—¡Tienes que rechazarlo ahora mismo! —explotó Takeshi, el padre de Aiko, todos los que no eran miembros de la familia siguieron a los hombres lobos dejándolos solos—, ¡Esto no lo puedo permitir!
—Takeshi —Masaru, su padre lo calló—, tienes que controlarte, ¿Cómo se te ocurre atacar a un alfa así?
—¡¿Soy el único que ha escuchado como quieren llevarse a mi hija de aquí?! —Takeshi estaba volviéndose loco.
Sus tíos empezaron a hablar, la madre de Aiko empezó a gritarle a su padre para que se calmara y todos ideaban cosas para que Aiko rechazara al alfa del mejor modo posible para que no se creará un conflicto con la manada más fuerte y poderosa de Japón.
En cambio, Aiko tenía la vista fija en Naoki, este la miraba directamente a los ojos sin pestañear, en su rostro se reflejaba el dolor. Aiko no sabía como aun no lloraba.
—Tu… ¿Cómo puedes? —Naoki lo miro destrozado—, ya tomaste una decisión y no es la que todos piensan.
De pronto todos callaron al escuchar a Naoki.
—Naoki…
—Ya tomaste una decisión —Naoki retrocedió un paso, su cuerpo temblaba por completo—, y lo elegiste a él.
—¡Naoki!
Salió corriendo por la parte trasera del edificio y Aiko empujo a toda su familia para salir detrás de él.
Corrió mucho para alcanzarlo, Naoki era mucho más rápido que ella, pero ella sabía a donde iba. Se adentraron al bosque encantado que cuidaba su villa y lo siguió hasta un claro donde siempre pasaban el rato desde niños.
—Naoki —susurró Aiko cuando se puso detrás de él.
—Te amado desde siempre —Naoki se abrazó a si mismo por el frío—, hemos sido inseparables desde que tengo uso de razón, somos novios desde la secundaria y se supone que deberíamos casarnos en unos días ¿Ahora dejas todo lo que tenemos por una hombre lobo que no conoces de nada?
Aiko agacho la mirada.
—No te estoy dejando por él —explicó ella—, yo… simplemente no quiero seguir aquí, me siento atrapada en esta villa, me siento atrapada con estas personas. Amo a mi familia, pero de solo pensar pasar aquí el resto de mi vida me enferma.
Naoki la miró consternado.
—Nunca me dijiste algo de esto.
—¿Cómo iba a decírtelo? —Aiko levantó su vista—, tu estabas feliz con tu papel aquí. Estabas feliz con todo lo que tienes, amas genuinamente este bosque y a la villa. Yo solo me deje arrastrar en todo esto, pero cuando salió la oportunidad de postularme para ser cazadora A4, la tome, aunque me diste la espalda.
—¡Ese examen es mortal! —exclamó Naoki—, ¡La mitad de los concursantes terminan muertos! ¡¿De verdad crees que iba apoyarte en algo así?!
—¡Es lo que quiero ser! —replicó ella—, ¡Quiero salir al mundo! ¡Quiero convertirme en una cazadora de élite y descubrir que hay más allá de este lugar donde nunca pasa nada!
—¿Y cuándo pensabas decírmelo? —le recrimino Naoki—, ¿Pensabas esperar a que te pregunten si aceptabas ser mi esposa para salir corriendo dramáticamente?
—Yo… —Aiko trago saliva—, no pensaba volver.
Aiko se sorprendió de que Naoki pareciera más destrozado.
—Bien moría en la prueba o tal vez sobrevivía y me convertía en una cazadora A4 —siguió Aiko sin tregua—, de cualquier forma, no iba a volver, pensaba mandar una carta explicándolo todo. Pero al final el camino me trajo aquí de nuevo, supongo que debía enfrentarme a ustedes cara a cara.
Quedaron en silencio un momento doloroso.
—¿Me amaste de verdad alguna vez? —susurro Naoki.
—Te amo Naoki —Aiko se sintió avergonzada de sí misma—, pero… pero no del mismo modo que tú me amas a mí.
Naoki cerró los ojos y se dio la vuelta para no mirar a Aiko, no soportaba mirarla más. Aiko creyó que en ese momento lloraría, pero ninguna lágrima se salió, solo sintió un vacío doloroso y frío en su interior. Frente a ella estaba su mejor amigo y el hombre con el que pensó pasaría el resto de su vida. Sufriendo terriblemente por amarla.
—Espero… —Naoki limpio sus lágrimas sin darse la vuelta para mirarla—, espero que encuentres lo que buscas, espero que te sientas libre cuando te vayas de aquí con él.
Aiko quiso decir algo más, quiso abrazarlo y pedirle que la perdone. No obstante, no lo hizo, eso solo prolongaría el dolor para los dos.
Ella solo volvió a marchar por el camino ya recorrido, volviendo a sus pasos.
Ingresó al edificio donde su familia aún la esperaba.
Su padre iba a empezar a gritar nuevamente, pero el jefe Masaru lo callo con la mano.
—Ella tiene que elegir —Masaru miró con seriedad a su nieta—, eres una adulta, aunque a muchos de nosotros nos cueste verlo.
—¿Qué tiene que elegir? —Takeshi estaba entrando en pánico—, adulta o no, es mi hija, no entregaré a mi hija a ningún hombre lobo…
—Takeshi no sería lo correcto decidir por ella —Masaru miró a su familia—, y no lo digo solo porque no quiera romper el tratado de paz con la manada “Shirookami”, todos aquí hemos estudiado el asunto de las almas gemelas. No es algo con lo que jugar, la única que puede decidir en rechazar al alfa Natsuki es ella, no podremos interferir.
Takeshi miró a su hija totalmente aterrado. Todos veían a una mujer, pero él solo veía a su niña pequeña.
—Padre…
—Aiko —Takeshi se acercó a ella—, ya sé que no tengo nada que decidir sobre tu vida, pero quiero que realmente pienses en lo que estás haciendo. Si decides irte con ese hombre no hay vuelta atrás, estarías dejando a todos nosotros, a tu familia, a tu villa…
La puerta de la entrada del edificio se abrió y de ahí salieron la familia de Aiko con la misma Aiko.
Natsuki noto que Aiko estaba más cerca de su familia y ellos ya no parecían enojados.
Su corazón se hundió, al final ella decidió quedarse con ellos.
El lobo de Natsuki empezó a lloriquear en su interior.
—Si me doy cuenta de que estás haciendo sufrir a mi hija, te clavará una estaca de plata en el pecho —Takeshi amenazó a Natsuki.
—¡Papá! —Aiko intentó detener a su padre.
Natsuki estaba confundido.
—Mi nieta ha tomado la decisión de pasar un tiempo junto a alfa Natsuki para conocerlo mejor —hablo Masaru—, espero que, en caso Aiko no decida aceptarlo al final, puedan dejarla ir en paz y no se cree un conflicto entre su manada y nuestra villa.
—Tiene nuestra palabra —respondió Hiro muy feliz.
Natsuki estaba procesando todo, no solo Aiko decidió irse con él al final, sino que su familia parecía aceptarlo.
—Mi hija ha sido cuidada y adorada como un tesoro —siguió amenazando Takeshi—, es mi hija más preciada…
—¡Oye! —exclamó Ryo, el hermano de Aiko.
Su padre lo ignoró.
—Así que espero que la traten de igual modo, iré a visitarla con regularidad —Takeshi seguía mirando a Natsuki como si fuera un vil ratero—, a comprobar yo mismo que mi hija sea tratada como se merece.
—¡Papá! —Aiko nunca estuvo más avergonzada.
—Es usted bienvenido cuando desee, señor Takeshi —Natsuki hizo una reverencia.
Takeshi seguía mirándolo mal.
—¡Retomemos el recibimiento! —exclamó Masaru más contento—, celebremos que ahora hay más lazos entre la villa Kamiken Sato y la manada Shirookami.
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