Una humana para el rey romance Capítulo 5

Arregló su corona y caminó hacia su ventana, en su mente solo rondaba un nombre Minesa.

Aquella muchacha era tan dulce y tan tierna, sus hermosos ojos cafés lo tentaban a perderse en ellos, su olor a miel y avellanas lo invitaban a tocar su piel.

El cuchicheó de la gente lo alteraba, quería volver aquella casa y seguir mirando esos hermosos ojos cafés, pero sus deberes como rey lo impedían de pasar tanto tiempo afuera.

Regresó con alegría, su bestia rugía con ferocidad, su corazón latía fuertemente y sus ojos brillaban.

Luego de dejar un cálido beso en la frente de Minesa se despidió de Dukak con la promesa de ayudar a Erthe Lompo, un maravilloso padre.

La puerta fue abierta y unos pasos se escucharon por toda la habitación, se detuvieron.

-Hermano, ya todos esperan por ti - habló la princesa.

El rey asintió levemente.

Al entrar al salón toda la gente aplaudía y hacía reverencia hacía el rey.

Llegó a su trono y con la mirada buscaba a Minesa, pero no la encontraba.

-Buenas noches mi gente, está noche celebraremos nuevamente otra Moon red, llena de amor y felicidad. Me complace mucho estar al lado de ustedes y que está noche recordemos una de nuestras más valiosas tradiciones. Así que bailen y disfruten está hermosa noche.

Los aplausos no se hicieron esperar, el rey se sentó en su trono y miró a toda la gente, había muchachas que lo miraban coquetamente, gente que se abrazaba y bailaba, una noche especial.

En su mente solo estaba el nombre de Minesa, aquella muchacha había cautivado a la bestia.

Mientras el rey miraba a su pueblo regocijar de alegría en la casa de Erthe Lompo había mucha tensión.

Dukak le había contado sobre aquella horrible acusación de Yated hacía Erthe.

-Es un desalmado - dijo enojado Erthe que sostenía su cabeza con sus manos

-Ten calma Erthe el rey personalmente vino y me prometió que no te haría nada ni a ti ni a Minesa

-¿Minesa? - preguntó Erthe mientras miraba a Dukak con enfado

-El rey pidió conocerla y cuando lo hizo quedó cautivado con ella, hasta besó la frente de tu hija - Erthe miró hacia la cocina ahí se encontraba Minesa quién lo miraba con tristeza.

Corrió a los brazos de su padre y se refugió en ellos.

Erthe acarició la cabellera de su hija.

-No permitiré que nadie te lastime - abrazó con más fuerza a su hija y suspiró con pesadez.

No le gustaba aquello que Dukak le había contado sobre el rey, Erthe solo quería que su hija no sufriera.

-Muy bien hecho mi querido Yated - habló aquel hombre, su cabellera negra y su cuerpo desprendía un aroma putrefacto. Le dio una sonrisa macabra a Yated quién lo miró con asco.

-Ahora entiendo Pagnu, eres un cerdo, anda al lago y daté un baño hueles a mierda

-¿Yo o tú? - Pagnu soltó una carcajada mientras tocaba su abultada panza

Llevaba un polo sucio que apenas le cubría su enorme barriga.

-Solo te digo Pagnu, ya me cansé de seguir haciendo esto. Esa muchacha no merece esto y menos Erthe - Pagnu cambió su rostro de calmado a enojado, golpeó la mesa.

-A esa escoria no me la menciones, y no me vengas como la imagen del gran Yated. Minesa será mía, la haré mi esposa, tomaré su cuerpo entre mis manos y la haré gemir toda la noche, cubriré mi cuerpo con su sudor y ella lo disfrutará - lamió sus labios

-Repugnante - Yated volteó a ver a su hijo comiendo una manzana - Sabes Pagnu - señalo Dortoko al gordo - ahora comprendo el motivo por el cual nunca te casaste, por ser un vil hombre

-¡Dortoko calla! - gritó Yated

-Solo haz lo que te pido, tráeme a Minesa o sino - tomo entre sus manos un cuchillo filudo y brillante - mataré a tu querida Mirta

Sonrió maliciosamente Pagnu.

Con dificultad Yated trago saliva atemorizado, solo guardo silencio mientras aquel lugar se sumía en la retumbante risa de Pagnu y sus murmullos deseando a la joven Minesa.

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