Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 104

Marcus volvió a casa, no quiso decir nada a Evana sobre Álvaro, habían tenido tanto de la maldad de ese hombre, que decidió que debían olvidarlo para siempre.

Apenas Marcus llego, Evana daba de comer a Natalia, Marcus las observó, sonrió, eran hermosas juntas.

Él sonrió.

—¿Qué pasa? —dijo Evana al verlo.

—Eres tan hermosa, y buena, estoy enamorado de ti, siempre será así.

Evana sonrió.

—Pronto tendremos más niños, cariño, así que, debemos ser fuertes.

Marcus sonrió.

—Ya verás, te ayudaré mucho, seré un buen papá, trataré de ser el mejor para mis hijos, para ti.

Evana puso a la pequeña Natalia en la cuna, ella lo abrazó, besó sus labios.

—Sé que serás el mejor padre del mundo, y te amo.

Cinco meses despues.

Evana estaba en su baby shower, todo organizado por las empleadas de la empresa Ford, que en cinco meses estaba mejorando, y creciendo.

El apellido Ford volvía a ser limpio y respetable.

Evana recibió los regalos de las empleadas y esposas de empleados, iban desde los puestos más altos, hasta lo menores.

Ella no hacía ninguna diferencia, la gente estaba feliz, lejos del clasismo que vivían con Fátima, con Evana se sentían en confianza, con Marcus se sentían seguros, y eso ayudaba a que cada trabajador se comprometiera con la empresa, hasta sentirlo como parte de su familia.

Evana y Sabrina volvieron en el auto rumbo a la mansión, aunque a Evana no le gustaba la idea, la pequeña Natalia no podía ser mostrada ante los empleados, ni nadie fuera de la casa, hasta que los gemelos nacieran, eso con el fin de evitar habladurías.

A veces, Evana se preguntaba si era lo correcto, pero no querían ocasionar en Natalia ninguna diferencia, o dolor en su infancia que provocara algún trauma.

Evana tocó su vientre, estaba a punto de dar a luz, casi cumplía los nueve meses, faltaban escasos días, pero no le importó con tal de ir a la fiesta que le organizaron.

Sabía que tendría dos niños, a los que aún no elegían el nombre, solo se llevarían cinco meses de diferencia con Natalia.

Al llegar a casa, Evana, comenzó a abrir los regalos, tenía tanto que ella ordenó que la más de la mitad fueran enviados al hospital de maternidad y entregados a las mujeres que pronto darían a luz.

De pronto, sintió un dolor profundo, tocó su vientre, era la primera contracción, era una fuerte, ella respiró rápido, se dio cuenta que venían cada vez más.

Llamó a Marcus por teléfono, su respiración era entrecortada.

—¿Amor?

—Ven a casa, nuestros hijos ya van a nacer.

Marcus sintió que le temblaron las manos, estaba por iniciar la reunión, pero miró a los hombres.

—Lo siento, mucho, suspenderemos la junta, debo irme, mis bebés van a nacer.

—Felicidades, señor Ford, bienvenidos sus trillizos.

Marcus solo sonrió, salió tan rápido como pudo, Jonathan fue con él, porque estaba demasiado ansioso para manejar.

En el hospital.

Al llegar, Marcus fue enviado hasta la sala de partos, su esposa estaba ahí, él se cambió por la ropa médica, pero la enfermera le indicó que el parto ya había comenzado.

Los gritos de Evana no dejaban de resonar, y lo asustaban, entró, el olor a medicina, y ver a tantos médicos ahí hicieron que su cuerpo tuviera calor, se acercó con rapidez, sintió la garganta seca.

Tomó la mano de su esposa que le veía asustada, mientras jadeaba y pujaba, con fuerza, empapada en sudor.

Capítulo ciento cuatro: Dos pequeños ángeles de amor 1

Capítulo ciento cuatro: Dos pequeños ángeles de amor 2

Capítulo ciento cuatro: Dos pequeños ángeles de amor 3

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