Sorpresas de la vida (SDLV #1) (COMPLETA) romance Capítulo 25

Al día siguiente todos los adultos nos levantamos tarde. Parece que estábamos un poco cansados de por todo lo que habíamos hecho el día anterior para festejar la navidad. Cuando nos levantamos para tomar desayuno, antes de que los niños despierten, nos damos cuenta de que tenemos que limpiar el desastre en la cocina que dejamos ayer. A pesar de todo valió la pena, la comida estaba muy rica y nos comimos todo. Hoy es veinticinco de diciembre. Todo está cerrado. Menos mal que compramos mercadería ayer porque no tendríamos con qué hacer el almuerzo hoy si no fuera así. Incluso esperábamos no tener que cocinar hoy. Pensamos que sobraría de la cena.

Aun así, no tenemos nada para hacer el desayuno. Nada. No cereales, ni pan, ni leche. Nada. Jace y Josh irán a ver si hay algún negocio abierto. Algo pequeño que se le ocurra abrir en navidad, un día feriado.

Mientras tanto Emma y yo nos apuramos a hacer el aseo de la cabaña antes de que los niños despierten, tengan hambre y tengamos que entretenerlos. Intentamos hacerlo de la forma más silenciosa posible, pero minutos después tenemos a Lexie a nuestro lado con cara de sueño y bostezando.

-Hola, Lexie- la saludo mientras la tomo en brazos.

Aún está un poco dormida y desorientada. En ese momento Jace y Josh llegan con bolsas en sus manos y les agradezco mentalmente que hayan encontrado comida. Pudieron comprar leche y cereales. Servirá

Le digo a Jace que vaya a despertar a los mellizos para que todos tomemos desayuno. Uno que pasa bastante callado porque los adultos tenemos hambre y los niños aún están algo dormidos, pero de todas formas comen.

- ¿Cómo encontraron algo abierto? - les pregunto a los chicos.

-Tuvimos suerte- dice Jace- Era algo pequeño, pero sirvió.

-También encontramos una pequeña plaza con algunos juegos- dice Josh- Podríamos llevar a los chicos allí más tarde.

Los tres niños al escuchar la palabra "juego" despiertan mágicamente y sonríen. Los demás nos reímos ante su reacción. Matty está cada día más activo. Resiste más al jugar y lo hace con una sonrisa en su cara. Estoy tan feliz de tener a mi hijo de vuelta.

-Después de almuerzo- digo con una sonrisa- También podrían llevar el triciclo de Matty para que aprenda a usarlo.

- ¡Si! - grita mi hijo animado.

Todos nos reímos y levantamos las cosas que usamos para servir el desayuno para lavarlas.

El resto de la mañana transcurre de forma tranquila. Los niños jugando mientras nosotros terminábamos de limpiar la casa. No era mucho lo que habíamos ensuciado fuera de la cocina así que no nos demoramos mucho.

A la hora del almuerzo empezó a darme un dolor de cabeza punzante y muy molesto. Me molestaba que los chicos hablaran tan fuerte, aunque creo que no lo hacían y eso solo era parte del dolor. No comí casi nada de mi comida, aunque estaba muy rica.

- ¿Estás bien, Maddie? - escucho que dice Emma.

-Me duele la cabeza- respondo como puedo.

Hasta hablar hace que me den más punzadas en la cabeza. Es raro, no me suelen dar nunca dolores de cabeza. Nunca, excepto esa vez en que me emborrache y me dio resaca, pero estoy bastante segura de que anoche no bebí ni una gota de alcohol. Puede que sea el cambio de clima, aunque parece una opción muy rebuscada.

- ¿No irás con nosotros al parque? - pregunta Josh sentándose a mi lado.

Ni siquiera sé en qué momento salí del comedor y me senté en los sillones de la sala.

-No creo, Josh- digo en un susurro.

Él me da un pequeño abrazo fraternal y un beso en la mejilla. Quiero a Josh como a un hermano. Es el tío de mis hijos y el novio de mi hermana. Es un chico único, con una actitud que no se ve todos los días. Me gusta eso de él. Es alguien por la que vale la pena luchar. Solo espero que Emma sepa eso.

Veo que Jace y Emma están vistiendo a los chicos para salir. Veo la hora en un reloj de pared que hay y son casi las cuatro de la tarde. Con el dolor de cabeza y el que me concentrara en todo momento solo en el dolor no me di cuenta de cómo pasaba el tiempo.

-Voy a ver si hay una farmacia cerca que esté abierta- dice Jace que está frente a mí- Compraré algún medicamento y te lo vendré a dejar, ¿Está bien?

Solo asiento. De un momento a otro comenzó a darme mucho sueño. Obtengo un deja vu cuando Jace me toma en sus brazos y me va a dejar a mi cama. Jace comienza a acariciar mi cabello y eso me relaja un montón. Las punzadas en mi cabeza disminuyen su intensidad mientras que Jace sigue acariciándome. Podría estar mucho tiempo así, solo con él cuidando de mí.

- ¿Cuidarás de los chicos por mí verdad? - digo en un susurro.

Tengo los ojos cerrados, pero estoy segura de que Jace está sonriendo en este momento

- ¿Confías en mí? - pregunta él a su vez.

-Si- digo con una sonrisa en mi cara- Nunca he dejado de confiar en ti.

...

Despierto una hora después. Veo en mi mesa de noche que hay una caja de medicamentos para el dolor de cabeza. Me tomo una porque al dormir el dolor ya no es tan intenso. Espero que me haga efecto acostada en mi cama con los ojos cerrados. La luz me molesta y eso que tengo todas las cortinas cerradas, pero claro estamos en verano. La época más luminosa del año.

La pastilla me hace efecto unos quince minutos después, pero aún me siento un poco débil. Comienzo a ver todas las fotografías que he tomado con mi cámara. Fue regalo de mi madre cuando cumplí los dieciocho años. Aquí hay muchos recuerdos. Principalmente de los mellizos. Sus primeros pasos, sus cumpleaños, su nacimiento... todo. Incluso, antes de que nacieran Matty y Mia apenas si usaba la cámara. No había nada en mi vida lo suficientemente importante o interesante como para querer guardarlos para siempre en una fotografía. Solo la usaba en algunas ocasiones con Emma y mamá.

De pronto siento ruido fuera de la casa. Gritos y alguien llora. Siento como abren la puerta de la cabaña con un poco de violencia y la cierran de igual manera.

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