Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 439

Después de que Evrie colgara la videollamada.

El teléfono volvió a sonar, esta vez era una videollamada de Blanca.

Evrie contestó sin pensarlo mucho.

—Evi, mira, la fiesta con fogata y las estrellas en el cielo, ¡es tan hermoso! —

En la videollamada, Blanca sostenía su móvil emocionada mostrando las llamas gigantes, un grupo de personas alrededor del fuego cantaban y bailaban, en el fondo el mar oscuro y encima un cielo repleto de estrellas.

El ambiente era muy animado.

Evrie se contagió de su alegría.

De repente apareció un hombre conocido en la videollamada.

Usaba gafas, con aspecto distinguido, y estaba vestido con una camisa estampada que lo hacía destacar.

—¿Berto? —

Evrie exclamó sorprendida.

—Buenas noches, Evrie. ¿Mi hermano Farel no está contigo? —

Berto la saludó, estando al lado de Blanca se le veía más animado que nunca.

—Está de viaje de negocios. —Evrie miró confundida a ambos—¿Cómo es que estás con Blanca? ¿Fueron juntos a la isla? —

Blanca se apresuró a explicarle—Pura coincidencia, su hospital de cirugía organizó una construcción de equipo aquí y me los encontré. —

Para convencer a Evrie, se giró hacia Berto—¿Verdad, Berto? Díselo. —

—Sí, sí, todo fue pura coincidencia. —

Berto asintió en colaboración—Todos allá son mis compañeros de trabajo, tú eres la única visitante. —

Blanca resopló—¿Qué tiene de malo ser visitante? Si es divertido, eso es lo que cuenta. —

—¿Quieres que te consiga algo de carne asada? Ya está lista al otro lado, ¿te traigo un par de brochetas? —

—Claro—

Berto saludó a Evrie con la mano y se fundió con la multitud.

Blanca seguía entusiasmando a Evrie.

—Evi, de verdad que es muy divertido aquí, te envié una guía con rutas, cuando tengas tiempo, definitivamente debes venir aquí de luna de miel con tu esposo. —

Evrie le respondió emocionada.

—Claro, él ha estado muy ocupado y cansado últimamente, cuando termine, lo llevaré a relajarse. —

Mientras hablaban, la guía de Blanca ya había llegado.

Berto regresó con la carne asada.

—Planifica bien todo, yo voy a comer, ¡nos vemos luego! —

—Sra. Haro, ¿qué hace aquí? —

La expresión de Victoria era apresurada, sin la elegancia y compostura de otros días, mostrando una rara fatiga.

Al oír cómo la llamaba Evrie, frunció el ceño insatisfecha.

—¿Cómo fue que me llamaste? —

Evrie, sin entender sus intenciones, eligió sus palabras cuidadosamente y le dijo con cautela—¿Mamá? —

En el pasado, Victoria no la apreciaba y cada vez que Evrie la llamaba "mamá" recibía una mirada de desaprobación.

Después de varias ocasiones, dejó de hacerlo conscientemente.

No esperaba que volviera a ser un problema.

Victoria relajó un poco su expresión, sin quitarse los zapatos, entró directamente al salón y se sentó en el sofá.

Evrie, aún confundida, le sirvió un vaso de agua.

Victoria clavó su mirada en ella durante varios segundos y de repente le habló.

—Tienes que prometerme algo. —

Evrie se detuvo, mirándola con perplejidad—¿Qué cosa? —

—Que no te divorciarás de Farel. —

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