Secreto. romance Capítulo 14

—necesitamos ir a otro lugar más seguro —dijo Leroy mirando fijamente a su beta.

—Alek tiene personas vigilando por los alrededores, tendremos que ser muy discretos —contesto Josh mirando a Leroy.

Jugué con mis manos nerviosa mientras presenciaba aquella charla pues no quería ser una molestia.

—no hace falta hacerlo, Alek dijo que no me haría daño —bien quizás no me había dicho exactamente eso, pero no quería causarle más problemas a Leroy.

—solo esta tratando de manipularte, el quiero regir a nuestro mundo de una forma sangrienta —dijo Leroy tomando mi mano.

—Leroy no quiero causar más problemas aquí, de verdad estaré bien aquí —dije a través de la conexión.

—¿eso te preocupa? Amelie, no eres ninguna molestia, haré todo lo que esta en mi poder para mantenerte a salvo —dijo seguro.

Asentí resignada pues Leroy no me escucharía.

—prepara todo, nos iremos mañana —anunció Leroy cerrando un libro.

—¿que? ¿Pero y tu manada? —pregunte asustada.

—ellos están más que bien en este lugar, lo importante es mantenerte a salvo —Leroy tomo mi rostro con sus manos y beso mis labios de manera cálida y seductora.

Me miró fijamente y sonrió con ternura mientras salíamos de aquella habitación.

—¿Leroy? —preguntó una mujer atractiva, de cabello negro y ojos color caoba, su piel era morena que la hacían ver aún mas joven.

—Elizabeth, ¿que haces aquí? —pregunto el incomodo.

Frunci el ceño al ver su expresión y los celos comenzaron a apoderarse de mi, ¿quien era ella? ¿Y porque Leroy esta tan incómodo?

—supe que Alek atacó la mansión así que vine para asegurarme de que estuvieras bien —ella le sonrió de manera amable y después fijo su vista en la mía sin ninguna expresión.

—perdón por mis modales, me llamo Elizabeth Lemarie, ex esposa de Leroy—dijo ella cortes.

Sentí mi mundo caer y como el aire me faltaba en mis pulmones.

—yo soy Amelie Blanc, un placer Elizabeth si me disculpas tengo que ver a mi hermano —dije tratando de sonar amable y no demostrar ninguna emoción.

Ella asintió con una sonrisa cómplice y fijo su mirada en Leroy, sentí mi corazón romperse en mil pedazos y yo solo convertí mis manos en puño para salir de aquel lugar.

—¡Amelie espera! —pidió Leroy siguiendo mis pasos.

Pero no respondí y solo seguí mis pasos para ir a mi habitación.

—Amelie yo... —Leroy sujeto mi mano con fuerza y yo me gire y le di una bofetada sin pensarlo dos veces.

El me observo sorprendido y herido ala ves pero eso no calmaba mi ira en lo más mínimo, ¿como pudo hacerme esto? Marcarme como suya y pensar que todo estaría bien si me ocultaba la verdad.

—no quiero verte nunca más Leroy, eres un idiota —dije entre dientes entrando a mi habitación.

Lágrimas brotaron de mis ojos y solo podía sollozar en silencio tratando de consolarme, jamás en mi vida me había sentido tan rota y vacía como ahora, ¿es porque es mi mate?

—el amor de lobo es eterno, no puedes solo enamorarte de alguien más y ya, tu mate es la pareja de tu vida —dijo mi loba tratando de entenderme.

—¿y si la marco como suya? —pregunte temerosa.

—entonces tu vínculo se destruirá en poco tiempo —dijo ella resignada.

Grite en mi almohada con todas mis fuerzas y solloze con fuerza como si eso fuera a calmar mi corazón roto pero eso solo lo empeoraba, pues sentía que mi corazón se estrujaba cada ves más.

—Amelie, ábreme —pidió Dax tocando la puerta.

—lárgate —gruñi.

—Amelie puedo ayudarte, ábreme —pidió amable.

Limpie mis lágrimas y abrí la puerta despacio pues quería asegurarme de que no hubiera nadie al rededor.

—lo lamento tanto Amelie, teníamos prohibido decirtelo, Leroy nos hizo prometerlo —Dax entró a mi habitación y cerró la puerta con cuidado para después abrazarme con fuerza y llevarme ala cama.

Nuevamente lágrimas caían por mis mejillas y Dax solo acariciaba mi cabello mientras besaba mi frente.

—estarás bien, eres una chica fuerte —susurro el.

—me marcó como suya —dije con dolor.

Dax me separo rápidamente y examino mi clavícula para asegurarse de mis palabras y convirtió sus manos en puño al ver que era cierto.

—haré todo lo posible para asegurarme de que estés bien, ¿si? No dejaré que sufras por el vínculo —dijo el dándome un abrazo fuerte y cálido.

Su presencia me hacía sentir mejor y eso me aliviaba por dentro, pues ya no quería sentir más dolor.

—gracias —susurre.

—Elizabeth estarán aquí por unas semanas, puedes irte mientras tanto si quieres —dijo Dax mirándome con ternura.

—si, me gustaría —dije con una débil sonrisa.

—muy bien, le diré a tu familia que se preparen para irse contigo.

Era lo más prudente, no tenía valor para enfrentarme con Leroy y quizás era lo mejor, después de todo el es un hombre atractivo y maduro, y yo solo soy una cria para el.

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