Ya había pasado una hora, Agnes se había ido treinta minutos después, mis amigos también, Phil estaba hablando con la cajera de manera coqueta.
- Hija - mamá se acercó arreglándose - tengo que irme - me abraza resumiendo sus palabras - lo siento - me susurra cerca - sé que tu padre y yo te hemos hecho daño, pero
- No, mamá - dije aun abrazada - de todo eso solo me queda decirles gracias, gracias por haberme unido con Drake... Él es una excelente persona... todo lo que deseaba
- Lo siento tanto - solloza.
- Ya, ya esta - sobijé su cabello.
- Creo que tengo que irme - mamá se separó.
Se despidió de mi lista para irse.
- Adiós.
Suspiré.
- Hablé con ella... Puede que el contrato tengas que firmarlo, ya sabes, por - respiró cerca de mi nuca - si las moscas.
- No - dije firme.
- Helka por favor - dijo rogando.
- No, y esa es mi última, dijiste que me apoyarías...
- Eso lo sé, solo que tu papá solo quiere asegurar su vida, y...
- ¿Y?.
El silencio reina por varios segundos en el lugar.
- Debemos irnos - salí un poco disgustada.
Segundos después los hermanos Benedict salieron susurrando palabras.
- Phil se quedará con nosotros un tiempo - metió sus manos al bolsillo de su saco.
- ¿Por?.
- Espero no te incomode.
- No, claro que no.
Por supuesto que no me incomodaba, pero porque se tenía que quedar con nosotros en un modesto espacio si se puede quedar en la mansión de sus padres.
Phil caminó al lado de Drake con sus manos en sus bolsillo.
Este par de hermano Benedict eran realmente guapos y atractivos.
No recuerdo el momento en que me enamoré de Drake, tan solo pasó, y ahora somos uno, somos el complemento del otro, y es enserio cuando digo que este hombre me trae loca, hasta quizás comiendo de su mano.
- Cariño, ven - Drake me atrajo para ponerme en medio de él y Phil.
- Espera - me planté, ambos también lo hicieron.
Me agaché y quite mis tacos.
- Ya no aguanto - los cargué en la mano izquierda para con la derecha entrelazarla con Drake.
- Que empalagosos - comentó Phil.
- Tú, que coqueteas con la cajera - dije en mi defensa.
- Oh, solo le estaba felicitando por su buena atención.
- ¿Sobre ti?.
Drake y yo reímos.
- No, claro que no, yo le soy fiel a Laura - sonrió hacia el cielo.
- ¿Cuando tendré el honor de conocer a Laura? - preguntó Drake.
- No... Somos nada aún - se rascó la nuca.
- ¿No ha caído en los encantos de los Benedict?.
Phil rió
- Es complicada - miró el suelo, estaba algo nervioso - pero la estoy conquistando, no es igual como las demás, no se deja impresionar fácilmente.
- Si quieres te doy tips de cómo conquistar mujeres guapas.
- Planeo mis estrategias, no todas se dejan conquistar por masoquismo - abrí mis ojos. Sabía que el se refería a mi.
- Oye - dije de inmediato, reí por lo bajo.
- ¿Que? Nomas digo que ella no se complica la vida con solo un hombre.
- Yo nunca me la complique, solo... Pasó...
Drake apretó mi mano.
Dejé de beber y me acerqué con gran curiosidad.
En mi mente pensaba "esto es obra de Drake" pero había algo más para pensar que alguien más fue, y no alguien bueno.
Vi como su envoltorio tenía corazones.
Dios, que sea de parte de alguien bueno.
Saqué el lazo que lo envolvía, abrí en silencio la tapa.
Mis ojos no podían creerlo, me tallaba ambos ojos. Quizás veía mal, o solo era falso.
- Esto... - agarré con ambas manos un collar de diamantes, parecían reales muy reales - Drake.
Sentí que entraba en pánico, pues al lado del collar había una nota en la cual solo leí "tu querido papá que te quiere conocer". Solté el collar provocando que este cayera dentro de la caja.
- Drake - repetí asustada.
- ¿Qué ocurre? - llegó rápido.
Yo sin habla, y el queriendo una explicación se acercó a la caja, asomó su mirada y alzó sus cejas en expresión de asombro.
- ¿Qué esta pasando?.
Yo no lo sabía, el no lo sabía.
- Yo... - dije titubeando - no lo sé, apareció aquí, me acerqué lo abrí y leí el papel.
- Carajo, Carajo, Carajo - se había enojado - ... ¡Phil! - escuché su respiración agitada - ¡Phil Carajo, ven!.
Phil llega extrañado por los grito de Drake.
- ¿Qué ocurre?.
- Llama a papá... Dile a sus hombres que rodeen esta área hasta mañana el medio día, vamos a mudarnos... - Drake masajeo su frente estresado - ha llegado una maldita caja con un collar caro.
Phil siguió en silencio sin entender lo que pasaba.
- El papá biológico de Helka ha entrado, y no descarto que haya puesto un micrófono en cualquier parte de aquí... En la habitación, una cámara algo... Ya no es seguro, obligatoriamente descansaremos aquí, dormirás en la habitación del frente de nosotros, la puerta con seguro.
- Ya lo sé, no tengo cinco años hermano, no es la primera vez - dijo hostigado de sus órdenes.
- Solo es por tu seguridad... Vamos Helka, no digan nada inusual, ¿Bien? - Phil y yo asentimos.
Ahora mi padre ya me conocía, era obvio, pero yo a él no, y podría haber sido cualquier hombre con el que me crucé el día de hoy, cualquier hombre de la fiesta y no me di cuenta. Caí en la conclusión, que hasta el me mandaba a seguir con sus peones para ver mi vida y la de la familia Benedict, lo puedo hasta conocer y no lo reconocería, una foto de hace 24 años... las personas cambian su físico, no es igual ya. No será igual nada.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un contrato de amor