Una humana para el rey romance Capítulo 33

La tropa comandada por Josek había llegado a la Tribu Roschel, pero grande fue su sorpresa al encontrar todo destruido.

Carpas quemadas.

Cadáveres.

Sangre.

Destrucción y...

Una carta.

El chamán de la tribu tenía entre sus manos una carta, esta yacía sobre su pecho, esperando a que alguien la tomé y la lea.

Josek lo hizo.

Pero fue un grave error.

Al abrir la carta de está brotó humo negro.

Los soldados uno a uno se prepararon, Josek hizo lo mismo.

El humo negro formó siluetas de mirada perturbadora, que rodeaba a los 12 hombres.

-Atentos mis soldados. ¡No se dejen ganar! - Josek gritó con todas sus fuerzas.

Aquellas siluetas se acercaron con rapidez a los soldados, cada uno luchaba, pero era herido.

Eran rápidas.

Sus soldados cayeron muertos.

Josek se vio de pronto, solo, en medio de aquellas siluetas.

Estaba solo.

-Vengan aquí malditas ¡vengan! - gritó con toda su furia.

-No - las siluetas se desvanecieron. Y frente a Josek yacía una mujer, de cabellera violeta, mirada macabra y un exagerado maquillaje.

Como un payaso.

-Pobrecito - su voz chillona retumbó en la cabeza de Josek - ¿quieres ayuda? - nuevamente esa voz lo atormentó.

-Cállate perra - la mujer soltó una carcajada. Acomodó su cabellera y sonrió.

-No te dolerá. Morirás rápidamente - Josek la miró con coraje - o tal vez no - susurró lo último antes de aparecer frente a Josek como si nada.

Josek sintió encrucijada de una espada atravesarle el corazón.

-Adiós, adiós bebe - la mujer sacó la espada y dejó que el cuerpo frio de Josek cayera.

Y ella desapareció.

Josek miró el cielo nublado y con sus pocas fuerzas susurró.

-Perdóname mi reina - y su corazón se detuvo.

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