Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 20

—Y esta elegante y hermosa mujer que está aquí es Rita, ella es mi todo.

Al terminar le planta un sonoro beso en la mejilla y la mujer le da un golpecito sobre el brazo, se vuelve a mí y me dice

—Solo soy su ama de llaves.

Matt frunce el ceño y niega con su dedo índice

—No solo eres mi ama de llaves, eres más como mi madre la verdad.

La mujer se ríe y le da otro golpe en el brazo, luego Matt continúa.

—Rita ella es Asier.

Rita voltea a verme con los ojos como platos y luego mira nuevamente a Matt y de nuevo a mí y dice

—Entonces tu eres Asier —vuelve a mirar a Matt y le pregunta— ¿esa Asier? de la que llegaste hablando ayer como loco.

Matt se sonroja un poco y asiente, si él está avergonzado, yo estoy más roja que un tomate maduro, ella me ve y sonríe cálidamente, se acerca a mí, planta dos besos en mis mejillas y continua.

—Un placer querido, Matt no paro de hablar de ti ayer en cuanto llego, y ahora entiendo por qué eres una hermosura.

Aún más apenada, respondo los besos y le contesto.

—El placer es mío Rita y muchas gracias.

Rita se separa de mí y pasa por mi lado hacia el garaje, abre la puerta y observa hacia dentro, luego cierra la puerta y le dice a Matt apuntándolo con un dedo.

—No hagas desastre en el garaje, ve y pon los cascos en su lugar.

Matt se echa a reír, recorre la distancia que lo separa de Rita trotando, entra al garaje y no lo veo por unos momentos, durante ese tiempo, Rita se gira hacia mí, pone los ojos en blanco y me susurra

—Si no fuera por mí esta casa sería un desastre, no tienes idea de lo desordenados que son los hombres.

Matt esta detrás de ella y contesta a su comentario que estoy segura, creyó que él no había escuchado.

—No soy desordenado, bueno quizás un poco, pero no tanto como tú dices, la cosa es que tú eres maniática del orden, es todo.

Rita le da otro golpecito a nivel del pecho y le dice

—Si, si, si basta termina de hacer pasar a Asier a la casa, ya me ocupo yo de los perros, por cierto ¿por qué hueles a playa?

Matt comienza a reírse, le da otro beso en la mejilla a Rita y le dice,

—Tranquila, ve a casa ¿sí? sé que hoy tenías planes y te mantuve casi todo el día aquí perdona, es solo que surgió algo muy importante.

Rita me ve y lo ve a él con cara de si, ya veo que fue lo importante en ese instante me siento terriblemente culpable por lo que comienzo a disculparme con ella.

—Ay Rita, discúlpame, no tenía idea de que Matt te tenía en su casa y de que tu tuvieses planes, la verdad es que no sabía nada de nada, pero es que necesitaba que Matt pasara por mí y bueno, ¡ay no dios que pena, me disculpas por favor!, en serio yo… —Rita comienza agitar unas de sus pequeñas manos y comienza a reír y me dice.

—Querida, querida, para ya mis planes los sábados son preparar pasteles para mis nietos y jugar canasta con unas amigas, así que tampoco fue que me perdí de mucho, además no puedo dejar solo a mi pequeño Matty, menos después de estos dos largos años sin verlo, aunque efectivamente el sí puede dejarme a mí.

Rita vuelve a darle un golpecito a Matt en el brazo y este finge que le duele, para luego volver a reír, pasa por su lado y le dice ya más serio.

—Asier estaba en apuros, tuvo que ir a casa de Andrew, las cosas no salieron muy bien, así que fui por ella.

En cuanto Matt menciona a Andrew, mi corazón se nubla y la alegría que estaba sintiendo es reemplazada por un intranquilo sentimiento de pesar. Por su parte el rostro de Rita se vuelve duro y molesto.

—Ah haber empezado por allí, ese muchacho es, ese muchacho es... —Matt la interrumpe y termina la frase por ella

—¿Un maldito idiota? —Rita se lleva las manos a su boca y exclama sorprendida

—Matty no digas esas cosas sí, es un idiota pero no te expreses de esa manera y menos delante de una dama, ¿cuantas veces te lo he repetido? —Matt se encoge de hombros y le responde.

—No lo sé, he perdido la cuenta ya.

Rita vuelve a poner los ojos en blanco y suspira, pasa junto a los perros a los cuales acaricia tiernamente en sus cabezas y pasa junto a nosotros, Matt toma mi mano y comienza a andar tras de ella, luego de haber dado unos pocos pasos silva nuevamente y escucho a los perros comenzar a andar tras de nosotros.

Al salir del pasillo, entramos a una amplia sala, donde hay por supuesto unos amplios muebles de color crema, una alfombra mullida cubre gran parte del espacio que hay entre los muebles y una enorme mesa de centro de vidrio, la pared del fondo en su totalidad es de vidrio, no hay cortinas por lo que el espacio de día debe ser muy claro, Rita gira hacia la derecha y se pierde por ese pasillo, Matt me conduce un poco más allá en dirección a un amplio espacio, allí están unas enormes escaleras que llevan al segundo piso, justo debajo de las escaleras hay otro pasillo, por el cual Matt continua guiándome, nos detenemos en una puerta.

—Esto va a encantarte.

Abre la puerta y un ambiente completamente diferente nos recibe, dentro esta una enorme piscina, rodeada de amplios espacios verdes, con muchas plantas y se escucha una caída de agua, volteo para ver a Matt, que me mira sonriendo.

—Sí, la piscina tiene una cascada, esa fue idea de Nicole y Layla así que papa la mando hacer —al ver mi expresión de confusión continua

—Esta casa la compre hace unos 8 años, no era así para nada, la he ido re modelando, ya está casi como quiero que este... este espacio de aquí fue idea de mis hermanos, así que lo planearon todo mientras no estaba, cuando me fui no tenía piscina y regrese y pues ya ves lo que conseguí, estoy gratamente sorprendido, pero ya luego te contare eso ¿sí? vamos.

Tira de mí y me saca del espacio, caminamos un poco más allá y conseguimos otra puerta, la señala con un dedo.

—Este es el estudio principal, arriba hay otro pero muchísimo más pequeño.

Abre la puerta y cuando entramos nos recibe otro enorme espacio, es como juntar mi habitación, la de Dani y la sala de nuestro departamento, toda la pared del fondo está cubierta de libros, y hay 2 estanterías atravesadas en un costado, hay una mesa rectangular junto a los estantes y cerca de la puerta está un escritorio muy modernos con un ordenador, al otro lado están dispuestos unos muebles alrededor de una pequeña mesa de centro, el lugar es acogedor pero lo que más me llama la atención son la cantidad de libros que hay allí adentro, lo miro perpleja.

—¿Te gusta leer? —él sonríe ampliamente.

—Tanto como te gusta comer a ti —su respuesta me divierte y le doy un pequeño empujón, el vuelve a reír— ven aún hay un par de cosas más que mostrarte aquí abajo.

Salimos del estudio y me guía más al fondo del pasillo, donde se encuentra otra puerta, esta no tiene picaporte, solo un área de metal a un costado, Matt apoya la mano y la empuja, la traspasamos y llegamos a la cocina, dios la casino de la casa de Matt es la cocina, el piso es blanco como el resto de la casa, pero el resto en la cocina es negro o plateado, y todo se ve súper, híper moderno, se gira hacia mí con una ceja levantada.

—¿Y qué opinas, te gusta?

Matt sabe cuánto me gusta comer, así que imagino que estará pensando que tener una cocina como esa ha de ser un sueño para mí y tiene razón, si tuviera mi propia casa me gustaría que la cocina fuera justo así... así que sencillamente le digo con una gran sonrisa.

—¿Aquí se filma Máster Chefs o qué coño? por supuesto que me gusta, tu cocina es increíble.

En ese momento la puerta vuelve abrirse y aparece Rita, con su abrigo y su bolso, lista para irse, nos ve y sonríe cálidamente luego se dirige a Matt.

—No prepare la cena porque no tenía idea de a qué hora ibas a regresar y como sé que no te gusta comer recalentado, te toca hacerte algo y no vayas a matar a la pobre con unos macarrones con queso por favor —me ve y sonríe— se le dan fatales esos platos.

Luego se acerca a Matt tira de el para que se agache ya que apenas le da por el codo este obedecí y ella le da un cálido beso en la mejilla lo acaricia y le dice luego con tono autoritario.

—Recoges todo el reguero que armes en mi cocina, no quiero llegar el lunes conseguir esto hecho un desastre ¿está claro? —Matt pone los ojos en blanco y yo no puedo evitar reírme.

—Rita puedo limpiar, recoger todo mi desastre y dejar la cocina justo como está ahora y te aseguro que para ti estará igual de desastrosa y todo porque no lo has limpiado tú, así que no te preocupes, vete tranquila y el lunes cuando llegues vuelves a limpiarla tu ¿vale? —La mujer vuelve a darle un golpecito en el brazo y lo amenaza con un dedo.

—No juegues conmigo niño.

Se acerca a mí, me da un dulce beso en la mejilla y se despide.

—Adiós querida espero volver a verte muy pronto, si se pone muy pesado llama a los perros ellos te ayudaran.

Nos reímos las dos, se vuelve hacia Matt y le arroja un beso, sale de la cocina y la escucho canturrear alejándose hacia la puerta principal, que debe estar en algún lugar por allí, me giro hacia Matt y le digo con una sonrisa.

—Qué mujer tan encantadora, es un amor —el me mira y pone los ojos en blanco.

—Es un amor y una toca pelotas, está conmigo desde que era un niño, por eso me trata así la muy mandona —Matt sonríe ampliamente y luego metiendo sus manos en los bolsillos me dice

—Bueno ya estamos aquí, arriba este otro estudio, las habitaciones, la sucursal de la sala de Blue y listo, eso es todo lo que tiene mi humilde hogar, ¿quieres beber algo agua, jugo, una coca cola, vino, una cerveza?

Sonrió otra vez por el comentario de su "humilde hogar" será descarado, mientras se acerca a la nevera, y me indica que tome asiento en uno de los taburetes que están en la isla de en medio de la cocina, donde me siento y apoyo los codos sobre la plataforma, mientras el hurga en la nevera le respondo

—Una cola está bien, por cierto Matt, podrías prestarme el tocador, necesito arreglarme un poco siento que estoy hecha un desastre.

Matt saca una cola de la nevera y una cerveza, destapa la cola y saca un vaso de uno de los estantes, me sirve y coloca el vaso frente a mí, se gira toma su cerveza la destapa y bebe directamente un largo trago, en un momento me hace un gesto con la cabeza para que mire a mis espaldas cuando lo hago, están los dos perros Chelsea y London echados en el suelo, uno tiene la cabeza apoyado en el torso del otro, sonrió porque se ven tiernos y él sonríe a su vez.

—Ven vamos arriba, ¿no pretenderás cenar así verdad? te prestare algo, seguro consigo alguna cosa de Layla por allí guardada —cuando me dice esto me pongo en pie y lo miro con sorpresa y entrecortadamente le pregunto

—¿Quieres decir que voy a tomar una ducha aquí? —me mira.

—No, bueno aquí no esta es la cocina, arriba en el baño —será pesado, rico cosa que el también hace antes de continuar— y no vayas a decirme que no lo harás, si te incomoda usar la ropa de mi hermana te puedo prestar algo mío, ¿vale?

Continúo un poco sorprendida pero asiento y el pasa por mi lado, toma mi mano y me guía fuera de la cocina, aún tiene la cerveza en la mano, por lo que me señala con ella otra puerta junto a la escalera.

—Allí está el comedor y por allá atrás esta la puerta principal, ven sube.

Comenzamos a subir las escaleras, al llegar arriba, hay un pequeño espacio y luego un pasillo con más puertas, Matt comienza a explicarme.

—Esta de aquí es el pequeño estudio que te mencione, luego está la habitación de huéspedes, la habitación de mis padres, frente al estudio está la de Michael, luego sigue la de Layla y después la de Nicole, al final está la mía —su índice apunta cada una de las puertas mientras habla— junto a la mía esta la sala del blue le digo así porque quise hacer una copia de la sala donde trabajamos, porque a veces los chicos vienen a trabajar aquí y nos sentimos tan cómodos allí, que bueno fue una loca idea que tuve y la hice, pero bueno tu puedes entrar aquí - me dice señalando la habitación de huéspedes - darte una ducha y arreglarte todo lo que quieras y luego bajamos a la cocina a preparar la cena.

Cuando entramos a la habitación la mandíbula se me cae, es enorme, si había creído que la cocina era grande, esta habitación es gigantesca, realmente no es tan grande como la cocina pero en comparación a mi pequeña habitación esto es una sábana, es muy bonita, minimalista, está decorada con tonos tierra, la cama es inmensa, hay un armario a un costado y un enorme ventanal que está cubierto por una cortina, color crema, al fondo de la habitación hay 2 puertas más, Matt camina hacia ella y me señala una.

—Ese es el vestier y aquí está el baño, déjame ir a buscarte algo de ropa, para que te cambies, dentro tienes todo lo que necesitas, shampoo, acondicionador, cepillo de dientes, pasta dental, crema cualquier cosa que necesites para asearte esta es los estantes ¿vale? ya regreso.

Se da media vuelta y sale de la habitación, me acerco a la ventana y corro un poco la cortina, ya está oscuro, debo llamar a Dani, no le he escrito en todo el día, debe estar preocupada, seguro comenzara a chillarme por el teléfono, pero bueno. Me giro y camino al baño, siento morir al entrar, es el baño más grande que había visto en mi vida, por dios en serio existen baños así de enormes, pensé que eran solo en las películas, pero no, existen y justo ahora estoy en uno, en ese momento Matt regresa, en cuanto me ve comienza a reír.

—Tú y tu expresión de sorpresa por unas pocas toallas una bañera y un lavado.

Sabía que debía tener justo la misma expresión que tuve ayer cuando me mostraba las instalaciones del Blue pero venga esta es su casa y es enorme, obvio que iba a sorprenderme, camina hacia la cama.

—Aquí tienes —coloca sobre la cama un pantalón de chándal negro y una franela sin mangas blanca, luego me mira y me sonríe pícaramente— ¿crees que entres en uno de mis boxers? —cuando me dice eso suelto una enorme carcajada, Matt y sus cosas.

—No Matt, así estoy bien tranquilo —se encoje de hombros y continua.

—Yo no tengo problemas en prestarte uno, de todas formas aquí te lo dejo —comienza a reírse fuertemente.

—Tu cara en este instante es un poema —ríe negando con la cabeza— voy a ducharme nena, si terminas primero que yo, la puerta del fondo es la sala, puedes entrar allí, el control del tv esta sobre uno de los muebles, estás en tu casa nena, nos vemos en un ratito.

Me guiño un ojo, me señalo nuevamente el bóxer negro que había dejado sobre la ropa con una mirada picara y se empezó a reír nuevamente, salió de la habitación dejándome sola, camine hasta la puerta y le pase seguro, no era que desconfiara de Matt pero tenía la costumbre de encerrarme cuando iba a ducharme, muchas veces en casa Josh había abierto accidentalmente mi habitación y me había encontrado en pelotas, por lo que finalmente me acostumbre a encerrarme.

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