Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 39

Narra Gregory.

Me siento ofuscado, en realidad no sé en qué momento perdí a mi niña malcriada y lo peor de todo es que tampoco comprendo el por qué.

Ella es tan necia que no cede a su orgullo para darme una oportunidad de hablar y de aclarar las cosas, deseo saber sus motivos para poder comprender sus acciones, y no sentirme tan impotente como lo estoy ahora mismo.

He deseado buscar a otra mujer para ver si al menos lograría provocar celos en ella, pero ya lo he pensado mejor y hoy hablaré con Elizabeth así tenga que secuestrarla ya no aguanto más esta situación, yo no soy un crío para estar dejándome manejar por una niña inmadura que no sabe lo que quiere.

Pensando en cómo entraré a su casa, salí de mi despacho a toda prisa al llegar a la cochera me subí a mi Porsche blanco deportivo

Salí de mi residencia dejando las marcas de las llantas de mi auto en la calle, prendí la radio para distraer un poco mi mente porque me encontraba a 1 hora de distancia de la casa de la mujer que me tiene casi al darme un colapso mental.

Una hora después me encontraba tocando el timbre de la casa, esperando a que ella saliera, pero me resultó mucho mejor porque quien me recibió fue el ama de llaves de Elizabeth, quien sonrió al verme.

ꟷ Hola, hermosa — le dije al ama de llaves

ꟷ hola, señor Gregory, tenía tiempo sin verle— me respondió ella con el rostro ruborizado.

ꟷ Si, pero ya vendré más seguido incluso estoy pensando en mudarme aquí con ustedes — al escucharme ella abrió los ojos y la boca sorprendida.

ꟷ Usted y la señora Elizabeth se van a casar —que curiosa es esta ama de llaves.

ꟷ ¿Depende? — le dije con tristeza.

ꟷ ¿Depende de qué? — me volvió a preguntar con mucha curiosidad.

ꟷ De que me ayudes—dije sonriendo de lado.

Y en que lo puedo ayudar yo— me dijo emocionada.

ꟷ En mucho, en realidad quiero que me dejes entrar a la habitación de Elizabeth sin decirle que yo estoy aquí, eso sería bastante fácil para ti ꟷ traté de convencerla mostrándole mi cara de niño bueno.

ꟷ Está bien, la señora está en su habitación, pero dígale que entró por una ventana por favor, no se inventase algo — me sugirió ella nerviosa.

ꟷ Muchas gracias —dije dándole un beso en la mejilla y ella abrió los ojos más de lo normal.

Sin ponerle más atención al ama de llaves subí al segundo nivel y caminé en silencio porque se me olvidó preguntarle al ama por el perro faldero de Tayler.

La puerta de la habitación de Elizabeth se encontraba sin seguro, abrí la puerta con mucho cuidado para no despertarla, pero al entrar me llevé la sorpresa de que ella no estaba acostada.

Seguí buscando en la terraza y nada, al regresar a la habitación escuché sus gritos y gemidos provocando que por mi mente pasaran varias imágenes desagradables

¡Te mataré maldito turco! Pensé furioso mientras abría la puerta del baño donde me llevé otra sorpresa, pero esta vez fue una sorpresa muy agradable tanto que me hizo sentir deseos de disfrutarla de cerca y sin contenerme me acerqué a la tina donde se encontraba Elizabeth masturbándose a sí misma, con los ojos cerrados.

Nunca en mi vida he disfrutado tanto de ver a una mujer masturbarse, es realmente hermoso y me hace sentir afortunado y enfadado a la vez porque ella debió de ser más cuidadosa al cerrar la puerta con seguro.

¡Si por favor, ashhhhh! Jadeaba Elizabeth jalándome el pelo con fuerza enterrando mi cara dentro de su entrepierna o más de lo que ya estaba.

¡Hueles delicioso y estás exquisita! Dije volviendo a pasar la lengua de un extremo a otro sintiendo como salía de su coño el dulce néctar de su primer orgasmo, seguí succionando y chupando prolongando aquel orgasmo que la hizo gruñir desesperada.

Me puse de pie bajo su atenta mirada y cuando notó mis intenciones me preguntó.

¿Gregory no me tomarás?

Primero debemos hablar, porque el día en que te vuelva a coger tendrás que casarte conmigo y para eso vamos a poner todo claro ahora mismo, mira que me estoy conteniendo demasiado, Elizabeth. Pero no te quiero para un revolcón, te quiero en mi cama todos los días y en todo momento.

Narrador.

Gregory no pudo evitar desviar su mirada y observar la hermosa pancita de Elizabeth, deleitándose con aquella imagen, se emocionó tanto que su corazón empezó a latirle de prisa y fuerte lleno de alegría al saber que dentro de aquel vientre crecía una parte de él. Y era que Gregory estaba seguro de que aquella niña ese ser especial que lo hacía sonreír con solo acordarse de los latidos de su corazón o haberla visto detrás de aquella pantalla aquel día en el hospital era su hija y no de Edward.

Elizabeth lo miraba extrañada porque este la miraba fijamente sin decir nada, ella sin saber qué decir o cómo actuar se quedó tranquila sin sentir vergüenza por su desnudez, ya que Gregory le conocía el cuerpo completo.

Gregory se acercó a ella para empezar a acariciarle su barriga abultada, mientras Gregory le acariciaba el vientre lentamente la bebé de traviesa comenzó a patearle dejando a Elizabeth sorprendida porque su princesa nada más se movía con ella, por más que Melissa o Samantha le acariciaban el vientre la bebé nunca se movió y ahora con Gregory se movía a su antojo.

Por su parte Gregory al sentir a su hija moverse con él, se le salieron varias lágrimas de la emoción y empezó a sonreír, y acercó su cara hasta quedar pegado al vientre de Elizabeth, estando ahí le dio un beso de manera cariñosa, y sin borrar la sonrisa de su rostro le dijo a su hija.

Hola, princesa, soy tu papá. Te prometo que de ahora en adelante te protegeré a ti y a tu mamita sin importar si ella me quiere cerca o no, porque si de algo estoy 100% seguro es que las amo a las dos con todo mi corazón.

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