Narra Jackson
Rendidos por un cansancio extremo, escuchamos en lo más lejano unos golpecitos en la puerta, no quiero abrir mis ojos, pero ese golpecito sigue allí.
- Servicio al cuarto – dice alguien afuera
Abro los ojos reaccionando, recuerdo que estoy en el hotel y me veo obligado a levantarme, me pongo una bata y abro la puerta, allí estaba un joven que traía el desayuno en un carrito, me hago a un lado y dejo que pase, noto que hay una rosa en la bandeja plateada, siento muy romántica la cosa.
- Gracias – le digo al chico entregándole un billete de propina
- Grace, ya han traído el desayuno – menciono haciendo que ella reaccione de inmediato ¡vaya! Ni estremecerla es tan efectivo como mencionarle la comida.
- ¡Qué bueno! Empezaba a morir de hambre
La chica se pone de pie acomodando su cabello, parece que ya no le resulta incómodo que la vea despeinada, sale hasta la puerta de cristal y abre las cortinas de par en par haciendo que la luz del sol entre a la habitación, ambos nos quedamos impactados por la imagen, el paisaje es increíble, tenemos la mejor vista de todas.
- ¡Wao! Estamos en el paraíso – menciona en voz baja
- Vaya, si, es mejor de lo que esperaba
Grace vuelve y toma su plato para comer, yo hago lo mismo mientras ambos miramos hacia el mar, abrimos la puerta y salimos al balcón, es tan relajante que hace que valga la pena tantas horas de viaje.
- Mire señor, en el carrito quedó una tarjeta, ¿de qué es? – dice la chica señalando al carrito
- Oh, es como una invitación, en la playa nos brindará no sé qué, la verdad no leí bien
- ¡Estupendo! ¿Iremos? – cuestiona ella
- No, quiero quedarme aquí – respondo cruzando mis piernas
- Yo si voy
La chica se pone de pie y se va hasta el baño, puede ser muy irritante cuando se lo propone, es supremamente terca, hace siempre lo que quiere. Media hora más tarde, sale usando un bikini de color negro, lleva en su cintura un pareo de animal print de leopardo, unos lentes de sol, su cabello suelto y chancletas de goma.
- Mas tarde regreso – dice abriendo la puerta
- ¿A dónde va así vestida? No puede estar por allí sola, se supone que es un viaje de pareja
- Tengo ropa de playa, porque estoy en la playa, y voy sola porque no hice un viaje que me durmió el culo para quedarme en el hotel, hasta luego – dice para salir dejándome solo
¡Mierda! Detesto que sea tan difícil de llevar, siempre es lo que ella quiere, ¡carajo!
Busco en mi maleta una camisa de color blanco y una pantaloneta de estampado, mis chancletas de playa y lentes de sol, ¿tiene que ser tan terca? No le costaba nada quedarse a descansar o comiendo lo que se le dé la gana aquí. No tengo más opción y salgo del cuarto, bajo por el ascensor y al abrirse las dos puertas de metal la primera que veo es a la señora Pérez, es la amiga de mi madre, hace mucho no la veía así que debo saludarla y agradecerle por las atenciones.
- ¡Santo Dios! La última vez que te vi, eras solo un niño, como has crecido – ella mira a mi lado como si buscara algo - ¿Dónde está tu esposa? – cuestiona, había demorado mucho
- Ella bajo un poco antes, ya la voy a alcanzar
- Debe estar ya en la playa, tenemos un show con los mejores bartenders de Colombia
Salgo y hay una zona que se ve muy tranquila, el azul cristalino del agua inspira limpieza, frescura y tranquilidad, por otro lado está un grupo enorme de personas, música y más de un exhibicionista, camino entre ellos para tratar de encontrar a Grace, miro detenidamente como si hiciera un escáner hasta que por fin, la chica estaba en la barra observando como preparaban algo, camino hacia ella con lentitud y noto que dos chicos la señalan, uno de ellos la observa parado detrás de ella con ganas de devorarla, así que me detengo a su lado y pongo mi mano en su cintura para marcar el territorio.
- Aquí estas, cariño – le digo a la mujer dejándole un beso en su hombro, observo a los hombre con cara de “ella es mía” y se van, la chica me mira extrañada y le susurro muy cerca
- Que no se le olvide que aquí estamos como pareja, muchos me conocen, también a usted la conocen, no me haga quedar mal
- ¿Qué estoy haciendo?
- Esos hombre se la cogían con la mirada, ¿es que no ve como esta vestida? – menciono tragando saliva, hago un esfuerzo por no enfocarme en sus senos
- Deje de decir tonterías, todas las chicas están usando trajes de baño, es lo normal, aquí hay playa, sol y arena.
- ¿Jackson? ¡Vaya! No puedo creerlo, estas aquí
Alguien detrás de mí me saluda, me doy la vuelta y era Marcos, un compañero de la universidad, estaba acompañado de su novia Carla.
- ¡Hey! Cuanto tiempo
Ambos nos abrazamos y nos dimos uno golpecitos en la espalda
- ¿Ella es tu esposa? la vi en la prensa, no sabía que tenías una novia – pregunta mirando a Grace
- Si, ella es mi esposa
Presento a mi secretaria con las personas que nos encontramos y juntos nos vamos hasta las piscinas del hotel que son más tranquilas, allí podemos charlar un poco. Las mujeres estaban juntas hablando de cosas de ellas, uñas, cabello y no sé qué más, yo le contaba a Marcos sobre mi empresa de hoteles y sobre el negocio de mi padre, fue una conversación muy interesante, hasta hablamos sobre un posible negocio futuro.
- Marcos, ¿podemos ir a la alberca? – dice Carla haciéndole caritas tiernas a mi amigo
- Si cariño, con mirarme así no puedo negarme – dice el tomándola de la mano y ayudándola a entrar a la piscina
Miro a Grace y solo se enfoca en su móvil.
- Grace, ven aquí, el agua esta súper rica; también tu Jackson, ¡Vengan! – grita Carla desde el borde la piscina
- Oh no, es que no quiero asolearme más, me quedaré bajo la sombra, no traje mi bloqueador – dice ella excusándose, la conozco, no quiere hacerlo
- Justo al lado de Jackson está nuestro bloqueador, dile que te aplique un poco
Ella me mira y extiende su mano para que se lo pase, yo me inclino, tomo el frasco del protector solar y estiro mi brazo para dárselo.
- Vamos, dejen las vergüenzas con nosotros, estamos en confianza, ayúdale – insiste la chica que parece ya tiene muchas cervezas en la cabeza
Me pongo de pie y me siento al lado de ella
- Déjame hacerlo, solo aplicaré un poco en tu espalda – digo esperando alguna reacción de su parte y ella solo afirma con su cabeza, así que agrego un poco del producto en mi mano y esparzo sobre su piel, es muy suave hasta creo que le viene bien el sol para que no parezca un vaso de leche
- Tiene la espalda roja – le digo frotando la crema
- En la mañana no encontré bloqueador en el equipaje, no recuerdo si lo guardé – dice mirando hacia la pareja que está en el agua.
- Si no quiere entrar a la piscina, no lo haga – menciono para que no se sienta obligada
- Si quiero, pero no sé nadar
- Usted dijo que amaba la playa, ¿Cómo que alguien que ama la playa no sabe nadar?
- Usted ama el café y no sabe prepararlo, son cosas de la vida ¿no?
- ¿No podía guardarse el comentario? – cuestiono haciéndole una mala cara
- ¿Qué esperan? ¡Vengan!
Dejo la crema en un lado y la tomo de la mano
- ¿A dónde me lleva? – dice reteniéndose un poco
- No es nada, por Dilaila haría lo que fuera, casualmente hablaba con ella, me dice que no ha visto fotografías de sus vacaciones, así que venga, dale un beso a tu esposa para tomarles una fotografía de recuerdo
Grace me mira sin reaccionar, así que yo con naturalidad, me inclino hacia ella, la tomo del mentón y acerco mis labios a los suyos, en ese instante un pequeño escalofrió me recorre los brazos.
- ¡Bellos! Quedó genial, los postearé en la publicación de la página del hotel
La mujer se retira y nos deja cenar, ambos quedamos un poco incomodos por lo sucedido pero igualmente terminamos nuestra cena, así que ya podemos subir para descansar, la tarde fue movida.
- Oh, mire, nos dejaron una botella de vino aquí – dice Grace entrando a la habitación
La mujer, toma la botella y sirve dos copas de vino
- Tome señor, ¡salud! – menciona chocando nuestras copas
- Creo que ya hemos tomado suficiente ¿no cree? – manifiesto al notarla algo emocionada
- No, son vacaciones, en las vacaciones no hay límites
Ambos salimos al balcón y comenzamos a hablar
- Hace un tiempo confirmé lo que usted dijo, eso de que mi padre sabía todo sobre sus empleados, tenía un expediente completo de usted y de cada uno de los miembros de la compañía. Lamento haberle dicho todo lo que le dije esa vez, respeto lo que hizo por su madre y valoro el tiempo al lado de mi padre – esas palabras las quería expresar desde antes, solo que el orgullo fue más grande aunque la conciencia me mataba
- Ya que estamos pidiendo disculpas, pues también me disculpo por las veces que lo he ofendido, pero que conste que es porque usted me provoca
Comienzo a reír por lo que dice, cada vez que la conozco más me doy cuenta que es un personaje completo.
- Bien, lo admito la he provocado muchas veces pero también lo hago por vengarme, usted puede ser algo complicada
- Somos señor, somos complicados
Luego de unas largas horas de charla, donde le conté sobre mi infancia, los inconvenientes que tuve con mi padre, de mi negocio, ella también me cuenta sobre su madre y los difíciles momentos que vivieron, en medio de esa conversación hasta las lágrimas la acompañaron, fue inexplicable verla así, puede ser una mujer fuerte y dura pero verla así tan vulnerable es diferente, veo que su familia es su todo, respeto todo lo que hace por ayudarles.
- ¿Pedimos otra botella? – dice la chica poniéndose de pie
- No, creo que ya debemos dormir
- Quiero más vino – insiste
- Mañana te compro las botellas que quieras, pero ahora vamos a dormir
- Está bien – dice caminando hasta la puerta del balcón para ir a la cama
Me pongo de pie y le ayudo un poco, sus pasos torpes me atemorizan
- No estoy borracha, solo estoy un poquito mareada, pero estoy bien – dice justificando sus piernas desorientadas
Le ayudo a acostarse y luego yo me acuesto a su lado, ella me mira y me sonríe
- Gracias por ayudarme señor Jackson, por quitar de mis hombros gran parte de esa deuda de la que pensé que nunca iba a salir
- No tienes que agradecer
La chica rodea mi pecho para darme un brazo, yo lo correspondo y la rodeo con mis brazos, ella levanta su rostro y vuelve a sonreír, tiene sus mejillas sonrojadas por el vino y sus labios… miro sus labios y… ¡Dios! Tienes que contenerte, me digo en la cabeza, tengo unas leves ganas de acercarme a ella y de… ¡ahs! Aparto mi cara, pero luego vuelvo a verla y parece confundida por mi actitud, quizás nota que estoy en una guerra conmigo mismo por no besarla, pero solo lo hago, acerco mi boca a la suya uniendo nuestros labios, lo hago sin tener una razón clara, solo me provoca hacerlo y ya.
En medio de nuestro beso, ella abre un poco su boca y deja que mi lengua ingrese para saborear todo de ella, en una maniobra me doy vuelta haciendo que su cuerpo quede debajo del mío, me apoyo en ella y siento el rico aroma de su perfume que me estalla la cabeza, la sigo besando pero esta vez salgo de su boca para besar su cuello, lo que provoca que ella se remueva debajo de mí, su vestido blanco algo desacomodado en su pecho, deja que uno de sus pezones salga a mostrarse y a pedirme que por favor lo lleve a mi boca, así que no puedo negarme y paso a ese pezón rosado que luce duro y que pide que lo absorba con mucha fuerza, ella hace unos gemidos que son como una melodía relajante en mis oídos, ahora paso a su otro pezón y con ambas manos aprieto sus senos mientras sigo jugando con los pezones e intentando meter ambos a mi boca. Cuando la emoción es más fuerte su vestido empieza a estorbar, por lo que me veo en la obligación de sacarlo de mi camino, de pasarlo por encima de sus brazos y hacerlo volar por el aire, la chica intenta cubrirse con la manos el cuerpo desnudo pero tomo sus brazos y los dejo a su costado para seguir besando su pecho, luego para llegar a su abdomen e ir bajando hasta su interior de color beige de encajes, el cual debo deslizar por sus piernas hasta quitarlo de mi vía, abro sus piernas y un aroma inexplicable brota de allí haciendo querer sumergirme dentro de ella, inclino mi cara a su entrepierna en busca de su parte más sensible, paso mi lengua con suavidad para saborearla y luego uso mis manos para abrir sus labios vaginales y apreciar su clítoris húmedo por mi saliva, allí me quedo un rato absorbiéndolo hasta que simplemente ella termina, sus piernas tiemblan y su espalda se arquea de placer, esa es la señal de que lo que he hecho le ha gustado, así que rápidamente me quito la camisa y mi pantalón, bajo mi ropa interior y cuando rozo mi pene erecto por su vagina sensible, esta reacciona, lo hago un par de veces hasta que lo introduzco dentro de ella, empiezo a moverme primero con suavidad y luego aumento mi ritmo, la volteo para que su pecho quede pegado a la cama y sus caderas queden en el aire, mostrándome la mejor imagen de todas, un culo gigante que se mueve cada vez que choca con mi pene, creo que son tantas las ganas inexplicables que tengo que en menos tiempo termino eyaculando sobre ella, con mi corazón agitado, con el clímax en la cabeza y con una ganas por cogerme a esta mujer todos los días, caigo desplomado a su lado.
- Eres la mujer más deliciosa que he probado en mi vida – menciono en un susurro que me sale desde el alma.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Si, acepto el contrato (COMPLETO)