Encontrarse con Briar había sido la gran prueba de su vida. Ella, que era tan orgullosa, se había convertido en una broma por su causa.
Cinco años de matrimonio no valía nada y cinco años enjaulada no eran más que la oportunidad de empezar de nuevo. ¡A partir de ahora nadie iba a romper su espíritu!
Cambió su nombre artístico y junto con su hermano abrió un estudio. Ahora llevaban una vida cómoda. No eran ricos, pero mantenían a Eric sin apuros.
Melody se sentía afortunada de no ser una de esas niñas ricas e inútiles. Tenía cerebro, tenía talento y podía empezar de cero cuando fuera necesario.
Briar le había arruinado cinco años de su vida, ¡pero no iba a destruirle ni un minuto más!
Mientras manejaba, Melody encendió la radio del carro cuando Eric empezó a cambiar de estación. Justo dieron una noticia sobre Briar:
—Según fuentes cercanas, el Sr. Briar Yelamos llegará a fin de mes a Azules para colaborar con el Grupo DI. Ambas compañías salieron a bolsa hace cinco años y ahora están en la cima financiera...—
Sin terminar de escuchar, Eric cambió la estación.
Melody se quedó pensativa. —¿No te gusta esa noticia?—
—No me gusta.— Eric ni lo pensó. —Ese Briar, ¿él es mi papá?—
¿Qué haces cuando tu niño es demasiado listo? ¿Darle un coscorrón lo hará menos avispado?
Melody se forzó a sonreír. —¿Cómo...?—
—¿Que cómo lo sé?— Eric se señaló. —Mami, vi su cara en las noticias y luego miré la mía.—
¡Resulta que hasta un niño de cinco años podría darse cuenta de que eran padre e hijo!
Melody miró a Eric. —Para evitar que Briar te engañe un día de estos, he decidido llevarte al extranjero a cambiar de look este año.—
Eric le dijo, —No servirá de nada. Si Briar quiere reconocerme, seguramente hará una prueba de ADN también.—
En ese momento, un Mercedes negro pasó detrás de ellos...
Briar los miró por un instante y de repente le ordenó al conductor, —¡Para un momento!—
El conductor, tomado por sorpresa, frenó y le preguntó, —Sr. Briar, ¿hay algún problema?—
Cuando Briar miró nuevamente, la amplia avenida ya no tenía las personas que había visto antes.
¿Serían imaginaciones suyas? ¿Por qué sintió que esa silueta se le hacía tan familiar?
Cerró los ojos, frustrado, y respiró hondo. —Continúa.—
—Ok...— El conductor volvió a arrancar y Briar se recostó en su asiento, su mirada seguía fragmentada y perturbada.
Cinco años después, ¿por qué seguía recordando su silueta?
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