—¿Creen que realmente debería ir? —Selene Nightshade, alfa de la manada “Steel Fangs” se tocó el rostro—, no me avergüenzan mi cicatrices, pero tal vez alguien como yo no encajaría en un lugar como él Reino.
—Mi padre nos ordenó que todo debieran estar ahí —hablo Bael con educación—, la apariencia no es algo de lo que deban preocuparse, es el valor de las personas lo que más le interesa al Rey Oliver.
—¡Serán muy bienvenidos! —exclamo Liam con efusividad—, no tienen de que preocuparse, sé que mi tío Alan les dio algo de miedo, pero los demás miembros del escuadrón son bastantes educados y mi papá debe estar contento de conocerlos.
—Conocer al Rey va a hacer uno de los más grandes honores de mi vida —hablo Cameron algo conmocionado.
—No es para tanto —Estefan parecía aburrido—, es igual a Liam, pero más viejo y menos tonto.
Bael apareció con Liana y después les hizo un gesto con la cabeza a Liam, Estefan y Theo para que se acercaran a él.
—Me iré con Gunnar ahora mismo —hablo Bael—, preparen todo, yo supongo que apareceré de nuevo en medio de toda la presentación.
—Todo tiene que ser bien cronometrado —intervino Liana—, después de las presentaciones, puede que los alfas se queden unas horas en el palacio y después nos pidan que lo traigan aquí.
—Ya hablamos con ellos para que eviten mencionar a Jessy y Gunnar —Liam miró a todos—, pero hay algo más que también debo hacer antes de devolverlos.
—¿Qué es más importante que nuestros padres se enteren de Jessy y Dantalian? —preguntó Estefan.
—Creo que Clark y Bruce son hermanos de Leia —soltó Liam.
Todas los demás lo miraron como si se hubiera vuelto loco. Entonces Liam empezó a explicar sobre las similitudes de la historia que contó la madre de Leia, que en realidad era su tía, comparada con la historia que contaron Bruce y Clark.
—Por la diosa, este viaje me ha chupado media vida —se quejó Estefan—, debí quedarme con Gabriela.
—Creo que lo de Leia podía esperar un poco hasta que tengamos todo controlado —Liana intentó ocultar su preocupación, una noticia así podía afectar más a Leia y se moría por decirle a Liam que sería papá, pero evidenciaría que estuvo en contacto con su padre—, creo que lo primero que debemos hacer es encargarnos de los alfas.
—Entonces Bael irá primero con Gunnar a dejarlo con Jessy y Dantalian para que se despida de ellos, Estefan nos teletransportara al palacio para la reunión —Liam repasaba todo lo que harían—, Bael nos dará el alcance y lo demás lo iremos haciendo según cómo avancen los acontecimientos.
—Yo solo quiero ver a Joon —siguió quejándose Estefan—, lo demás es su problema.
Se acercaron nuevamente a los alfas después de hablar, varios saldaron a Liana y esta tuvo que explicarles porque no debían mencionar el hecho que ella no estuvo ahí. Una excusa de que se vería débil ante el escuadrón del Rey y que no quería que prolongarán más su entrenamiento.
Los alfas no prestaron mucha atención a esto y aceptaron, pero Clark pudo darse cuenta de que Bael se fue solo con Gunnar y que seguramente la razón era que él Rey y su escuadrón no sabían sobre Jessy y Dantalian.
Le dijo a Liam sus sospechas mientras Estefan le explicaba a los demás alfas como sería teletransportarse mediante magia.
—Es exactamente eso —Liam miró nervioso a Clark—, ya conociste al padre de Bael y sabes la historia que hay detrás. Tenemos que ir con cuidado.
Clark asintió.
—Espero lo mejor para ellos —Clark miró alrededor de la manada—,encontrarlos aquí, justo donde los traje. Era el destino que quería que estuvieran juntos. Las familias deben estar unidas.
Liam tragó saliva.
—Si —miro a los ojos a Clark, notando que tenía los mismos ojos de color café que Leia—, las familia deben estar unidas.
—¡Ven aquí Liam! —exclamó Estefan—, ¡Al fin nos vamos!
***
Gunnar se sintió extraño de tener la mano de Bael en el hombro y más de que alguien lo teletransportara.
Llegaron a lo que parecía una mansión de campo, Gunnar detectó automáticamente las protecciones mágicas alrededor de toda la residencia.
—Jess no está aquí —dijo con cuidado mirando a Bael.
—No, no lo está —Bael miraba el jardín—, no estamos en el Reino.
—No me puedo ir de aquí —Gunnar frunció el ceño—, y tampoco creo que nada pueda entrar aquí al menos sin tu permiso.
—Este lugar se podría decir que es un refugio —explicó Bael—, un lugar que no se puede rastrear, una persona o ser mágico podría pasar cerca al territorio y no vería nada. Si intentara entrar, sentiría miedo y una irracional ganas de correr lo más lejos.
Gunnar se quedó en silencio, sopesando la situación.
—¿Es una cárcel para mí? —pregunto Gunnar casi riendo—, nunca pensaste llevarme donde Jess y Dan, me trajiste aquí para encerrarme y alejarme de ellos.
Bael volvió a mirarlo, con un gesto indiferente e impasible.
—¿Tienes mucha imaginación verdad? —Bael se llevó las manos a los bolsillos de su uniforme—, este fue el hogar de Jessy en su niñez, de hecho, su padre está enterrado en el jardín.
Gunnar miró rápidamente al jardín, que era enorme y con líneas de flores y cosas que parecían verduras.
—La arregle y elimine todas las cosas de su madre —siguió hablando Bael—, selle algunas habitaciones y purifique el lugar. Yo sabía que, si algún día la encontraba, no iba a dejar que le hicieran daño, la encerraran o la alejaran de mí. Así que preparé este lugar para que esté cómoda.
Gunnar sintió una inmensa culpa.
—Lo siento…
—Ya basta de disculpas —zanjó Bael alzando un poco la voz, pero sin expresar alguna alteración—, entiendo lo que hiciste, si tenías algo que pagar, lo pagaste con la vida que yo con mis manos te arrebate. No quiero escuchar nada más del tema.
Gunnar trago saliva, el mate de Jess podía ser bastante intimidante. Lo contrario al carácter bondadoso y dulce de Jessy. Ahora sabía de dónde salía el carácter de Dantalian.
—No te traje aquí para encerrarte ni nada por el estilo, si fuera por mí, dejaría que te esfumaras para no volver a verte nunca más en mi vida —prosiguió Bael—, pero para bien o para mal, eres parte de la vida de mi hijo. El cual no ha dejado de mencionarte en todos los momentos que pase con él. Sacarte de su vida tan abruptamente sería perjudicial para él, solo por eso dude en matarte.
—¿Me estás dando permiso para estar en su vida?
Sin que Gunnar pudiera verlo venir, Bael puso su palma en el pecho de Gunnar de forma violenta. Gunnar gritó porque la mano del semidemonio ardió, quemando el pecho del hechicero.
Gunnar cayó arrodillado al suelo sujetándose la zona lastimada. Bael ni se inmuto.
—He dejado mi marca en ti, desde ahora podre sentirte a donde sea que vallas y podre saber si vives o no —dijo el semidemonio con frialdad—, no creo que mi familia a estas alturas pueda hacer nada contra Jessy y mi hijo, pero siempre es bueno tener un plan de contingencia.
Gunnar levantó la vista con algunas lágrimas de dolor surcando su rostro.
—Se que tus intenciones fueron buenas, sé que diste la vida por nosotros, pero aun así te odio por haber mantenido tanto tiempo lejos de mi a mi familia, por robarme momentos con ellos que debieron ser míos, por robar el amor de Dantalian —por un momento vio un destello maniático y escalofriante en los ojos de Bael, pero este volvió a tener esa mirada que congelaba cualquier cosa—, pero amas a mi mate y a mi hijo, ellos te corresponden y te aman a ti. Eres alguien poderoso y has demostrado que puedes escabullirte como una cucaracha. Así que quiero que estés para ellos en caso surja algo y necesiten este refugio.
Gunnar se levantó a pesar de lo humillado que se sentía.
—¿Quieres un esclavo?
—Quiero un guardián para mi familia —replicó Bael—, pero puedes negarte. La marca servirá como un resguardo para que sepas que no puedes llevártelos de nuevo porque te encontrare y esta vez no habrá nadie para que te reviva porque no quedará nada de tu cuerpo para revivir como la cagada de Orión.
Gunnar le sostuvo la mirada.
—¿Realmente puedo negarme? —Gunnar señaló la piel al rojo vivo de su pecho, con toda la tela quemada—, ¿No usarás ningún truco demoníaco para hacerme cumplir? ¿Puede irme así de fácil?
Bael alzó una ceja. Levantó su mano y chasqueó sus dedos.
Gunnar se dobló de dolor.
—Puedo matarte cuando se me antoje —hablo Bael irritado—, pero ya te dije que no lo haré, así que deja de gastar tiempo que no tengo. Decídete de una puta vez, o te quedas en las sombras cuidando de mi mate y mi hijo en caso lo necesite o seguimos el maldito plan y vas a despedirte de ellos ahora mismo para que nunca más puedan ver tu cara.
Jessy se acercó a Bael. Se le rompió el corazón al ver una pequeña lagrima caer por su mejilla. Así que la limpio.
—Ese vestido —dijo Bael con la voz rota—, ¿De dónde has sacado ese vestido?
Jessy miró hacia otro lado.
—Auguste me enseñó mi antigua habitación y encontré este vestido —explico ella avergonzada—, Auguste me dijo que, si no me ponía algo decente, me cambiaría el mismo. Me compro maquillaje y esas cosas…
—Ese vestido lo recuerdo muy bien —susurró Bael.
—¿Sí? —pregunto Jessy—, ¿Te molesta que lo use?
—No, solo me he quedado sin aliento —Bael tomó su mentón con delicadeza para levantarle el rostro y así mirarse mutuamente—, me trae un divertido recuerdo.
Jessy nunca estuvo más sonrojada, descubrió que Dantalian no era el único que podía provocarle eso.
—Lo usaste una noche vieja, esperábamos la navidad y estabas preciosa en ese vestido, aunque en ese tiempo yo era lo suficientemente tonto para no decírtelo. De hecho, te moleste mucho esa noche y al final no usaste mucho tiempo ese vestido.
—¿Por qué?
Jessy se golpeó mentalmente por preguntar eso, si bien su mente se mantenía pura, sabía que su cuerpo no. Después de todo, Dantalian venía de alguna parte.
—Porque discutimos —Bael sonrió con nostalgia—, te lance un pastelito en la cara, tú me lanzaste chocolate caliente y te lance un pastel más grande, provocando que tuvieras que ir a cambiarte.
Jessy soltó una risotada y Bael le siguió.
—¡Tío aprendí a hacer bolas de fuego más grandes! —la voz chillona de Dantalian los sacó de su momento.
—¡¿Enserio?! —pregunto Gunnar emocionado—. ¡Muéstrame!
Dantalian juntó sus dos manos e hizo una bola de fuego más grande de la que le había mostrado la última vez.
Bael abrió mucho la boca estupefacto, su hijo no sólo manejaba la telequinesis como su papá, a su corta edad también usaba el fuego.
—¡Eso es espectacular! —grito Gunnar—, y ahora que está aquí tu papá, podrá enseñarte cómo manejarlo mejor. Vas a ser muy grande.
—¿Mi papá? —pregunto Dantalian.
Auguste, Bael y Jessy sintieron un balde de agua fría, Bael se había olvidado decirle a Gunnar que Dantalian no sabía que él era su papá.
—Si, Bael —Gunnar frunció el ceño—, él maneja el fuego como un dios. Podrá enseñarte a hacerte muy poderoso.
Dantalian miró hacia su mamá y después a Bael.
—¿El hombre malo es mi papá? —dijo el niño conmocionado.
Gunnar miro a los demás con cara de susto.
—¿Hombre malo? —miró en dirección de Jessy y Bael.
—Por la diosa —Auguste no sabía dónde meterse
Bael tembló mirando como su hijo lo miraba entre sorprendido y molesto.
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