Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 19

Al ver la escena, Emma instantáneamente salió furiosa, queriendo matar a Alina en el acto.

Alina, al ver su enfado, se puso tan contenta y se bajó lentamente de su Mercedes.

Emma echó un vistazo a su coche estropeado y gritó en voz alta:

—Alina, ¡¿qué has hecho?!

Sin responder directamente a su pregunta, Alina dijo con cara fría:

—Cuando estabas en mi casa, todos te respetábamos y te tratábamos como miembro de la familia...

Alina hizo una pausa, echó una ojeada al coche roto de Emma y continuó con una sonrisa desdeñosa:

—Pero es una pena que no lo hayas apreciado. A partir de ahora, no mereces tocar ningún objeto de la familia Hughes, ¡ni siquiera una plaza de aparcamiento!

El tono de Alina era indiferente y dominante, y en aquel momento Emma vio en ella a la noble señorita de la familia Hughes de antaño.

En aquella época, Alina era elegante y hermosa. Aunque era muy amable y accesible en la vida cotidiana, siempre le daba una presión invisible a Emma y le dejaba sin aliento. Emma nunca podía mantener la cabeza alta en donde estaba Alina.

Ante las palabras de Alina, todo el cuerpo de Emma se estremeció de rabia.

—¡Marco! —Alina alzó la voz.

—Sí, estoy aquí, señora Alina —dijo respetuosamente el ama de llaves mientras se apresuraba a salir de la villa.

Marco ya había visto a Emma estar en el patio antes de que Alina volviera, pero no la dejó entrar.

En opinión de Marco, cualquiera que fuera la razón del compromiso de Emma con Caleb, lo que ella había hecho era inmoral para Alina, y para una persona tan indecente, Marco no quería que ella pisara la casa de su señora.

—Que vigilen bien el portal a partir de ahora y que no dejen entrar a algunas personas no deseadas.

—Entendido, señora Alina —respondió Marco y echó a Emma una mirada desdeñosa.

Tras decir eso, Alina no perdió más el tiempo con Emma y se dirigió hacia la puerta de la villa.

Esta actitud despectiva molestó aún más a Emma.

—¡Alina, vete de Ingford para siempre! —amenazó Emma.

Alina se volvió, se encontró con los ojos furiosos de Emma y se rio suavemente.

—¿Qué? ¿Me tienes miedo? —preguntó Alina, sonriendo.

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