Farel retiró la mirada, echándole un vistazo.
—¿Y Laurent? ¿Cómo está?— le preguntó.
Joan le respondió de inmediato: —Ya lo llevaron al hospital de nuestra sede, Berto estará allí vigilando. No me atreví a irme, por si usted y la Srta. Evrie corren algún peligro.—
Farel respiró hondo: —Conduce, vamos al hospital.—
Joan le preguntó por inercia: —¿No vas a seguir a la Srta. Evrie?—
Farel le recordó, —Laurent no puede morir, ni tampoco puede recibir visitas, mejor que se quede en coma por un buen tiempo. Debes vigilarlo personalmente, ¿entiendes?—
Joan reaccionó enseguida, asintiendo repetidamente.
—Entiendo.—
No importaba la situación actual, Laurent solo podía quedarse en el hospital, balanceándose entre la vida y la muerte.
Solo así podrían limitar al máximo los movimientos de Marín.
Si despertaba, tendría que ir a prisión.
Si moría, la GMA no podría explicarlo.
Así que estar en coma en la UCI era el mejor resultado por ahora.
Incluso si tenía que fingir su coma, tenía que hacerlo bien.
...
El incidente había sucedido por la mañana.
La noticia se difundió por la tarde.
En menos de dos horas, la opinión pública se agitó y se convirtió en titular en la ciudad.
Un sospechoso especial se arrojó del edificio de la GMA, posible inocencia, caso misterioso...
En internet, las especulaciones eran variadas.
Los comentarios sugerían una conexión con Farel, y desenterraron noticias de hace cuatro años cuando la Familia Haro fue investigada y Federico fue encarcelado por un error.
De repente, Farel y la GMA estaban en el ojo del huracán.
Evrie, en la oficina, al ver estos mensajes, se sintió confundida.
Mientras tanto, las acciones de la GMA caían.
Farel también fue llamado a declarar.
Ella navegó un rato por la página y luego la cerró, apretando los labios y llamando a Farel. Pero Farel no le contestó.
Evrie tuvo un mal presentimiento.
Luego llamó a Joan.
Esta vez sí le contestaron.
—Hola, Srta. Evrie.—
—¿Dónde está Farel?— Evrie fue directa al grano.
—El Sr. Haro está en la comisaría.—
—¿Qué?— La voz de Evrie se elevó, —¿Lo arrestaron?—
La sombra de hace cuatro años volvió a su mente y Evrie se sintió perturbada.
Su reacción fue tan intensa que atrajo la atención de muchos en la oficina, que miraban hacia ella.
Evrie, pálida, cubrió el teléfono y salió a hablar en el pasillo.
—No te preocupes, el Sr. Haro solo está dando una declaración a la policía, saldrá pronto.—
Joan intentó consolarla.
Al oír esto, Evrie se tranquilizó un poco.
Había pensado que Farel había sido capturado por Marín otra vez.
Joan habló más de la cuenta, cubriendo a su jefe—Señorita Evrie, el Sr. Haro está principalmente preocupado por su seguridad, por eso se apresuró esta mañana. Por favor, no se enoje con él, de lo contrario se sentirá mal.—
Evrie —Ok.—
Al instante, el teléfono de Joan solo emitió tonos de ocupado.
Joan, escuchando el sonido despiadado, suspiró profundamente.
Listo, su jefe tendría que apaciguar a su esposa de nuevo.
Sonaban corteses y educadas.
Era la manera en que una mujer, enojada, marcaba distancia en la relación.
Farel giró su cabeza para ver su rostro frío e indiferente y su tono de voz se suavizó aún más: —¿No podrías preocuparte tú también un poco por mí?—
Extendió su brazo, mostrando sus capas de vendas blancas.
—Si te vas, esta noche no habrá quien me cambie las vendas.—
Evrie se quedó sin palabras por un momento—……—
—Si no me las cambias, así mismo dormiré.— Farel agregó,— Tengo buena suerte, mi salud no está mal, probablemente la herida no se infectará ni se inflamará.—
¿Desde cuándo se había vuelto tan delicado?
Evrie no pudo evitar echarle una mirada, sintiendo una opresión aún más fuerte en su pecho.
No podía explicar por qué.
Solo sentía una gran frustración.
Aceleró el coche, evitando hablar con él.
Viendo que el Range Rover se dirigía hacia las afueras de la ciudad, Farel de repente le dijo otra cosa.
—En tu casa no tienen equipo para cambiar vendas, ¿verdad?—
—……—
Al final, Evrie, furiosa, terminó llevando el coche al Barrio El Magnético.
Ocupó el espacio de estacionamiento vacío de Farel y retrocedió para aparcar.
Se desabrochó el cinturón de seguridad y justo cuando iba a salir del coche, el asiento trasero de repente se inclinó hacia atrás.
Evrie, cogida por sorpresa, cayó hacia atrás con el asiento.
En un parpadeo, Farel ya había desabrochado su cinturón y se había abalanzado sobre ella cruzando el asiento.
Evrie no había pronunciado ni una palabra.
Y su beso ya se había precipitado sobre ella.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...