Hace una semana que me comí la corona caliente en su casa, el sabor de su coño no se me va de la memoria hasta hoy y más aún después de la promesa de comerla a ella y a su hija al mismo tiempo. Todos los días seguía mirando allí con la esperanza de que fuera el momento que estaba esperando, un día estaba solo en casa y, como siempre, estaba acechando su casa y Rosália me hizo señas para que fuera. Incluso comencé a sudar por el miedo a la responsabilidad de hacer que dos mujeres disfrutaran del sexo con un estudiante de primer año.
Rosália me abrió la puerta, llevaba un vestido hasta la rodilla que olía como siempre y en cuanto cerró la puerta ya la estaba agarrando y matando las ganas de su olor. Nos besamos en la boca, metí la lengua y empezamos a enrollarnos...la estaba guiando hacia el sofá y mi polla ya estaba dura.
Fue entonces cuando su hija bajo las escaleras solo en toalla, era linda como su madre y yo estaba en el paraiso, llego agarrandome y quitandome la remera bese la boca de su madre y despues metí la lengua en su boca, ese intercambio El intercambio me volvió loco, así que rápidamente puse mis manos detrás de la espalda de su hija y nos besamos mientras su mano bajaba y me hacía un delicioso chupete.
Amara - Que mamá, chúpate a este cabrón.
Gemí, hice un puchero, mostrando lo delicioso que era. De repente la hija traviesa se arrodilló para ayudar a su madre a chuparme y las dos intercambiaron mi polla de boca todo el tiempo compitiendo por ver quién chupaba mejor y yo me estaba volviendo loco.
Nicolás - ¡Eso apesta! Que boquitas cachondas....
Le di una bofetada a cada uno de ellos en la cara, pero ninguno de los dos dejó de amamantarme.
Rosália - ¡Vamos, pechos, te envío a tu hijo!
La traviesa estaba loca, me empezó a chupar fuerte y a masturbarme a la vez y terminé corriéndome sobre los pechos de su hija...no me lo podía creer cuando la vi lamiendo todos los putos pechos de su hija hasta que no quedaba nada.
Nicolás - ¡Qué zorras sois!
Entramos a la habitación, la corona se acostó en la cama y le pidió a la pequeña que se pusiera a cuatro patas sobre ella, así que agarró el trasero de su hija y me lo abrió suplicando.
Rosália - ¡Cómele el culo a mi hija!
Yo estaba allí a su disposición y por supuesto tenía ese culito con la madre chupando los pechos corridos de su propia hija y gimiendo como un perro. Para alguien que aprendió a comer tan recientemente, me estaba yendo bien y logrando hacerlo bien gracias a las muchas películas para adultos que me enseñaron a lo largo de los años. Cogí muy despacio para no correrme demasiado rápido, su hija parecía acostumbrada a que se la metieran por el culo... Me inventé un fetiche para parar un poco y volver a controlarme.
Nicolas - Quiero que le chupes el coño a tu hija mientras te mando mi polla dentro.
Se acostó, la hija puso su coño en la cara de su madre y ella empezó a chupar, al parecer ya estaban acostumbradas a darse placer y yo era el elemento nuevo allí. Le di una lamida a su coño antes de poner mi polla dentro de ella y comenzar a bombear con deseo. Lo enterré en su coño, sin duda estaba delicioso pero en el culo me correría mucho más rápido.
Amara - Que jode a mami, le encanta una polla grande como la tuya ¡vaya va!
Verlos a los dos tocándose era demasiado delicioso, tal vez más que follar su coño. Yo estaba muy celoso y después de poner un poco me acosté en la cama y chupé uno de ellos dándole un baño de lengua ¬en su clítoris, tocando su culito al mismo tiempo, y finalmente, enterrando mi lengua en su panocha caliente, para hacer movimientos intensos mientras el otro cabalgaba duro sobre mí.
Era un coño más caliente que el otro y me divertía con los dos, hasta que su hija se corrió sobre la polla y me apretó muy fuerte dentro de ella, dejé de chupar a su madre y terminé recibiendo una gran bofetada.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Totalmente hot (COMPLETA)