THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 24

—Oh dios mío —Gunnar abría y cerraba la boca—. ¡Jess!

—No te burles de mí —chilló Jessy totalmente sonrojada—, esto intentando mantener el control.

—¿Estás segura de esto? —Gunnar se acercó a ella con el ceño fruncido—, él no puede obligarte a nada ¿Lo sabes verdad?

—No me está obligando a nada —Jessy parecía poder incrementar su tonalidad de rojo en su rostro—, yo… quiero que todo esto se solucione de una vez, además… yo…

Gunnar soltó una risotada.

—Si, claro —el hechicero no podía evitar burlarse de ella—, ¿Estar con él de esa manera es lo que has pensado desde que te trajo aquí no es cierto?

Jessy no tuvo cara para mirarlo.

—Ah, eres una sinvergüenza, yo casi ni la cuento y tú estás pensando cochinadas con tu mate.

—¡Gunnar!

—Ve con él de una vez —habló con una gran sonrisa—, cuidare a Dan, ya está dormido, solo diré que fuiste a recolectar frutos al bosque cuando despierte.

—Gracias —Jessy suspiro—, quería preguntarte…

—No voy a tener esa conversación contigo —dijo Gunnar mortificado —, soy hombre, soy gay, no he tenido sexo desde que me cortaron el pene y la única vez que he visto una vagina fue cuando nació Dantalian. No tengo ninguna sabiduría para ti.

—No tengo idea de que voy a hacer —susurro Jessy angustiada—, se masó menos que es lo que sucede, pero no sé cómo me voy a comportar en el momento.

—Ustedes tuvieron a Dantalian por el amor a la madre naturaleza —replicó Gunnar—, no tengas vergüenza, él seguramente ya vio y tocó todo ese cuerpo tuyo.

—¡Gunnar!

—Mira, eres una mujer loba, las mujeres lobas cuando son mordidas entran en celo, tu loba tomara un poco del control y sabrá que hacer —intento tranquilizarla—, además esta tu mate, él sabe que no recuerdas así que sincera con él, dile tu inquietud para que él pueda guiarte.

Jessy asintió y Gunnar la abrazó brevemente.

—Mi Jess ya es una adulta —se burló él besándole la frente—, todo estará bien, serás su pareja oficial cuando te muerda y nadie podrá separarlos nunca más.

Jessy sujeto sus manos algo asustada.

—¿No te iras verdad? —suplico ella—, Yo y Dantalian te necesitamos, eres nuestra familia.

—Estaré aquí para verlos crecer —asintió Gunnar acariciándole la mejilla—, tu mate me dejo ser tu guardián, así que no voy a dejarlos nunca más.

Ella asintió aún más nerviosa.

—Vamos a revisar esa linda ropa que tienes en tu cuarto —sonrió él—, seguramente tendrás alguna ropa interior bonita.

***

Bael miraba a su hijo totalmente dormido con ese juguete enorme de madera realmente terrorífico. El alfa Roman había traído el juguete de parte de Kenai.

Estuvo tentado a destruir aquel juguete que parecía salido de alguna película de terror, pero cuando se lo entregó a Dantalian, su rostro nunca había estado tan feliz. Bael casi llora de la emoción cuando su hijo le agradeció por traerle el juguete, aunque después lo ignoró por completo porque estaba embelesado con el oso.

Por lo que el semidemonio entendía, el juguete se llamaba “El señor Toto”, fue su primer juguete y su mejor amigo, el anterior se quemó por casualidad y Dantalian creía que su alma pasó a este nuevo que era idéntico al anterior.

Estaba muy feliz de ver a su hijo contento. Ahora podía entender porque su padre era tan sobreprotector con él y sus hermanos. Bael quería proteger a Dantalian del mundo, no quería que nadie se atreviera a tocarlo o molestarlo. Haría todo lo que estuviera en su poder para que fuera feliz.

—A mí también me gusta verlo dormir —escucho la voz de Jessy a su espalda—, solía verlo dormir en las tormentas de nieve, me daban miedo, pero verlo tan sereno y en paz hacía que todo fuera mejor.

—Es una suerte que aquí nunca nieve —respondió Bael.

—¿Hace este calor todo el año?

—¿Calor? —bufo Bael—, se supone que esta es la época más friolenta del año.

—Con razón tu y tus primos están tan abrigados —dijo Jessy.

Bael se volteó a mirarla, ella traía consigo un bolso mediano.

—¿Estas lista? —le pregunto.

Jessy asintió aun mirando a Dantalian.

Se acercó a este y le dio un beso en la mejilla. Salieron de la habitación y caminaron juntos hasta la puerta de la residencia. Cuando se enfrentaron a los jardines, la fresca noche los saludo.

—Estefan vendrá pronto con Joon —le informo Bael—, se quedarán toda la noche aquí.

Jessy solo asintió otra vez.

—¿Por qué no nos desaparecimos dentro?

—Le puse a la residencia protecciones para que nadie pueda entrar mediante magia —le explico—, las puse cuanto te traje. Auguste se refunfuño porque a él le gustaba que lo aparecieran directamente en su habitación.

Jessy sonrió imaginando a Auguste haciendo una pataleta como un niño.

Bael le brindó su brazo y Jessy lo tomó con cuidado. Ella cerró los ojos y sintió como se revolvió su estómago y su cuerpo pasaba por algo extraño.

—Ya puedes abrir los ojos —le susurro Bael—, ya llegamos.

Ella abrió de pocos y noto que estaba en la sala de una casa con grandes ventanales. Notó rápidamente que estaban en medio del bosque por todo lo que se veía.

—Este lugar es hermoso —dijo ella impresionada.

—La última vez que estuviste aquí, lo odiaste con toda tu alma —hablo Bael algo sombrío—, ven siéntate.

Jessy los siguió a unos enormes sofás. Ella se sentó un poco tímida.

—¿He venido aquí antes? —pregunto curiosa.

Bael apareció con dos latas de soda, le dio uno a Jessy.

—¿Auguste te contó sobre que paso cuando descubriste que eras mi mate?

Jessy se puso pensativa.

—Algo de que hubo un problema porque quise engañarlos haciendo pasar a un amigo mío como mi mate —dijo avergonzada.

—Kerim —Bael tomó un poco de su soda—, era tu mejor amigo de la infancia, cuando se entere que te encontramos vendrá inmediatamente. Siempre hablamos de ti cuando nos juntamos.

Jessy lo miró sorprendida.

—¿Es tu amigo?

—¿No volveremos a nuestra manada?

—Aquí está su manada ahora.

Dantalian frunció más el ceño, Gunnar agradeció que no empezara una pataleta.

—El tío Auguste me cae bien —Dantalian empezó a jugar con el patito que flotaba en la tina—, el otro no me cae bien, pero el chico con el que viene sí.

—¿Tu tío Estefan?

Dantalian no respondió.

—Su esposo también me cae bien —respondió Gunnar empezando a rascar con una esponja el cuello de Dantalian.

Dantalian parecía meditar mientras Gunnar lo bañaba.

—¿Mamá se casará con ese señor?

—Es tu padre Dantalian —lo reprendió Gunnar—, y posiblemente lo hagan pronto. Tu papá es un príncipe así que debe hacer las cosas de manera oficial.

—¿Un príncipe? —Dantalian parecía más interesado—, ¿Cómo los que viven en grandes castillos?

—Algo así —sonrió Gunnar—, y cuando le cuente al Rey que eres su hijo, tú también lo serás.

Terminó de bañar a Dantalian, pero noto que él niño estaba triste.

—¿Qué pasa pequeñín? —Gunnar lo envolvió en toallas—, ¿No quieres ser un príncipe?

—Si él es un príncipe y vive en un castillo —habló Dantalian—, ¿Por qué nos abandonó?

Gunnar se quedó sin habla, ¿Cómo iba a explicarle a un niño de seis años lo que pasó?

—Él jamás los abandonó —dijo el hechicero con firmeza—, pasaron muchas cosas que no entenderás hasta que seas más grande, pero tu padre jamás quiso separarse de ustedes. La vida los separó y él no descansó hasta encontrarlos.

Dantalian parecía más confundido.

—¿Nos perdimos?

—Masomenos.

—¿Por eso me busco en mis sueños?

—Creo que sí —la verdad que no tenía idea de que hablaba Dantalian.

El niño suspiró aun con el ceño fruncido.

—¿Puedes prometerme algo Dan?

El asintió.

—¿Podrías tratar mejor a tu papá? —pidió Gunnar—, ¿Por mí?

Dantalian asintió gruñendo.

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