Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 17

En coche, Alina se dirigió directamente al despacho del subdirector del hospital, señor Robinson.

Antes de la visita de Alina, la policía había venido para hacer interrogatorios y había confirmado que el médico y los enfermeros que la habían atendido a la abuela de Alina ya no trabajaban allí.

—Entonces, ¿dónde está toda esa gente ahora? —Alina preguntó al señor Robinson.

Una semana antes del regreso de Alina a Ingford, la última enfermera que cuidaban de la difunta anciana, había renunciado a su puesto en el hospital y se había emigrado al extranjero, lo cual era muy sospechoso para Alina.

—Todos han abandonado el país y sus datos de contacto cambiaron hace tiempo, por lo que ahora no es fácil ponerse en contacto con ellos —el señor Robinson respondió respetuosamente.

«Aquellos hacían trabajos no muy bien pagados en el hospital y la mayoría no sabían hablar inglés. ¿Cómo es posible que todos se hayan emigrado al extranjero? ¡Debe haber algo mal detrás de esto!»

Alina abandonó el hospital sin obtener ninguna información útil del señor Robinson.

Y justo cuando ella acababa de salir de la entrada del hospital, le sonó el móvil.

Acto seguido, Alina lo cogió:

—¿Dígame?

—Alina, ¿por qué no te pones en contacto conmigo después de volver a Ingford?

Al escuchar esta voz femenina que le resultaba algo familiar, Alina tardó buen rato en recordar quién estaba al otro lado del teléfono.

***

Media hora después, Alina llegó conduciendo a una elegante y tranquila taberna en el centro de la ciudad.

Tras aparcar bien el auto, Alina entró y se sentó a una mesa junto al ventanal. Y al otro lado, estaba sentada una mujer guapa, quien iba vestida con un traje profesional y tenía un aspecto de élite.

—Alina, pensé que habías muerto en ese accidente de accidente. ¡No esperaba que siguieras viva! —la mujer habló primero y dio un sorbo a su vino.

Alina guardó silencio al oír sus palabras y no dijo nada durante un rato.

Stella tomó la palabra y se quejó:

—Alina, ¡realmente me cabreaste! Desde el principio, yo estuve en contra de que te casaras con ese Caleb, ¡pero me ignoraste e insististe en casarte con él! ¿Ahora ya ves las consecuencias?

—No insistí en casarme con él, solo es que él era una buena opción para mí en ese momento —dijo Alina con cierta impotencia.

Al ver que Alina se sintió infeliz al hablar de su matrimonio fracasado, el tono de Stella se suavizó:

—Oye, no hay nada malo en que confíes en tu abuela y en el señor Max, pero ¿cómo es que no sabes protegerte bien a ti misma en el matrimonio?

A Stella le parecía que el accidente de coche no era tan simple como aparentaba y que debería ser algún plan elaborado de algún malintencionado, y sobre todo cuando vio la noticia del compromiso de Emma y Caleb, se quedó más convencida de sus sospechas.

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