Emma fue completamente ignorada y se enrojeció por la ira.
Solo pudo esperar que Caleb regresara por la noche.
***
En el Castillo Collins.
Durante el almuerzo, Julia se había ido a algún lugar y ahora solo estaban Vanessa y Chester.
—¿No vuelve allí hoy? —preguntó Vanessa.
—No tiene tiempo —asintió Chester.
—¿Es adecuado dejar que Alina y esa mujer estén juntas? —dijo Vanessa con preocupación.
No hacía falta decir cuánto odiaba Alina a Emma.
Después de todo, todos sabían lo que había pasado entre Alina y Caleb hacía tres años.
—Anoche en la Villa Werland, Alina hirió a la Dra. Nova —le dijo Chester a Vanessa, después de pensar un rato.
Vanessa se sorprendió al instante.
—¿La hirió?
—Sí.
—¿Alina hirió a la Dra. Nova?
—¡Sí!
Vanessa se quedó sin palabras y se congeló inmediatamente.
Aunque sabía que Alina le había hecho daño a Emma muchas veces, Emma se merecía la paliza.
¡Pero Nova era médica!
De repente, Vanessa se acordó de que, tres años atrás, Caleb había estado con Nova, que era médica y había atendido a Emma.
«¿Qué demonios? ¿Alina no dejaría en paz a nadie que estuviera implicado en lo que había ocurrido entonces?»
—¿Cómo hirió a la Dra. Nova?
—Me dijeron que...
Chester miraba a Vanessa con una mirada más profunda mientras hablaba de ello.
Obviamente, él también se sorprendió cuando recibió la noticia.
Según la noticia, evidentemente Alina había perdido la cabeza, por eso, había actuado de tal manera.
Aunque la Dra. Nova había actuado según las órdenes de Caleb en aquel año, había perdido completamente la ética de un médico.
No había nada malo en que Alina le causara problemas a Caleb y le diera una lección.
Pero esta manera era realmente cruel.
Chester le contó a Vanessa todo sobre la situación de anoche en la Villa Werland.
Mientras escuchaba, la cara de Vanessa se veía cada vez peor.
—Alina...
Vanessa ni siguiera sabía cómo describir a Alina.
Pero, según su tono de la voz, no la culpaba en absoluto, sino que estaba un poco contenta.
«¡Bien hecho!»
Al fin y al cabo, era un alivio que Alina pudiera vengarse de esa manera de todas las personas que estaban implicadas en lo sucedido de aquel entonces.
Por aquel entonces, Vanessa y Chester no sabían nada, ni siquiera se dieron cuenta después de un suceso tan grande.
Cuando se enteraron más tarde, se sentían culpables.
Pero para entonces todo era irreversible.
Ahora que Alina tomaba venganza de esa manera, Vanessa se sintió un poco mejor en el corazón.
—¡Así que Emma no lo va a pasar bien hoy en la Villa Werland!
Chester asintió con la cabeza.
Pero ahora parecía que era imposible evitarlo.
—No te preocupes.
Chester asintió con la cabeza, obviamente ya había hecho los preparativos.
Chester realmente creó un problema grande a Caleb.
Emma enojó mucho a Chester, y él intentaba enviarla a Eglinton, un lugar muy desolado...
Caleb no quería que Emma se fuera allí, pero si quería mantener a Emma a su lado, solo tenía que...
La situación en la Villa Werland era algo que Alina y los demás no habían esperado, probablemente Caleb tampoco.
***
Por la tarde.
Emma fue llevada de nuevo al sofá. Los sirvientes eran como robots, se limitaban a seguir las órdenes, y no escuchaban nada que decía Emma.
—Quiero ir al baño.
Emma se apresuró a decir cuando una sirvienta pasó a su lado.
Nunca se había sentido tan avergonzada como ahora.
Pero esa sirvienta no se atrevía a hacerle caso.
Alina estaba sentada donde había estado por la mañana. Ella había pelado manzanas toda la mañana y ahora estaba podando flores.
Los sonidos de la tijera eran como cortes en los nudillos, y nadie se atrevía a pasar cerca de Albina ni un segundo.
Así que los sirvientes no osaban hacer caso a Emma y pasaba detrás de ella rápidamente.
Emma estaba muy disgustada.
No había ido al baño ni una vez desde la mañana y ahora tenía mucha sed, pero no se atrevía a beber agua.
Emma miró a Alina y dijo:
—¿Insistes en torturarme así?
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