Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 99

Los días pasaron, cada vez que Alicia salía sentía que alguien la seguía, Creo que Stefany no la siguen por creer que no es tan cercana a mi, Alicia se encarga de las compras y algunos que otros mandados, nuestra actividad sexual se vio reducida, Alicia si ha estado con algunos, pero le ha tocado en moteles, en cambio yo me estoy quemando por sentir a alguien dentro de mi, a Juan lo he rechazado en múltiples ocasiones, prefería estarme quemando a volver estar con él, una vez Alicia quiso traer a Alguien, pero en eso se aprecio un gorila de Juan y saco al tipo prácticamente a la fuerza.

—No se que hacer Alicia, al final estoy prisioneras en esta casa.

—Lo siento señorita Lucy, pero sabe que hemos tratado de todo y al final el Sr Juan va un paso más adelante.

En eso Stefany entra ala casa.

—Señora Lucy, le tengo buenas noticias.

—Dime.

—Lo encontré y le di el mensaje que me indicó.

—En serio, que bien, ahora esperemos que las cosas salgan tal como queríamos.

—Según me dijo, mañana lo vería y ahí aprovecharía a entregar el mensaje.

—Pero ese tipo ¿Quien es? — pregunta Alicia.

—La primera vez que yo tuve a un cliente en la corporación fue con este tipo, llevo a cuatro chicas, la idea de él era pasar 24 horas con nosotras, pero durante esa tarde sufrió un preinfarto, prácticamente le salvamos la vida, se fue al médico y nos dejó descansar, cuando regrese de España me encontré al piloto y me dijo que el estaba muy agradecido, entonces espero que el pueda ayudarme.

Stefany no se quedó en la conversación, ella lo que no quiere es saber tanto.

—Pero una vez que el le llamé ¿Que le pedirá?

—Le pediría que me saque del país con mi hija, es lo único.

—Aun siento que le falta bastante a esa idea.

—No es eso, solo que aún prefiero reservarla para mí.

En eso alguien golpea la puerta, Alicia fue abrir, apenas quitó el seguro la empujaron.

—Monica, debo de advertirte — Era mi madre.

— ¿Que haces en mi casa? Suficiente mal has hecho ya.

—Escúchame es importante lo que debo de decirte.

—Te doy un minuto para hablar y luego de largas de mi casa.

—Debes de tener cuidado con Juan, apenas tenga a tu niña, el buscará la forma de arrebatarla.

—Nada nuevo me has dicho, pero no solamente quedará ahí, al parecer te devolverá a la corporación e incluso meterá a Alicia, debes de tener cuidado.

—Tu tiempo se ha acabado.

—Yo te puedo ayudar, confía está vez en mí.

Agarré un cuchillo y me puse frente a ella.

—Lárgate de mi casa sino quieres morir.

—Escúchame Mónica por favor.

—Ya te he escuchado.

—Esta bien, me iré, pero puedes contar conmigo, yo necesitaba ganarme la confianza de Juan.

—La acabas de perder, ahí vienen sus gorilas, aquí yo soy una prisionera.

En eso entran dos hombres a la casa y se llevan a mi madre, no hice nada para detenerlo, hasta que cerraron la puerta.

— ¿No le cree? — Me pregunta Alicia.

—Si le creo, pero no es nada nuevo que no me hubiera imaginado, no puedo volver a confiar en ella.

—Pero ella arriesgó todo para avisarle.

—Te aseguro que hay algún plan detrás de todo esto, quieres ver qué es así, busca a un doble de mi y verás que todo está organizado.

Alicia está vez me hizo caso, empezó a buscar dobles para mí y encontró a alguien con los mismos rasgos, pero no estaba embarazada, como sabía que Juan no creería nada si no voy acompañado de Alicia así que también se buscó un doble.

—Te explicaré el plan, le pediré a Stefany que compre dos boletos de bus hacia otra ciudad en cuatro días, mañana iré a la casa de mi madre, le diré que buscaré como escapar, le daré todos los datos.

—Pero ¿Que pasará con las dobles?

—El día del viaje iremos antes a un salón de belleza las cuatro, ahi le pondremos el mismo vestido que yo llevé y le pondremos una almohada para que parezca embarazada, una vez que hagamos el intercambio ellas abordarán el bus, nosotras nos cambiaremos de ropa y luego regresaremos a casa.

Las cosas empezaron a surgir tal como Lucy planeo, Stefany le compro los dos boletos, al día siguiente fueron a la casa de su madre.

—Mama estuve pensando en lo que me has dicho y pienso huir, en tres días viajaré fuera de la ciudad, pero antes de llegar a la estación de buses me aseguraré que nadie me persiga, así sabré que puedo viajar en paz.

— ¿Hacia donde vas?

Saque los boletos y ella los vio detenidamente.

—Es lo mejor que puedes hacer hija.

—Venia rápido porque se cómo es Juan.

El día del viaje buscamos nuevamente al taxista que los perdió la última vez, le había pedido su número.

—Buenos días señoritas, pensé no la volvería a ver.

—Es que necesitamos de tus servicios, tengo que llegar al centro comercial, pero sin que nos persigan.

—No se preocupen por eso, esa es mi especialidad, de hecho la otra vez después de dejarla a ustedes yo anduve dando vueltas.

—Esta bien, más trabajo y menos charla, tengo que estar a las 11 en el centro comercial.

El arrancó si vehículo, parecía que nadie nos perseguía, hasta que llegó a una de las principales carreteras.

—Parece que está vez nadie nos persigue — dije.

—No se confíe mucho señorita, ellos han hecho el intercambio de vehículos, de esa manera pasan desapercibido, pero yo soy más listo.

Salimos de la autopista, pero en vez de avanzar se escondió.

—No crean que al hacer esto, ya lo hemos perdido, igual que la vez pasada, harán cambio de taxi, pero ya están cerca.

—Gracias por todo — dijo Alicia.

—Cuando lo deseen, al final solo Ustedes han reconocido mis habilidades.

Llegó otro taxi y nos recogió a las dos, tomaron rumbo diferentes.

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