—Alison, cuéntanos un poco de ti ¿Por qué querías ser una trabajadora sexual? Prácticamente eras libre, pero le vendiste tu alma al diablo por nada — dijo Stefany.
—Pues mi vida no fue como ustedes creen, en mi familia el sexo no era un Taboo.
—Cuentanos un poco de ti, pasaremos bastante tiempo juntas, al menos debemos de conocernos un poco — dijo Alicia.
—Les contaré un poco de mi niñez.
«Yo no soy hija única a como Mónica pensaba, tenía una hermana 10 años mayor, cuando ella cumplió los 18 años, fue a una cena especial con mis padres y mi abuelo, yo quedé en casa de una tía, recuerdo que estaba jugando con un primo que era 2 años mayor que yo.
— ¿Por qué tus padres no te han llevado a cenar con los abuelos? Es raro porque siempre te llevan a todos lados — me preguntó mi primo.
—Quien sabe, solo me han dicho que es una cena especial para mayores y que yo no debo estar presente, que pasarían por mi hasta mañana — contesté yo inocentemente.
—Escuche una vez a mi hermana decir que ella no quiere ir a esa cena con los abuelos, que ahí pasa algo, no me quiso decir que es, pero no quiere que el abuelo la toque, mi madre le ha dicho que es una tradición familiar, ella está pensando en cómo fugarse antes de esa fecha.
—Pero si mamá y mi tía la tuvieron ¿Que tiene de malo esa cena?
—Intenta preguntarle a tu hermana mañana, talvez te dice.
Esa noche me quedé pensando el misterio de esa cena, al día siguiente llegó solamente mamá por mi, pero llegó llorando.
— ¿Que ha pasado? — pregunto mi tía.
—No ha salido a como tenía que salir — luego me quedo viendo — hija, ve a jugar con tu primo, necesito hablar con tu tía.
Yo hice como que salía de la habitación, pero me escondí.
—Cuando llegó el momento, mi esposo se retracto, dijo que no permitiría que nadie toque a sus pequeñas, la situación casi se salia de control, al final mi hija preguntaba porque esa actitud, entonces él le dijo que su abuelo le quería quitar la virginidad y el no lo permitiría,al final mi hija se fue con su padre, el dijo que buscaría la forma de quitarme a Alison, pero nuestro padre le dijo que si se atrevía quitarnos a Alison, que se encargaría de destruirlo y terminaría en la cárcel, que se podía llevar a esa hija, pero no a Alison, al final se fueron los dos.
—Pero ¿Por qué se echó para atrás? Al final papá los ha protegido a ustedes, yo por eso estoy preparando a Marisol desde ya, para que papá haga lo suyo, además así aprenderán lo que es tener a un verdadero hombre.
Yo salí corriendo hacia la habitación de mi primo, pero al parecer hice suficiente ruido porque mi madre fue detrás de mi.
—Alison detente.
— ¿No crees que papá quería hacer mujer a mi hermana? Así como el abuelo lo hizo contigo.
—Es solo una posibilidad, pero ya no lo sabremos, yo quiero que confíes en mí, no te pasará nada malo, el abuelo se hará cargo de nosotras, pero debes de prometerme que le entregarás tu virginidad al abuelo cuando llegue su tiempo.
—Si me prometes que no pasará nada malo y tú estarás ahí conmigo, está bien, no me negare, pero quiero que una vez pase eso me dejes hacer mi vida a mi gusto.
—Vaya, si que hablas como toda una mujer, pero está bien, no voy a interferir si tú cumples.
Desde ese día mi vestimenta fue cambiando al suave, cada vez me ponían ropa más pegada, cuando cumplí 14 años empecé a usar bastante vestidos, mamá decía que al abuelo le gustaba verme de vestido, en ocasiones sentía como el se paraba atrás de mi para que yo sintiera su paquete, mamá me decía que si me ponía licra que no usará ropa interior y que me casa podía andar sin sostén, fueron muchas cosas que me fue permitiendo, en ocasiones mamá y la abuela se paseaban desnudas, yo quería hacerlo, pero eso no me lo permitía, decía que arruinaría la sorpresa de mis 18 años, así que lo único que me permitía era andar en bikini.
Recuerdo que un día antes de mi cumpleaños, mi mamá encontró a mi abuelo acompañado, era primera vez que el buscaba compañía en otro sitio, pero para sorpresa de nosotros fue la abuela de la idea, dijo que el abuelo necesitaba nuevas emociones, así que contacto a la corporación y te enviaron a ti, vaya sorpresa se llevó mamá, cuado las aguas se calmaron se acordó que el abuelo podría disfrutar de otras mujeres, pero primero tenía que hacerme mujer, así que ese día el tendría a dos jovencitas, pero al final yo lo quería solo para mí, creo que después de pasará tanto tiempo calentando el terreno, era justo que ese día fuera especial»
—Vaya, su familia si que tienes unos ideales muy distinto al resto de las familias — dijo Alicia.
—Pues yo solo escuchaba a mis padres tener sexo, no les importaba que si yo los escuchaba, al final solo me decían "Hija, cuando seas más grandes entenderás que en la cama de los adultos pasan cosas deliciosas y uno no puede ahogar el placer", yo no les hacía caso y miren ahora, me gusta hacer muchos gemidos, no me importa quien. escuché — dije.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante