THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 22

—¡No! —el grito de Dantalian retumbó en la instancia que estaba llena de un silencio incómodo.

Todos se habían quedado mudos esperando la reacción del niño.

—¡No quiero que ese señor sea mi papá! —chillo Dantalian corriendo lejos de la sala.

—¡Dantalian! —Gunnar y Jessy gritaron a la vez.

Los dos corrieron detrás de Dantalian, Auguste abrió la boca y la volvió a cerrar. Miro por la puerta donde salieron y después miró a Bael.

Cualquiera pensaría que Bael se pondría triste por el rechazo tremendo que le acababa de dar su hijo. Sin embargo, Auguste no se sorprendió del rostro contraído y rabioso de Bael. Después de todo, ya había pasado mucho tiempo con los semidemonios y sabía que, a la mayoría de las cosas, ellos reaccionaban de manera brusca y violenta.

—Es un niño —intentó decir Auguste—, no te lo tomes literal, esta que se toma las cosas mal por todos los cambios que está haciendo en su vida.

—Lo sé —respondió Bael a secas.

—Es tu hijo después de todo —Auguste le mostró una sonrisa irónica y se cruzó de brazos—, es obvio que sería difícil, está en su sangre.

—No tengo tiempo para esto —Bael se dignó de ver Auguste—, los alfas de las tierras libres están aquí.

—Cuando todo esté controlado aquí, iré a verlos —Auguste asintió con la cabeza—, un momento histórico como este no me lo puedo perder. Vete sin preocupación, me ocuparé de ellos, ha Dantalian se le pasara.

Bael desapareció sin decir nada más y Auguste se dirigió a buscarlos, siguiendo los gritos del tremendo berrinche que estaba haciendo su querido sobrino.

***

—Por la diosa —Bruce miró a su hermano—, ¿Por qué no nos advertiste de esto?

—¿No te dije que viven en un palacio gigantesco y lujoso que parece sacado de un cuento de hadas? —la mirada asesina de Bruce contestó la pregunta—, bueno, perdón que me olvidara de aquel detalle.

—Ahora entiendo porque el príncipe Estefan nos llama campesinos —Cameron miraba la entrada del palacio maravillado—, diosa, sola la puerta es más grande que mi casa.

—¿Dónde se firma para que mi manada sea gobernada por ellos? —bromeó Roman—, necesito fondos.

Estefan se había aparecido en la entrada del palacio junto a los demás, les indicaron a los alfas que esperaran un momento mientras anunciaban su llegada. Bruce miraba a los guardias apostados en la puerta, sin mirarlos, aunque preparados para defender el lugar. Sintió algo tonto que tuvieran guardias cuando los príncipes podían aparecer ejércitos enteros de fuego.

El príncipe Liam apareció nuevamente en su visión con su característica gran sonrisa, Bruce no creyó conocer a alguien más afable que el príncipe Liam hasta que se dio cuenta que el príncipe Estefan no mentía en otra cosa. El Rey era una versión mayor, un poco más grande y voluminosa que el príncipe Liam.

Ante los alfas aparecieron el Rey y la Reina, acompañados por su escuadrón con sus respectivas parejas.

—Es un honor darles la bienvenida al Reino de los hombres lobos —Oliver se acercaba con cordialidad—, espero que nuestros hijos no provocarán muchos destrozos.

Se hicieron varias presentaciones y saludos, los alfas estaban algo abrumados por la bienvenida. Fueron invitados a pasar al palacio para disfrutar de un buffet hecho para deleitarlos.

Jaime miró entre todos los alfas después miró a Liam que se había quedado rezagado hablando con joven que orquestó toda la unión.

—Liam —lo llamó con educación.

Este lo miró y Jaime pudo detectar un destello de nerviosismo en su rostro. Se despidió del joven que si mal no recordaba se llamaba Clark, para que éste siguiera al grupo de alfas y se acercó a Jaime.

—¿Tío? —Liam observó a Jaime—. ¿Necesitas algo de mí?

—¿Dónde está Bael? —preguntó Jaime—, Estefan desapareció seguramente yendo donde Joon y Gabriela está apostada en cama, debería haber al menos uno de ellos aquí.

—Se quedó a registrar el área y confirmar que la manada no quedaba totalmente desprotegida con sus alfas aquí —hablo Liam con rapidez—, debe estar por llegar.

—Muy bien pensado por su parte —asintió Jaime—, unámonos a los demás antes de que tu tío Alan ofenda a alguien.

—Creo que los dos sabemos que eso es imposible —le sonrió Liam.

—Si, pero uno igual tiene que hacer el intento de contenerlo —replicó Jaime.

Llegaron a una de las salas de ceremonias, viendo como todos se combinaban y conversaban. Era un preliminar antes de que empezara la verdadera reunión más formal. Donde discutirán sobre los nuevos acuerdos de paz que se haría y una alianza más sólida.

Las manadas de las tierras libres recibirán ayuda y facilidades de parte del Reino de los hombres lobos para que tuvieran una mejor calidad de vida.

—Mamá —Rosali acariciaba el rostro de Liam—, mamá solo me fui unos días.

—Estaba tan asustada —Rosali no pudo evitar soltar una lágrima de alegría—, sé que esas misiones son difíciles, tu padre me conoció en su primera misión.

—Mamá si sigues llorando me harás llorar a mí también —Liam sujeto las manos de su madre con cariño—. ¿Cómo estuvieron las cosas por aquí? ¿Leia está cuidando a Diana?

Rosali se mordió el labio.

—Oh mi preciosa Leia —Rosali suspiró—, no está pasando mucho aquí así que deberías ir a verla un momento, debe estar en su habitación.

—¿Por qué no vino a la recepción? —preguntó Liam extrañado—, pensé que no vino a recibirme porque estaba ocupada ¿pasó algo?

Rosali le dio un beso en la mejilla.

—Ve a verla —dijo en un susurro—, yo diré que ya regresas.

Liam aceptó aun confundido, así que aceleró el paso para ir a ver a Leia.

Oliver se acercó a Rosali.

—Jamás te sucederá algo —casi gruño él—, ¿Pasó algo amor mío? ¿Te molestaron nuevamente en la universidad?

—Liam —habló ella nerviosa llevando la mano de él a su vientre—, estoy embarazada.

Al lobo dorado le llevó al menos un minuto procesar aquella información. Su cerebro pasó por varios procesos, desde la incredulidad, por el desconcierto, por la felicidad y aceptación y al final llegó al miedo.

Las lágrimas llegaron como era esperado, su corazón acelerado y jubiloso colapso y beso nuevamente a su esposa.

—¿Es verdad? —pregunto entre besos—, no juegues con mi pobre alma de ese modo.

—Estoy embarazada, tu tío Jeremy lo confirmó.

Liam rompió en llanto y Leia fue la que terminó consolándolo. Al final terminaron en una posición donde Liam tenía su cabeza pegada a su vientre intentando escuchar al bebé.

—Creo que puedo escuchar su corazón —habló Liam.

—No es posible, aún no es lo suficientemente grande para que puedas escucharlo —hablo Leia—, apenas y se está formando.

—No lo entiendo —Liam alzó la cabeza—, pensé que te estabas cuidando.

Leia se sonrojo.

—Hay dos teorías, Jeremy piensa que a pesar de que me cuidara, cuando reafirmaste la mordida en la noche de bodas provocaste que se revertiera el efecto, pero creo que principalmente puede que fuera provocado por mi descuido —dijo con la voz aguda—, me olvide tomar algunos días la pastillas cuando estuvimos en la luna de miel.

Liam soltó una carcajada.

—No puedo decir que lamento eso en lo absoluto.

Leia negó con la cabeza.

—Sabía que algún día pasaría —lloriqueó—, me sorprende que no lo olvidará antes.

—Vamos a ser papás —Liam beso el vientre de Leia—, ¡Voy a ser papá!

—Por eso estaba asustada, yo… —Leia suspiró—, yo temo que vuelva a suceder.

Liam se levantó y se puso cara a cara nuevamente.

—Nada malo volverá a pasar —tomó su rostro entre sus manos—, los cuidare a los dos con mi vida. Lo de hace años no volverá a suceder, yo te cuido mi amor.

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