THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 16

—Váyanse a cambiar —gruño Estefan mirando a Theo y a Taylor—, yo me quedaré a acompañarlo.

—¿Y si te vas a comer m****a? —Taylor se apoyó en la pared—, ¿Quieres dormir para asesinarla o algo así?

Theo puso los ojos en blanco y Estefan entrecerró los ojos hacia Taylor.

—Necesito hablar con Bael —Estefan dio un paso hacia Taylor—, si no te vas por las buenas, te vas por las malas.

Taylor sacó la cuchilla de jade bañada en sangre angelical y la puso en su cuello.

—¿Así? —pregunto y sonrió amargamente—, ¿Cómo sería por las malas?

—Por la diosa ¿ustedes no pueden estar sin amenazarse de muerte cada vez que hablan? —gruño Theo.

—Él comenzó cuando me lanzó una montaña encima —exclamó Taylor.

—Solo estaba intentando jugar contigo —Estefan le mostró su media sonrisa—. A veces olvido lo humana y frágil que eres.

—Vamos amor —Theo quito la cuchilla del cuello de Estefan y empujo a Taylor con suavidad—, esta capa es demasiado incomoda, quiero una pijama.

Los dos prometidos se fueron a su habitación conjunta no muy lejos de ellos. Estefan se volteó para ver a Bael que estaba recostado sobre la pared al lado de la puerta de la habitación de Jessy y su hijo.

—Adoro a esa chica —le sonrió Estefan—, aunque es humana, tiene espíritu.

Bael no le contestó ni hizo nada para mirarlo.

—Lo siento ¿bien? —Estefan suspiro con fastidio—, verla también me afectó, sabes que nosotros nos tratábamos muy pesado antes. La mujer puso polvo picante en mi cama provocando que hasta el culo me ardiera por días. Verla así, toda diferente provocando que te desmayaras, simplemente explote.

Bael siguió sin contestarle.

—¿Has hablado con ella? —volvió a intentar—, seguramente debería escuchar todo lo que pasó entre ustedes de tu propia boca.

Su primo siguió mudo.

—¿Sabes qué? —Estefan lo miro con enojo—, voy a decirle yo mismo que pasa, le diré lo irritante, fastidiosa e insípida que era antes de que le borraran el disco duro, tal vez le meta un golpe en la cabeza por los viejos tiempos.

Antes de que toque la puerta, una mirada gélida de Bael lo detuvo.

—De verdad Estefan —siseo Bael—, no estoy para tus estupideces. Ahora no.

Cerca de Bael, al final del pasillo se encontraba una ventana. Estefan se acercó a abrirla, el frío viento chocó con su cara. Se acercó a su primo nuevamente y empezó a rebuscarle la ropa bajo la mirada amenazante de Bael que no le hacía gracia ser manoseado. Al final sacó una cajetilla de cigarro.

—Tú no fumas.

—Eres padre ¿No se supone que se fuma cuando uno se convierte en padre?, no hay puros, pero esto servirá.

Volvió a la ventana siendo seguido por un Bael que no quitaba la vista de la puerta de la habitación de Jess.

—¿Cómo no estás quemando todo este lugar? —Estefan boto un poco de humo después de encender su cigarro—, todo este tiempo te has perdido de ellos, de él, yo mismo estoy desquiciándome al enterarme que he tenido un ahijado todo este tiempo.

Bael boto el humo con desgana.

—Me tenía miedo, estaba aterrada —susurro Bael—, ella jamás me había visto así, ni siquiera cuando me enteré de la verdad y la trate como cualquier cosa o cuando la lleve después de que casi mato a Kerim. Me vio con pena, me vio con odio y hasta con desafío, pero jamás con miedo. Ahora ella me ve como si yo fuera un monstruo.

—Si, lo sé —Estefan asintió—, la Jessy que recuerdo me hubiera escupido en la cara por lo que le hice, está realmente pensaba que la iba a matar.

—Verdaderamente no nos recuerda, preferiría que fuera una tapadera a esto —Bael dejo que el humo inunda su cuerpo y después lo soltó para desahogarse—, no sé cómo mirarla a los ojos sin romperme, la mujer que amaba no existe, es… es como si mi Jessy realmente hubiera muerto. Y ahora esta esta que me teme hasta los huesos y cree que voy a matarla.

—Es Jessy, solo tenemos que llevarla al Reino y le arreglaran lo que sea que tenga —Estefan parecía muy convencido—, seguramente mi tío Dylan o Odette puedan hacer algo por ella, entonces tendrás a la desquiciada que puso brillantina en tu auto y tu habitación.

—Si vuelve… —Bael habló con la voz rota—, si mi Jessy vuelve…, han pasado años, pero no creo que la gente olvidará lo que pasó. Escuchaste a Liana, la mitad del consejo va a querer ir por su cabeza, mi propio padre y mi tío Jaime van a querer que tenga el juicio que no tuvo antes. Al menos con la pérdida de memoria podría protegerla.

—Llévatela a Francia —replicó Estefan—, vete con ella y tu hijo, a esa casa con protecciones. Auguste nunca delataría su posición y los taparía, tú lo sabes.

—¿Para qué mi hijo viva oculto como un delincuente? —Bael negó con la cabeza—, tal vez Jessy y yo podríamos tener esa vida, pero con un niño es diferente. Es mi sangre, es un príncipe, heredero de mis títulos y mi posición. Ahora que Gabriela tomó el apellido de Jose en conjunto, eso me deja a mi como el sucesor directo de mi papá y eso lo convierte en el futuro miembro del escuadrón real. No puedo simplemente ocultarlo del mundo, quiero que crezca en una familia grande y ruidosa como lo hice yo.

—El perdón de Liam es todo lo que nos queda entonces —Estefan lanzó la colilla de cigarro por la ventana—, no creo que no te lo ofrezca, no en la condición en la que está Jessy. Un indulto del príncipe heredero en todas sus funciones.

—¿Con qué cara se lo voy a pedir? —Bael negó con la cabeza—, fue el mayor afectado por todo lo que hizo Jessy, él mismo me dijo que jamás la perdonaría y no quería tenerla cerca de la familia.

—Eso fue hace más de 6 años, Liam es un ser de luz que no guarda rencores —dijo Estefan—, la forma en que miraba a Dantalian, se le derritió el corazón como a todos. Además, que él mismo ayudó a Jessy y vio la cicatriz en su cabeza. La perdonará si no es que ya no lo hizo.

—No puedo hacerlo —Bael siguió negando.

—Ah, pero yo si —Estefan lo miro decidido—, iré a pedirle que lo haga ahora mismo.

Estefan se alejó hacia la habitación de Liam, Bael lo hubiera detenido sino hubiera escuchado ruido en la habitación de Jessy.

*****

—Hoffman —Jessy acaricio el cabello de Dantalian—, estará feliz de tener un apellido al fin, siempre me lo preguntaba.

Bael dejó de sonreír.

—¿Quién cree que es su padre? —Bael intentaba alejar el resentimiento en su voz—. ¿El hechicero?

Jessy negó con la cabeza.

—Ha preguntado por ti demasiadas veces —Jessy se encogió de hombros—, le respondía que se lo diría cuando creciera, no tiene la edad para que supiera que yo escapaba de ti.

—No tienes que escapar nunca más —habló Bael solemne—, no lo intentes te lo suplico.

Jessy lo miro a los ojos, casi perdiéndose en esa mirada gris y brillante.

—Tengo miedo.

—Lo sé —Bael se acercó más a ella—, puedo sentirlo.

—¿Puedes prometerme que jamás me separaré de Dantalian? —ella lo miró suplicante—, si lo haces, prometo no volver a intentar escaparme.

—Los tres no volveremos a separarnos jamás —Bael tomó su mano, los dos sentían su piel quemar—. Te he buscado tanto tiempo, añore tanto tiempo tenerte frente a mí que casi es un sueño. No volveré a soltarte nunca.

—No puedo recordarte —dijo ella con la voz rota—, quisiera hacerlo, pero no recuerdo nada de mi vida antes. Eso no detiene mi sentir, puedo sentirlos, sentí mucha culpa al ver al príncipe heredero, mucha tristeza y culpa, cuando… cuando mencionaron lo que hice lo entendí. Mi cerebro no los recuerda, a pesar de eso los sentimientos están ahí, guardados en mi corazón.

—¿Y qué sientes cuando me ves?

—Como si hubiera recuperado algo que me faltaba —ella cerró los ojos cuando él empezó a acariciar su rostro con delicadeza—, también siento dolor, verte es como una apuñalada en el pecho.

Bael se acercó lentamente, ella podía sentir su aliento sobre sus labios.

—El dolor ha sido parte de nuestra historia —Bael temblaba al igual que ella—, constantemente nos envolvió incluso en los cortos momentos felices, más eso no me detuvo a dejar de amarte. Te amare por siempre Jessy, ni siquiera la distancia y el tiempo pudo detener mis sentimientos por ti. Te amaré hasta que dejé de respirar.

Jessy seguía sin abrir los ojos y sintió los labios de él sobre los suyos. No recordaba haber besado a alguien antes, así que era como la primera vez para ella. Era dulce y delicado, también estaba cargado de mucho sentimiento. Poco a poco se fueron acercando más, las lágrimas de ambos mojaron sus rostros y la piel les ardía, sus lobos aullaban de felicidad y sus almas vibraron.

Cuando se separaron Bael unió sus frentes.

—Te protegeré a ti y a nuestro hijo —prometió abriendo los ojos—, no importa cómo.

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