Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 438

Farel se quedó atónito por un instante, pero luego lanzó un ataque feroz.

Su súbita pérdida de compostura tomó a Evrie por sorpresa y, sin darse cuenta, sus uñas se clavaron en su espalda.

—Tú… más despacio—, pidió ella.

—Después de tanto tiempo, ¿todavía no te has acostumbrado a mi tamaño? —

El rostro de Evrie se enrojeció por la burla. —Ya no hables más—.

—Muévete conmigo, eleva un poco la cintura para que pueda hacerlo bien—.

Evrie —…—

Ella, con la cara roja, hizo lo que él le había pedido.

Sin embargo, lejos de suavizar su embestida, Farel se volvió aún más salvaje.

—Farel… me engañaste—, Evrie balbuceó con voz quebrada, mientras sus ojos se teñían de rojo.

—Lo siento, eres demasiado buena y no pude controlarme—.

Finalmente, fue demasiado para ella y Evrie no pudo evitar rogar por misericordia.

Susurraba suavemente, tratando de apaciguarlo.

Cuando todo terminó, Farel pellizcó su rostro y le dio un beso.

El sentido de la realidad de Evrie se perdió en un destello de luz blanca.

Al día siguiente, cuando Evrie abrió los ojos, la cama estaba vacía.

Había un mensaje suyo en el móvil.

—He salido por trabajo, el desayuno está en la cocina—.

Evrie se levantó de la cama y después de asearse, se dirigió a la cocina.

Allí encontró la olla con avena caliente, empanadas y huevos fritos, preparados por él antes de marcharse.

Un calor reconfortante llenó su pecho.

Tomó su móvil y le envió un mensaje.

El desayuno está delicioso, gracias mi amor.

Farel le respondió: cuando vuelva me lo tendrás que agradecer debidamente.

Evrie —…—

Ahí estaba de nuevo hablando de lo mismo.

Hasta podía imaginar la expresión seria pero traviesa de Farel al escribir ese mensaje.

Soltó el móvil y se concentró en su desayuno.

Durante los siguientes días, Evrie pasó el tiempo tranquilamente en casa con su gatito.

Por las noches, hacía videollamadas con Farel.

Qué piel tan delicada.

Qué ganas de presionarla contra mí y...

—Toc, toc—.

Alguien llamó a la puerta.

—Adelante—.

Farel guardó el móvil con brevedad.

Joan entró con un portátil en la mano.

—Sr. Haro, el trabajo ya está terminado, solo nos queda cerrar algunos asuntos mañana, ¿reservo los billetes de regreso a Alnorter para pasado mañana? —

—No, reserva para mañana—.

—Pero solo queda el último vuelo de mañana, y probablemente lleguemos a medianoche—.

—Entonces a medianoche será—.

Farel no lo dudó ni un segundo.

Joan asintió, algo avergonzado. —De acuerdo, reservaré los billetes ahora mismo—.

La ausencia aviva el amor.

Parecía que su jefe ya no podía esperar más.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel