De vuelta en Barrio El Magnético.
Farel se puso el delantal y preparó una cena sencilla.
Tres platos y una sopa, con carne y verduras, de sabor ligero pero delicioso.
Evrie probó un poco y le resultó familiar; había algo en aquel sabor que le recordaba a sus propios platos.
—¿Con quién aprendiste a cocinar así? —preguntó.
—Contigo. —respondió Farel con sinceridad.— Te observaba cuando cocinabas y simplemente lo recordé.
Evrie reflexionó en silencio.
—Toda mi vida he sido yo quien cocina para los demás. Dr. Farel, casarme contigo ha sido un verdadero golpe de suerte.
Farel la miró con un atisbo de confusión.
—Evrie, estás en peligro.
—¿Qué?
—Antes, cuando te mantenía y te daba dinero a diario, te sentías en desventaja. Ahora, con solo hacer unos cuantos platos, ¿crees que has dado un golpe de suerte?
Suspiró antes de añadir —Hay una frase que describe tu estado perfectamente, ¿cómo era? Ah, sí, 'cerebro de enamorado'.
Evrie no dijo nada.
Valerio podía decirle eso, ¿pero qué derecho tenía él?, siendo parte del asunto.
—Entonces, ¿qué tal si decido sellar mi corazón con cemento y renunciar al amor? —bromeó Evrie, con una mueca en el rostro.
—Ni lo intentes. —Farel la amenazó con un tono oscuro—. Aparte de mí, más te vale mantenerte alejada de cualquier otro hombre. Solo puedes enamorarte de mí, ¿entendido?
—…—
Evrie suspiró.
A veces, el deseo de posesión de un hombre podía ser aterrador.
Después de cenar, Farel se ofreció a lavar los platos.
Evrie, exhausta por el día, se dio un baño caliente y se puso el pijama, cayendo rendida en la cama.
Bajando la mirada, Farel continuó el masaje.
—De ahora en adelante, puedes permitirte ser un poco más delicada. No necesitas ser tan fuerte.
Evrie entrecerró los ojos y respondió con voz suave —Vale.
El silencio se apoderó del ambiente, lleno solo por sus suaves respiraciones.
Farel tenía una técnica precisa, y el masaje era tan reconfortante que Evrie, acostada y sintiéndose a gusto, pronto se dejó vencer por el sueño.
Esa noche, Farel no la molestó.
Después de que Evrie se durmió, dejó de masajear y le cubrió con la manta.
Luego se dirigió al balcón, sacó su teléfono y marcó el número de Victoria.
Al cabo de unos segundos, la llamada fue contestada.
Sin más preámbulo, Farel habló —Cancela todo el entrenamiento de Evrie. No la agobies más.—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...