Mi nombre es Nicolás, soy moreno claro y tengo un cuerpo gordito, vivo con mis padres. Estoy en esa fase de descubrimiento y el sexo es sin duda lo mejor de todo, me masturbo varias veces al día desde que conseguí que una amiga del colegio me la mamara en el recreo. Todavía no he logrado entrar en ella, porque el tonto tiene miedo y desde entonces el idiota ha sido mi compañero.
Hace unos días llegaron nuevos vecinos a la casa de la esquina, una mujer de unos cincuenta años y una chica muy guapa de unos veintidós. Mi madre ya había sondeado sus vidas y la escuché comentarle a mi tía que la mujer era viuda y la niña que estaba con ella era su hija menor.
Empecé a vigilar su casa, pero nunca logré atrapar a ninguno de ellos pagando tetas ni nada por el estilo. Mi mamá se fue a trabajar y yo me quedé en mi cuarto viendo porno y masturbándome, cuando sonó el timbre le di tiempo a la verga para que se calmara y me puse una remera más larga, bajé y abrí la puerta.
Rosália - Hola hijo, ¿un tipo tan fuerte como tú podría ayudarme a llevar una caja a mi habitación?
Pone lo único que quería era algo que me sacara de la ociosidad, salí con la corona rumbo a su casa. Ella caminando delante y yo detrás, tengo que reconocer que la mujer está encima de mí, aún no me había fijado en las caderas de esa hembra y eran mejores que las de su hija, sin duda.
Entramos a su casa y allí estaba esa caja, la tomé y ella subió las escaleras vestida con un vestido frente a mí, llevé la caja a la recámara y ya me emocioné de nuevo, pero por esa mujer madura. Puse todo ese peso en el suelo, seguí tirando de mi camisa para ocultar mi erección, pero ya era demasiado tarde para que ella lo viera.
Rosália - Veo que tienes un hermoso espécimen dentro de tus shorts, ¿por qué no lo dejas salir para que yo pueda cuidarte para que puedas relajarte?
Solo podía ser un sueño, esa mujer estaba dispuesta a chuparme la polla y nada podía ser mejor. Tiré de la cremallera y mis shorts terminaron en mis pies, ella acariciaba mi polla y se movía arriba y abajo, masturbándose y cómo sabía ordeñar...parece que aún con su esposo muerto ella siguió practicando.
Nicolás - Ohhhh que rico está.
Cerré los ojos, ella siguió el sabor mientras introduje todo mi pene en su boca y comencé a chupar con fuerza desde la cabeza hasta los huevos lentamente y el calor de su boca caliente era maravilloso. Su mamada fue mil veces mas deliciosa que la de mi compañera de colegio, una lengua suave que supo hacerlo...me babeaba todo el bolso volviéndome loco, a la tercera mamada no lo soporté y me corrí en su boca y el leche salió espeso y rezumaba entre sus pechos.
Nicolas - Apestas como una perra porno hmmmmmm
Rosália - Qué cabrón, se me vino por toda la garganta.
Ella sonrió lamiéndose los labios, se quitó la ropa y comenzó a masturbarse frente a mí. Me quedé paralizado viendo esa escena, su coño tenía pelos y se veía muy caliente y caliente, en ese mismo momento mi polla se llenó de nuevo. Vi a esa mujer acariciarse el clítoris de arriba abajo y poner los ojos en blanco....
Rosália - ¿Quieres aprender algo muy sabroso?
Nicolás - Sí, me encantaría.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Totalmente hot (COMPLETA)