad de la noche, las chispas titilaban.
Allí estaba él, observando en silencio, hasta que la ceniza caía poco a poco, llegando al filtro.
En la oscuridad de la noche, estaba más solo que la luz del cigarrillo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...