Un contrato de amor romance Capítulo 9

El camino se sintió largo, aún faltan 10 minutos para llegar. Mi mente reprodujo el momento en el que su cuerpo chocaba con el mío y sus manos me hacían feliz. Analizo una y otra vez las escenas y ahora mi mente maquinea una pregunta, ¿Con cuántas mujeres se acostó ese hombre?

Hasta que llegamos a mi casa, aparcó su auto al otro lado de la carretera.

- Gracias, y... - abrí la puerta y salí - Disculpa alguna molestia.

- Luego vendré - cerré la puerta despacio, el carro no se merecía el desquite de mi odio hacia él. No le respondí, y tampoco le abriré, estaré pendiente.

Entré a mi casa, me dirigí a mi habitación, decidí ducharme ya que lo necesitaba, mientras me duchaba recibí varios mensajes pero era muy tarde para revisar y opté por poner un poco de música.

Abrí el paso al agua en la ducha y ésta se deslizaba por todo mi cuerpo dejándolo mojado, poco a poco en el cabello también, sentí cada gota pasar por cada mínimo espacio, cerré la llave para poder enjabonar mi cuerpo y colocar shampoo a mi cabello, dejándolo con mucha espuma, limpie cada parte de mi cuerpo.  Respire por un momento, luego salí a la realidad envuelta en una toalla.

Logré relajarme por un momento - ya mismo llegan mis compañeros y ese trabajo sería un estrés - con la música a todo volúmen comencé a buscar que ponerme.

De pronto siento una presencia dentro de la habitación y logro voltearme 

Lo veo bien

- ¿Qué haces aquí? - grité a Drake que estaba recostado en la entrada de mi habitación.

- Dije que venía - dice casi de forma sarcástica.

- Sí pero ¿Cómo entraste? - busco una toalla para cubrirme mi media desnudez, llevaba puesto mi ropa interior.

Se acercó varios pasos acortando nuestra distancia - Tengo llaves - saca su mano de su bolsillo y muestra una juego de llaves donde resalta una copia de la llave de mi casa.

- ¿Mis padres te la dieron? - niega con la cabeza a mi respuesta.

- Necesitas vestirte, tus amigos van a llegar pronto

- No mires - le grité.

- Claro - lo hace lentamente sin dejar de mirarme hasta que quedó completamente volteado.

- Amm, solo espera unos pocos segundos- dije un poco nerviosa.

Agarré sus brazos fuertes y musculosos, me faltó la respiración al tocarlos, pero no lo hice notorio, lo gire de modo que yo quedara al otro extremo de la habitación y el mirando hacia la ventana.

Me dirigí hacia mi armario, dejé la toalla a un lado y me puse un vestido suelto y corto amarillo, tuve la comodidad necesaria.

Él se comenzó a reír.

- ¿Por qué ríes? - le pregunté - ¿Qué te parece tan gracioso?

- Te vas a enojar si te lo digo.

Quizás se acordó de alguna ex y pasó una situación similar con una de ellas.

Al final me coloqué un par de zapatos blancos para luego decirle que ya puede voltear.

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