Si, acepto el contrato (COMPLETO) romance Capítulo 38

Narra Jackson

No era de dar segundas oportunidades, me refiero que si en algún momento alguien me falla o no responde como espero, me quedo con esa primera respuesta, me quedo con lo primero que sucede o me hacen, no insisto donde ya una vez di todo, pero algunas veces se presentan situaciones en la vida que te hacen poner en duda tus propias convicciones, pero claro, eso depende de quién sea la persona que la vida vuelve a poner en tu camino.

- Debes estar sorprendido por mi visita – menciona Chanel quien luce preciosa, la chica se queda de pie frente a mí.

- ¿Todo está bien? ¿La empresa va bien? – Hago una pausa y la miro justo en sus enormes ojos - ¿Tu estas bien? – cuestiono por último y más importante

- La chica, digo, tu esposa…

- ¿Grace? – menciono interrumpiéndola

- Si, ella es muy bonita, debe gustarte mucho

- ¿Por qué lo mencionas?

- Pues, casarte con ella tan pronto; no tienes mucho de estar aquí y también hace poco me lo pediste a mi – Chanel sonríe y aparta su vista – Así es el amor, un día despiertas con miles de sentimientos por alguien en quien nunca pensaste que podía gustarte

- ¿De qué hablas?

- Me gustas Jackson, me gustas y me siento arrepentida de haberme ido de ese hotel sin decirte un sí, pero tenía miedo, no creí que fuera enserio todo eso del matrimonio hasta que te vi en el altar con esa chica; ese día el corazón se me rompía, quería ser yo, debía ser yo la persona frente a ti.

- Chanel, ¿pensabas que estaba jugando contigo? llevo mucho de querer estar contigo pero siempre me evadías

- Jackson, soy tu amiga y he visto el tipo de mujer con las que te rodeas, se lo que haces con ellas, solo te gustan por un día y luego chao, luego las alejas, no quería ser una de esas mujeres y te he visto usar mil maniobras para poder llevarlas a la cama contigo, pensé que ese día en el hotel estabas jugando, pero ahora no me hago la idea de saber que estas con alguien más, que otra mujer te guste y que la ames

- No la amo – digo de repente

- ¿Qué?

- Estoy con ella por un trato, debía estar casado para recibir ayuda de mi abuelo, estuve a punto de perder todo

- Quiere decir que… ella no es tu…

- Si lo es, pero luego de un año nos vamos a separar, no debería estar contándote esto pero me gustas, no hay día que no me imagine si todo hubiera sido diferente.

Chanel se encima hasta mí, sostiene mi rostro entre sus manos, miro sus ojos verdes como aceitunas y el deseo es más fuerte que lo dos, pego mis labios a los suyos aferrando mis manos a su cintura, quería separarla en mi mente pero en mi corazón estaba la idea de quedarnos así por mucho tiempo, hace mucho quería hacer esto, quería saber cuál era el sabor de sus labios, la mujer deseosa e incontrolable, desbrocha los dos primeros botones de su camisa de color negro y comprendo lo que quiere, en una excitación que crece como una tormenta por la abstinencia de muchas semanas sin tener sexo, no me importa el lugar en el que estamos y desbrocho el resto de botones, dejando al aire libre sus senos que solo son cubiertos por la copa de su sostén, sin poder esperar más quito su sostén dejándolo caer al piso, para así poder besar sus senos y sus duros pezones, los absorbo dentro de mi boca haciendo que ella enrede sus dedos en mi cabello pegándome más a su pecho, meto una de mis manos dentro de su falda y con mis dedos busco la parte más sensible de su cuerpo, sentir su humedad me hace encenderme como una flama, así que introduzco mi dedo medio y anular dentro de su vagina para sentirla mejor, en repetidas ocasiones lo hago mientras al tiempo absorbo con fuerza sus pezones, quiero acariciarla más pero la erección dentro de mi pantalón hace que empiece a doler, ella entiende lo que quiero y me quita el cinturón, desbrocha mi pantalón y luego baja la cremallera; en un impulso o reacción de mi propio cuerpo enceguecido por devorarla, la giro apoyando su pecho sobre el escritorio, levanto su falda y hago a un lado el hilo de color blanco que lleva puesto, abro un poco sus piernas y me poso entre ellas para meter mi pene, escupo en mi mano para lubricarlo más de lo que ya está, y no sé si es por el tiempo que llevo esperando por esto, pero la sensación es deliciosa, con ambas manos sujeto su cabello y me aferro a él para impulsarme mejor en mis embestidas, ver sus glúteos redondos rebotando en mi pelvis me gusta y sigo hasta que veo como sus piernas tiemblan, sigo embistiéndola sosteniéndola de su cadera hasta que siento que estoy por terminar, saco mi pene y dejo que estalle, el semen rodando por sus glúteos era algo que anhelaba ver y que por fin se me ha cumplido.

Un rato más tarde, ambos nos acomodamos nuestra ropa, esperamos que nuestros cuerpos volvieran a su estado natural y ahora si podemos seguir conversando.

- Estoy dispuesta a esperar el año que debes estar con ella, lo único que para mí es importante saber es que no la amas.

Me acerco a ella le doy un beso en los labios

- Un año no será nada, pasará mas rápido de lo que imaginas – respondo provocando una sonrisa dulce marcada en sus labios

Me inclino a ella para darle otro beso pero alguien toca la puerta, así que me acomodo en mi escritorio, aclaro mi voz y digo

- Pase

- Oh, no quiero interrumpir pero debo enviarle unos documentos al grupo de marketing – dice Grace apareciendo en la oficina

- Creo que es hora de irme, mi vuelo sale dentro de poco – dice Chanel poniéndose de pie

La chica pasa por el lado de Grace y no se despide

- ¿Ella es su amiga, la que se encarga de administrar sus hoteles? – pregunta mi secretaria

- Si, es ella

- Se nota que es muy cercana a usted

Afirmo con mi cabeza y ella va a su escritorio, allí se queda hasta que la hora de partir llega, creo que han sido tantas las emociones el día de hoy que no almorcé, no tengo ni hambre, Chanel me dejó con muchos sentimientos cruzados y pensamientos que invadieron mi mente, de alguna forma eso me ha confundido y me ha quitado el apetito.

Una vez en casa Grace prepara unas tortillas, me ofrece una pero la como a medias porque simplemente no me pasan, lo único que quiero es estar en mi cama y pensar en todo lo que ha pasado hoy, ha sido tan inesperado que no logro procesarlo.

6:00 am, la alarma suena haciéndome abrir los ojos de repente, me siento en la cama y estiro mis brazos, es fin de semana y puedo relajarme un poco, ya estaba deseando que estoy días tan movidos se terminaran. Voy hasta el baño para drenar mi vejiga pero el sonido de mi celular me hace detenerme, me acerco a la pantalla y es un mensaje de mi madre.

- Hijo, buenos días, ¿ya te despertaste? Estoy afuera de tu casa, podrías abrirme por favor

Mi corazón comienza a latir como loco, ¡rayos! Corro a la habitación de Grace y sin tocar abro la puerta, la chica que dormía con una corta bata, tiene las piernas al desnudo y parte de su trasero, aparto mi mirada y comienzo a llamarla por su nombre

- Grace, tiene que despertar, mi madre está afuera

Ella ni se inmuta, parece que tiene sueño pesado

- ¡Grace! ¡Carajo despierte! – grito como loco

- ¿Qué hace aquí? ¡Salga!

Me acero a su cama y ella se cubre las piernas

- Mi madre está afuera, así que salga de su cuarto y vaya al mío ¡ahora!

La chica corre más rápido que un coyote, yo cierro la puerta de su habitación con seguro y corro hasta el primer piso para abrirle a mi madre, antes de hacerlo tomo un poco de aire para no parecer fatigado.

Ambos empezamos como locos a recoger lo que creemos que necesitamos, la chica no sabía ni por dónde empezar porque igual su closet está todo renovado, gracias a Dios que allí no le falta nada.

Más tarde nos encontramos en el aeropuerto, esperando que nos anuncien para subir al avión

- Señor son más de trece horas de vuelo, ¿verdad? – cuestiona la chica mirándome con cara de perro regañado

- Si, así es

- No me gusta hacer esos viajes tan largos, ¿y si nos vamos para la casa y fingimos estar en esa isla?

- Mi madre dijo que la dueña del hotel es su amiga, tanto ella como el abuelo estarán al tanto de todo, la conozco, puede ser algo entrometida, ¿por qué cree que no quería que vivieras conmigo en su casa?

- Demonios – Grace apoya su cabeza sobre el bolso que lleva en sus piernas y se queda allí hasta que por fin nos anuncian.

Esas horas di viaje fueron eternas, leí todas las revistas que pude, ella se dedicaba a comer como si no hubiera un mañana, luego dormía por una hora y luego volvía a comer.

- ¿Nunca se le quita el hambre? – Pregunto mientras la veo meterse un gran bocado de un sándwich a la boca

- Pero si no he comido nada, tengo hambre ¿usted no tiene hambre? Mire que en la mañana no desayunamos

- Pero ha pedido comida cuatro veces, de verdad ¿aún tiene hambre?

- Si, es que luego hago ejercicio y quemo todo esto – menciona haciendo que la mire con rareza

- Usted no hace ejercicio, vivo con usted no me puede mentir

- ¿Cree que hacer todo lo que usted me pide en la compañía, no cuenta cómo ejercicio?

- No, eso no cuenta

La mujer me mira con ganas de matarme y termina de comer su sándwich ignorando mis palabras.

Al llegar a nuestro destino en el cual tuvimos que hacer escala, llegamos por fin a la dichosa isla, no sé si es porque ya sea de noche pero no podemos apreciar mucho, quizás el cansancio nos ha jodido más de lo normal, ambos llegamos al hotel y pedimos en la recepción la reserva, mi madre tenía una suite matrimonial, la cual estaba decorada con pétalos de rosas y velas por todos lados, Grace sin importarle nada, dejó los equipajes en un lado y se lanzó en la cama desordenando el corazón de pétalos que allí estaban.

- ¿No piensa bañarse?

- No, estoy muy cansada para eso, ¿es normal que me duela el culo? – cuestiona en un susurro que pude escuchar con claridad, parece atontada.

- Bien, haga lo que quiera

Yo cambio mi ropa y me baño, uso mi pijama y me acuesto a su lado rendido, es agotador un viaje como este.

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