THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 24

—Algo está pasando —Gabriela miraba a Estefan a los ojos—, Bael estuvo muy raro y tú también lo estás.

—No tengo idea de lo que estás hablando —mintió descaradamente Estefan, sirviéndose la tarta de manzana que Jose horneo y que para sorpresa del semidemonio, estaba deliciosa—, el embarazo te está haciendo delirar.

Gabriela le quitó el cuchillo con el cual estaba cortando otro pedazo del postre y se lo puso en el cuello.

—Algo está pasando con Bael —Gabriela entrecerró los ojos—, lo sé, puedo sentirlo por la conexión de gemelos. Ha intentado taparlo, pero no soy estúpida.

Estefan puso los ojos en blanco.

—Mori ante sus ojos Gabriela —Estefan le quitó el cuchillo provocando que este saliera volando de sus manos con su poder de telequinesis y se clavara en la pared—, todos han estado muy nerviosos desde eso. Joon apenas me perdono por tonto y no hemos tenido tiempo para nada por los estúpidos alfas pueblerinos.

Gabriela no insistió, pero no se quitó de la cabeza que estaban tramando algo sin ella.

—Hasta ahora no entiendo porque no se están volviendo locos con el hecho que Liam tiene el poder de un dios —Gabriela suspiro y se sentó nuevamente—, estamos hablando de que puede revivir a alguien.

—No me voy a quejar, gracias a ese poder estoy aquí.

—Y lo agradezco —Gabriela acarició su brazo—, pero eso me pone nerviosa, solo pienso en que podrían hacer las personas al descubrir esto.

Estefan medito eso masticando su tarta.

—Estamos aquí para defenderlo de cualquiera que piense que puede usarlo —habló con firmeza.

—Me pregunto que más poderes pueda usar —Gabriela tomo de su taza de té—, después del embarazo, tal vez vuelva a retomar la investigación sobre los hombres lobos dorados que dejaron olvidada.

—Dejarla olvidada es mucho decir —replicó Estefan—, no encontraron nada más.

Su conversación fue interrumpida cuando a la cocina ingresó un pequeño de seis años con una enorme paleta.

—Hola Estefan —saludo Haniel—, hola hermana.

—Hola hermanito —Gabriela saludo con malicia—, ¿Otra vez amenazaste con mandarías a mi papá a quemar a los pobres criados del palacio si no te traían aquí?

—Sip —asintió el pequeño Haniel—, es que nunca me quieren hacer caso porque soy pequeño, tengo que utilizar a papá.

—¿Qué pasó ahora? —Estefan negó con la cabeza—, ¿Descuartizaste por casualidad otro juguete de Diana? ¿O le volviste a rapar la cabeza a Bruno? ¿Tal vez hiciste que Ted y Tomas se extraviaran en el bosque de nuevo?

Haniel mostró una pequeña sonrisa en los labios recordando sus travesuras.

—No —miro a su hermana—, necesito que me preste dinero.

Gabriela bufo y Estefan alzó una ceja.

—¿Para qué quiere dinero un niño de seis años? —gruño Estefan—, puedes pedir lo que quieras en el palacio o a tus padres.

—Hay cosas que los adultos no quieren darme —razonó el niño—, ¿Me van a dar el dinero o no?

Estefan empezó a gritarle por ser tan desvergonzado mientras Gabriela fue por su billetera.

—¿Cuánto necesitas?

—¡¿Le vas a dar el dinero?! —exclamó Estefan rojo de la ira.

—Si no se lo doy yo de todas formas lo va a conseguir de alguna muy mala manera —Gabriela se encogió de hombros—, es mejor que lo obtenga de manera legal a que lo robe.

—Solo necesito 600 dólares —respondió Haniel como si nada.

—¡¿Para qué necesita un niño 600 dólares?! —Estefan cada vez gritaba más fuerte— , a tu edad ni siquiera sabía que eran 600 dólares.

—Debiste ser un niño muy tonto —razono Haniel.

—Toma —Gabriela le entregó el dinero—, intenta no matar a nadie.

—Gracias hermana —Haniel lamia su paleta mirando a Estefan—, no te enojes tanto primo, no te vayas a morir de nuevo.

Y sin más, Haniel se fue por donde vino. Dejando a Estefan muy indignado.

—¿Están seguros de que Lucifer no consiguió nacer y su alma no está atrapada en ese mocoso? —gruño Estefan.

Gabriela sonrió.

—Es gracioso que sea el más parecido a mi mamá físicamente, pero que sea más espeluznante que mi papá —se burló Gabriela—, va a ser un terror cuando sea más grande, es demasiado inteligente para su edad.

—Será un semidemonio, de eso no tengo duda —Estefan vuelve a comer su tarta—, la forma en como deja los muñecos de Diana cada vez que se enoja con ella es ciertamente diabólica.

—Espero que no haga nada muy terrible con el dinero —Gabriela suspiro—, tal vez solo compre muchos dulces.

—Probablemente compre algo que termine matando a alguien.

***

Bael se teletransporto al jardín de la mansión de “Clair de Lune” en el Reino, podía sentir las presencias de Jessy, Dantalian, Auguste y Gunnar adentro.

La determinación con la que había llegado se desplomó rápidamente, sabía lo que tenía que hacer, pero proponerlo iba a ser muy incómodo.

Jessy no recordaba quién era y Bael no sabía lo que ella pudo o no pudo haber hecho todos estos años alejados. Ella tenía una protección mágica que le cerraba la conexión de mates así que tal vez pudo estar con otras personas sin que él lo sintiera. La sola idea de que pudo haber estado con otro hombre, tal vez con el mismo Gunnar le hacía hervir la sangre.

Llegar y decirle “tengo que marcarte ahora mismo” no era una buena idea para empezar a conocerse, pero no tenían tiempo. Debía marcarla, reforzar su unión y que Dantalian sea reconocido como su hijo.

El problema era que después de la marca los dos entrarían en celo. Así que si o si debían tener relaciones sexuales para no volverse locos el uno por el otro al no sellar la unión.

“Oye Jessy, yo sé que iríamos lento porque apenas me conoces, pero debo marcarte y llevarte a la cama después para completar la unión”

Por la diosa, Bael debe estar siendo castigado por alguien. Nadie tenía tanta mala suerte como él.

Entró a la residencia, fue directo a la oficina de Auguste. Encontró al alfa francés revisando varios documentos.

—Algunos tenemos que trabajar —gruño Auguste sin levantar la vista—, justo te iba a decir que necesito que me lleves a mi manada el día de mañana, tengo que visitar a una pequeña manada al sur de Francia porque tiene un problema de…

—Tengo que marcar a Jessy —interrumpió Bael sin delicadeza—, es la única manera de protegerla, tiene que ser ahora mismo.

Auguste lanzó a su escritorio los papeles que estaba sosteniendo. La vida del alfa francés tampoco era fácil.

—Por el amor a la diosa luna —exclamó Auguste—, Jessy apenas está procesando que es “Jessy”, ¿De verdad crees que es buena idea?

—Yo tampoco quería acelerar las cosas —Bael se desplomó en el asiento enfrente de Auguste—, pero no tengo de otra.

Bael procedió a explicarle todo lo que tenían planeado junto a su tío Jaime, después de todo, Jessy también necesitaría la protección de Auguste. La manada francesa seguía siendo muy fuerte a pesar del golpe de la loca de Elizabeth y su intervención seria de mucha ayuda.

—Mi querido suegro con sus hermosos planes —Auguste empezó a buscar sus cigarrillos en un cajón de su escritorio—, primero no sé qué le ha hecho a Liana que esta que se muere de la tristeza y no quiere decirme nada, ahora esto. Me va a volver loco.

Bael un momento se sorprendió de que Liana no le contara a Auguste, después recordó que lo que le pasó a la madre biológica de Estefan era un secreto de alto nivel. El anterior alfa de “Claro Azul” podría ponerse en contra del Reino si se enterara que paso con su hermana.

—Es un honor estar en su presencia, princesa Leia —Bruce hizo una pequeña reverencia.

—¡Llámame Leia por favor! —exclamó Leia avergonzada—, es el hermano de mi querido amigo Clark, puede dejar los honoríficos.

Bruce levantó la vista, quedando helado al ver a Leia. Intentó luchar con su cuerpo, negando a que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Leia frunció un poco el ceño al observar a Bruce y se acercó a verlo mejor.

—¿Princesa Leia? —Bruce se intimidó por la cercanía.

—Es… es que —Leia parecía en trance un momento, pero se recompuso con rapidez—, lo siento mucho, es que usted se parece mucho a alguien… a mi… ¡A alguien que conocí!

Bruce sintió una punzada en el pecho y Clark trago saliva evitando también ponerse sentimental para no levantar sospechas. Los dos sabían que Leia había reconocido el parecido que tenía Bruce con su papá.

—Aquí están —Liam ingreso al salón—, Leia mi amor, que hermosa te ves, ¡te extrañe demasiado!

Leia negó con la cabeza.

—Me viste hace un par de horas.

—Cualquier momento lejos de ti es un suplicio —Liam le beso la mano—, veo que conociste al beta Bruce.

—Si, justamente quería disculparme por las estupideces que causó mi hermano hacia usted princesa —Bruce hizo nuevamente una pequeña reverencia.

—¡Ya te dije que ya me disculpé! —se quejó Clark—, ¡Y pagué las consecuencias por cierto!

—Clark y yo ya reparamos las diferencias entre nosotros —lo defiende Leia—, ahora de eso solo queda una hermosa amistad.

—Este idiota no merece su perdón —Bruce miro con ternura a Leia—, es usted muy benevolente, debería haberlo mandado a torturar o algo.

—Para hermanos como tú para que enemigos —replicó Clark indignado.

Leia y Liam se rieron, Bruce noto lo perfectos que se veían juntos. Los dos se veían profundamente enamorados el uno del otro, se sintió tranquilo al saber que su hermana tenía de mate a uno de los hombres más bondadosos que había conocido.

—Me gustaría que este encuentro se alargará, pero vine a decirles que todo el grupo de alfas serán transportados a las tierras libres dentro de poco —Liam se mostró un poco triste por esto—, ha sido todo un placer conocerlos.

—¿Volverás con ellos Clark? —preguntó Leia.

—Si, la mate de Bruce está a punto de dar a luz a su segundo hijo —Clark palmeo la espalda de Bruce—, quiero estar presente, además que quiero pasar más tiempo con mi familia.

—Te daré varias pócimas sanadoras —Liam se mostró preocupado al ver a Bruce—, la última vez que vi a su esposa, ella sufría contracciones, las pócimas ayudarán a la hora del parto. De igual manera pueden llamarme si algo sale mal, apareceré junto a Bael o Estefan de inmediato.

—Muchas gracias por su consideración, su alteza real —Bruce asintió y se dirigió hacia Leia—, ha sido un gran gusto conocerla princesa.

—Ha sido el gusto mío —Leia les sonrió a los dos—, espero volverlos a ver pronto.

Los dos salieron del salón esperando a Liam, que necesitaba hablar algo con Leia antes de acompañarlos.

—Diosa —Bruce tembló—, ella es un ángel.

Clark apretó el hombro de su hermano para consolarlo.

—La próxima vez que la veamos, espero que podamos presentarnos como sus hermanos —Clark sonrió—, ¡Ánimo!, la familia cada vez se hace más grande, es algo por lo cual estar feliz.

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