Alina cambió la ropa del bebé pero le pareció que era un poco fina, así que hizo que le trajeran otra más gruesa.
—Señorita Alina, no te preocupes, la pequeña está de buen estado, no es demasiado grave —Lucy tranquilizó a Alina mientras observaba su rostro nervioso.
Alina asintió con la cabeza.
Megan llamó en ese momento.
Por teléfono, Megan seguía disculpándose con Alina,
—¡Alina, lo siento mucho...!
—Abuela Megan, no te culpes.
—Penny es tan pequeña que está en... —y está claro que toda la familia se preguntó cómo había llegado Penny de Shirling a Ingford.
Alina respiró hondo y dijo.
—Bueno, abuela Megan, eso es todo por ahora, cuídate y no te preocupes mucho, ¿eh?
—Alina, ¡yo estaba muerta de miedo! —Megan rompió a llorar al oír la preocupación de Alina por su salud.
Se sintieron aliviados al oír que la pequeña había llegado al lado de Alina.
Después de todo, sólo tiene dos años, ¿qué pasaría si le ocurriera algo?
—Vamos, abuela Megan, no estés triste.
—Alina, lo siento, lo siento, de verdad que no sabía que ella se iba a ir de casa, ¡de verdad que no lo sabía...!
Andre había comprobado las cámaras de seguridad y le había dicho a Alina que Penny había salido sola de casa y había cogido un taxi, y que había estado sola en el aeropuerto todo el tiempo que estuvo allí.
La buena noticia era que todo había ido bien.
Tras tranquilizar unos instantes a Megan, Alina colgó el teléfono.
Su teléfono no había parado de sonar en toda la mañana, incluso Luna, la madre de Andre, había llamado para preguntar por ella, lo que demuestraba la influencia que Penny había tenido en toda la familia.
Penny miró a Alina con una mirada inocente mientras sostenía el vaso con motivos de ciervos.
—Penny —Alina se sujetó la frente y se acercó al lado de su hija, tomando sus suaves manos entre las suyas.
Llevaba dos pequeños brazaletes de plata con cascabeles en las muñecas, que Megan le había comprado y que quedaron genial con su vestido.
Alina se quitó el vaso de agua de la niña.
—Bueno, ¿ahora puedes decirle a mamá cómo lo hiciste?
La niña la miró con cierta resignación.
—Echo de menos a mamá.
Al oír esto, el corazón de Alina sintió como si le hubieran clavado una aguja.
—Sé que echas de menos a mamá, pero mamá quiere saber cómo has llegado aquí.
—Tío.
—¿Tío?
—Sí.
—¿El tío te compró el billete?
—Sí.
Alina respiró hondo.
Caleb miró la ropa que Alina no se había quitado hasta ahora y sintió cierto resentimiento.
—¡Alina, te dije que dejaras todas tus tácticas después del divorcio! —Dijo el hombre, palabra por palabra.
Alina se quedó inmóvil un instante y luego suspiró aliviada.
«Así que no está hablando de la hija... Entonces, ¿es sobre las últimas noticias de hoy?»
—¿No te lo dije ayer? Nadie puede dañar mi reputación.
¡Esta vez, Alina estaba absolutamente obligada a protegerse en este sentido...!
Los ojos de los dos se encontraron en el aire, y una atmósfera peligrosa los rodeó.
—No me mires con esa cara, no creo que haya hecho nada malo —dijo Alina.
—...
—Al contrario, es mejor cuidar de tu amante.
Alina miró a Caleb con terquedad y arrogancia.
El hombre intentó decir algo, pero Alina continuó:
—¿Ya tienes una hermosa amante pero no sabes distinguir el bien del mal? No me extraña que la señora Collins ya no te quiera.
—... —Caleb no contestó, sólo sus ojos se enfadaron.
La relación entre Caleb y la familia ha sido un tabú en la mente de Caleb durante varios años.
Mientras ambos se enfrentaban, se oyó un grito repentino de Penny en el piso de arriba.
Este grito aplacó la escena de tit-for-tat entre Alina y Caleb, ¡pero puso a Alina en alerta instantánea!
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