Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 284

Valerio se quedó pasmado.

No podía creer que aquel desgraciado tuviera la situación tan clara.

¿Acaso su actuación con Evrie había sido tan mala?

Luego de un rato, Valerio tartamudeó: —¿Có-Cómo te diste cuenta? —

Farel lo miró de arriba abajo con desprecio.

—Porque ella jamás se fijaría en ti. —

Eso sí que dolía.

Él, un galán de metro ochenta y tres, con dinero, guapo y joven, ¿por qué demonios Evrie no podría fijarse en él?

Valerio bufó: —No me menosprecies, hermano. Lo viejo se va y lo nuevo llega, no creas que ella te va a querer para siempre, ególatra. —

—Oh, así que sabes que ella aún me quiere, ¿y tú qué haces aquí, intentando ser el payaso del circo? — replicó Farel con indiferencia.

Valerio se quedó sin palabras.

En ese momento, al otro lado de la calle, la puerta de un carro se abrió y Olivia, que llevaba esperando un buen rato, comenzó a caminar hacia ellos.

Sin decir más, Valerio metió el gemelo en la mano de Farel.

—Toma, lobazo, — le espetó.

Fue un golpe bajo y directo al corazón.

Con unas pocas palabras, había roto todas las defensas de Valerio.

El amor era falso, la relación era falsa, y su ostentación hueca también era falsa.

El sentimiento de Evrie hacia Farel era lo único verdadero.

Ante la calma y la superioridad de Farel, Valerio parecía un mono saltarín.

Estaba furioso.

Al volver al carro, su guapo rostro todavía estaba inflado de cólera, parecía estar a punto de estallar.

—¿Estás bien? ¿Qué han dicho? ¿Te insultó? — preguntó Evrie acercándose a él.

—Pf, dijo cosas que duelen más que insultos, viejo y tóxico. No sé qué le ves. —

Valerio arrancó el carro y salió del aparcamiento.

Evrie se disculpó: —Lo siento, si hubiera sabido no te habría pedido que fueras. —

—Tenía que ser yo el que fuera. — Valerio afirmó con determinación. —Ese viejo zorro es muy astuto, si hubieras ido tú, seguro que te hubiera engañado y quién sabe en qué trampa habrías caído. —

Valerio no paraba de hablar: —Mira, que una chica como tú sufra una desilusión amorosa es normal, pero nunca te quedes colgada de un solo árbol, ni comas pasto regurgitado. Todo eso solo afectará tu vida. Tienes que amarte a ti misma, ponerte en primer lugar, enfócate en tu carrera, mantente lúcida, ¿entiendes? —

—... —

Desde la entrada tendría que caminar una buena distancia hasta el edificio 25.

El viento de otoño era algo frío, se abrazó a su abrigo y apuró el paso.

Cuando llegó al pie de su edificio, vio a lo lejos una figura bajo un árbol.

Era alto y esbelto, una silueta conocida.

La luz del farol era tenue y no permitía ver bien su rostro.

Pero Evrie lo reconoció al instante.

¿Cómo había... encontrado este lugar?

El corazón de Evrie latía con fuerza.

Tragó saliva y aceleró el paso, intentando pasar a su lado sin ser notada.

Pero al rozarlo, la voz fría y clara del hombre resonó en la oscuridad.

—¿Por qué no me lo devolviste personalmente? —

—¿Qué? — Evrie se detuvo confundida.

—El gemelo. — Farel habló con calma. —Lo dejé a propósito en la capucha de tu abrigo, esperando que lo devolviera. ¿Por qué no me buscaste? —

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