Sortilegio romance Capítulo 13

El día de hoy dará inició la conferencia a la cual asistirá Maximiliano. Aprovechando que les darán un descanso de una hora para comer ha invitado a Samanta a almorzar. Ella ha aceptado y se han quedado de reunir en el restaurante “Yard House”. Durante la mañana Samanta disfruto de la piscina del hotel. Subió a descansar a eso de las diez y media de la mañana y media hora más tarde se fue a dar una ducha para estar a tiempo en el lugar donde había acordado con Maximiliano. Cuando ya se encontraba lista bajo en el vestíbulo ya se encontraba esperándola Maximiliano.

—¿Has esperado por mucho tiempo? —le preguntó Samanta a Maximiliano.

—No, salí hace poco de la conferencia, así que se podría decir que casi llegamos aquí al mismo tiempo —le respondió él.

—Que bueno, me preocupé un poco pensando que te había hecho esperar por mucho tiempo —le dijo Samanta con voz aliviada.

—¿Nos vamos en este momento? —le preguntó Maximiliano.

—Sí —le respondió ella.

Salieron del hotel y se dirigieron hacía el restaurante donde habían hecho la reservación para almorzar juntos el día de hoy. Llegaron al restaurante, tomaron asiento y ordenaron sus comidas. Como entrada Samanta pidió una “House Salad” por su parte Maximiliano pidió una “chicken tortilla soup” como plato fuerte Samanta ordenó un “steak bowl” por su lado Maximiliano ordenó un “maui pineapple chicken” como postre Samanta ordenó un “carrot cake” Maximiliano ordenó un “Brookie”. comieron y cuando terminaron de almorzar Maximiliano regresó con Samanta hacia el hotel.

—Nos vemos nuevamente aquí dentro de una hora —le dijo Maximiliano a Samanta.

—¿A dónde iremos? —le preguntó Samanta curiosa.

—Si te digo ya no será una sorpresa —le dijo él.

Se fueron hacia sus respectivas habitaciones. Descansaron un poco y cuando la hora acordada había llegado Maximiliano pasó por Samanta a la habitación que ella estaba utilizando en el hotel. Se fueron juntos hacia el atracadero del puerto Kewalo Basin.

—¿Qué hacemos aquí? —le preguntó Samanta.

—Daremos un tour en barco por Waikiki.

—Es enserio —le dijo ella muy emocionada.

Subieron a la embarcación, durante el viaje disfrutaron de las hermosas vistas, diversos corales y animales marítimos. Durante su viaje pudieron observar delfines, tortugas marinas, una diversidad de peces. El viaje fue todo un espectáculo de la naturaleza. Disfrutaron mucho de la hora que pasaron navegando en las aguas cristalinas del océano pacifico.

Durante la noche fueron a cenar y al regresar al hotel se dirigieron al bar, tomaron un poco y seguidamente subieron a sus respectivas habitaciones. Maximiliano al día siguiente tiene que asistir al segundo día de conferencias, por esa razón se despidieron a eso de las diez de la noche.

Al día siguiente

Durante la mañana Maximiliano asistió al segundo día de conferencias, mientras tanto Samanta aprovechó su mañana visitando el spa del hotel donde se hospedaban. Al salir de la conferencia Maximiliano se dirigió directamente hacía el hotel para recoger a Samanta, seguidamente se fueron a almorzar juntos esa tarde como lo habían hecho el día anterior. Después de almorzar salieron a dar un paseo por la ciudad. Visitaron diversos lugares y pasaron una tarde maravillosa juntos.

—Desde que te conocí me has salvado en muchos aspectos —le dijo Samanta a Maximiliano.

—Aunque no lo creas tú le has dado un nuevo sentido a mi vida desde que te conocí —le respondió él.

Ambos sonrieron y siguieron caminando juntos por el lugar uno al lado del otro. Luego de una maravillosa tarde regresaron al hotel donde fueron a cenar juntos. Al terminar de cenar subieron juntos y Maximiliano acompañó a Samanta hasta la puerta de su habitación.

—Espero poder contar con su compañía nuevamente el día de mañana —le dijo Samanta.

—Será un placer para mí pasar mi tarde junto a usted —le dijo él.

Seguidamente Samanta entró a su habitación, esos días habían sido tan maravillosos que a Samanta se le había olvidado comunicarse con su hermana. En lo que se disponía a enviarle un mensaje a Maximiliano para agradecerle todas sus atenciones vio las tres llamadas perdidas que tenía de su hermana Margot. Se apresuró a regresar la llamada a su hermana.

—¡Hola! ¿Qué tal? —le dijo Samanta.

—Hermana hasta que te reportas, estaba preocupada.

—¿Por qué? —le preguntó Samanta.

—Tienes dos días sin llamarme, eso no es algo normal y después te llamo y no me respondes, estaba pensando en viajar hasta ahí para asegurarme de que te encontrarás bien.

—No tienes que preocuparte por mí. He pasado unos días increíbles.

—¿Has conocido a alguien ahí? —le preguntó Margot a Samanta.

—Más bien me he reencontrado con alguien.

—¿Con quien? —le cuestiono su hermana a Samanta.

—Eres tan comprensiva, espérame aquí un momento solo voy por mis cosas y nos vamos.

—Aquí te espero —le dijo ella.

Maximiliano se despidió de los presentes y volvió a salir del salón de conferencias. Se dirigieron hacia el estacionamiento y de ahí a un restaurante para comer. Luego de eso pasaron el resto de la tarde disfrutando de la playa.

—¿Qué quieres que hagamos mañana? —le preguntó Maximiliano a Samanta.

—¿No te irás mañana?

—He decidido quedarme aquí para poder disfrutar más tiempo a tú lado hasta el domingo, me hubiera gustado pasar las dos semanas contigo, pero eso me es imposible debido a mis obligaciones.

—Comprendo, ya que es así revisaré que lugares podríamos visitar o que tours podríamos dar y armaré un itinerario para nosotros.

—Pensé que tendrías un itinerario ya.

—Lo tenía, pero ese itinerario lo hice pensando en las actividades que le hubiera gustado hacer al que sería mi esposo. Y como comprenderás ya que fuiste testigo de mi pesar, tuvo que eliminar todos esos planes.

—¿Por qué no cambiaste el destino del viaje?

—Porque lo único que estaba en la luna de miel que era de mi agrado era el lugar al que vendríamos.

—La verdad me da gusto que no cambiará el destino para sus vacaciones así pude pasar sin planearlo previamente tiempo junto a usted.

Siguieron disfrutando de la playa el resto de la tarde, por la noche fueron a cenar a un restaurante que queda cerca del hotel que se están hospedando.

Al regresar al hotel fueron al bar, estuvieron ahí alrededor de una hora y después de eso subieron hasta sus habitaciones.

—Gracias por regalarme otro día de tu compañía —le dijo Maximiliano.

—Gracias a ti, por ayudarme a distraerme y olvidarme de todo durante las horas que paso a tu lado —le respondió ella.

Maximiliano espero a que ella cerrará la puerta de su habitación y después se dirigió hacia la suya. Al encontrarse en su habitación Samanta tomó su laptop y comenzó a planear las actividades para el día siguiente.

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