Siempre que termino de hablar de mis cuadros, no puedo evitar sentir lo mismo que sentí al momento que los estaba pintando y por ende esta adrenalina que me recorre por dentro. Lo que no había sentido nunca es esta hermosa sensación de saber que al salir del lugar, habría alguien esperándome y que ella significaría toda mi vida. Claramente, menos imagine que seria mi mejor amiga.
Salgo del estudio y prácticamente me echo a correr hacia ella para abrazarla tan pero tan fuerte que debe recordarme que le estoy apretando demasiado. —Discúlpame amor.— Le digo avergonzado y le miro a los ojos —¿Te hice o le hice daño a la bebé?— Pregunto preocupado y niega con una sonrisa en su rostro.
—Claro que no cariño, solo que no podía respirar. — Se explica y lleva una de sus manos a mi rostro para acaríciame suavemente. —Has estado increíble. — Comenta con orgullo y la felicidad que me hace sentir en estos instantes es indescriptible.
Quiero que siempre estemos así. No me imagino un momento importante de mi vida sin tenerla a mi lado. Sé que puedo sonar egoísta, pero realmente quiero que estemos juntos siempre —Dana, amor... sé que lo que te pediré es una locura.— Intento decir, pero ella lleva su mano sobre mis labios para callarme.
—¿Los conversamos en el hotel mejor?— Me propone y de inmediato asiento.
—Vale...—
[...]
Pocos fueron los minutos que tardamos en quitarnos la ropa al entrar a la habitación y meternos en la bañera tal como se lo he prometido esta mañana. La espuma cubre nuestros cuerpos y el tenerla así entre mis piernas es todo lo que está bien en este mundo.
Llevo mis manos a sus hombros y comienzo a hacerle masajes. —Estas muy tensa cariño.— Comento al sentir como están sus músculos.
—Es que todo lo sucedido me ha puesto muy nerviosa.— Se justifica.
Me inclino un poco a ella y dejo tiernos besos en su cuello —Todo estará bien. Solo necesitas cuidarte. — Afirmo y lentamente voy moviendo mis manos hacia su abdomen. —Las dos estarán bien, ya verás.— Le susurró al oído y sonríe.
—Amor, ¿Qué es lo que me ibas a pedir cuando has salido del estudio?— Me pregunta cambiando de tema completamente.
«Sé que lo hace para distraerme...»
—Entenderé si dices que no, pero es que me he dado cuenta de que el verte al terminar de hacer una entrevista es demasiado hermoso. Siento que nunca quiero separarme de ti o de nuestra hija... Sé que tú tienes una carrera, pero quizás por unos años hasta que sea momento de que la niña comience a asistir al jardín de niños o la escuela, podríamos viajar juntos a las exhibiciones y todo eso...— Le explico con algo de miedo a que me diga que no.
Sé que parece una locura, pero también he visto muchos pintores involucran a sus familias en lo que hacen y al menos esto hace que esta carrera sea menos sacrificada en ese aspecto. Odiaría perderme las sonrisas de nuestra hija, sus primeros pasos, sus primeras palabras... Odiaría que la distancia arruine la relación que Dana y yo hemos construido. Simplemente quiero conservar todo esto que tenemos de la mejor manera posible.
Se podría decir que el silencio en este lugar hace demasiado ruido. Me pone nervioso... ¿Seré capaz de aceptar un no? Si es así debería entenderlo... después de todo yo no puedo hacer que ella deje todo a un lado por mí.
De pronto, ella coloca sus manos sobre las mías encima de su abdomen y entrelaza nuestros dedos suavemente debajo del agua. —Me gusta mucho tu propuesta. Creo que podría funcionar...— Me dice finalmente y sonrió.
—¿Es un sí?— Pregunto con un hilo de voz.
—No quiero que esta familia este separada cuando debas ir a las exhibiciones o futuras promociones, y como dices tú, hasta que la niña deba ir a clases creo que podemos hacer que funcione. — Me dice con entusiasmo y siento que vuelvo a respirar con calma.
—¡¿De verdad aceptas?!— Pregunto con una enorme felicidad que prácticamente no me cabe en el pecho.
—Claro que si...— Expresa mientras se va acomodando dentro de la bañera hasta quedar de frente apoyando su espalda en el lado opuesto a mí.
Siento tanta felicidad...
Me arrodillo y lentamente me acerco a ella. —Te amo, gracias por ser así conmigo. Gracias por siempre caminar juntos en todo esto.— Le digo tomando su precioso rostro entre mis manos.
—Aunque aún no estemos casados, ya somos familia... Tú y tu familia han sido los que me han enseñado que la familia esta para apoyarse en todo momento. eso es justamente lo que quiero hacer.— Me dice mientras me sonríe de la manera más bonita del mundo.
—Llevas razón. — Replico con una enorme sonrisa —Ya somos familia.— Afirmo y sin poder controlar más este deseo por besarla y amarla, fundo mis labios con los suyos.
[…]
16 de diciembre
Hace dos días que ha actuado de manera muy extraña. Sé perfectamente que piensa que me he olvidado de su cumpleaños. Lo que llama mi atención, es que no me haya dicho nada ese mismo día. Supongo que todo el problema de salud que tuvo el mismo día de su cumpleaños, le ha impedido ponerse furiosa conmigo. Lo que ella no sabe, es que mi supuesto olvido tenia un objetivo.
—¡Pero que pasada!— Comenta Fernando observando todo a su alrededor.
—Espero que me perdone... ¿Tú sabes lo difícil que ha sido para mí pretender que he olvidado su cumpleaños? Creí que me mataría...— Explico.
—Me imagino, la pobre debe de estar muy enfadada. — Añade Marco.
—Sí, pero cuando llegue aquí y se encuentre con todos ustedes... y con su ídolo Fernando, seguro me perdona. — Digo muy seguro de mí mismo.
—Eso espero porque si no antes de casarte ya te habrás divorciado. — Bromea su idolo y todos reímos.
Poco a poco todos los invitados van llegando y el reloj avanza hasta que llega la hora de que aparezca ella. Realmente no sé cómo agradecerles a todos mis amigos por haber venido aquí. Tampoco sé cómo agradecerle a mi familia por haberme apoyado en toda esta locura, y mucho menos a mi padre por ayudarme con el regalo de cumpleaños que le hare. Sé que sin él sería imposible.
La música se detiene, las luces se apagan por un instante y esa es la señal de que ella ha llegado... La puerta de acceso a la casa se abre y allí la veo entrar a ella. Luce radiante con ese vestido... Las luces vuelven a encenderse y tal como se los pedí a todos; gritan "feliz cumpleaños" haciendo que su cara sea de absoluta sorpresa.
Puedo notar la confusión en su rostro y mucho más cuando con su mirada recorre el jardín y va descubriendo quienes están aquí... Este es mi momento, está justo en la mitad de la pista de baile.
Me acerco a ella sin decirle nada, pero sonriendo levemente. Rodeo su cintura con mis brazos y le sonrió —Feliz cumpleaños mi amor, ¿me perdonas por haber callado los últimos dos días?— Le pregunto bajito y sonríe ampliamente.
—¡Tú estás loco! ¡Esto parece nuestra boda en vez de mi cumpleaños!— Me dice nerviosa y sin parar de reír.
—Quería que tu primer cumpleaños como mi novia fuese especial... pero ven, ve a saludar a los invitados. — Propongo e intento alejarme, pero ella me detiene.
—Gracias, esto es lo más hermoso que nadie ha hecho por mi jamás. Te amo. — Me dice sonriente y luego me besa sin restricciones.
—De nada, es solo lo que tú mereces... Aun no sabes lo que te tengo preparado como regalo de cumpleaños. — Le digo bajito y antes que haga ninguna pregunta, hago que me siga para ir a saludar a los invitados.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sin Darnos Cuenta