POV DEMETRIUS
Termino de trabajar y, como siempre, empieza mi tormento. El tormento que me ha acompañado los últimos cinco años: el saber que volveré a mi casa y no encontraré jamás a las personas que le daban sentido a mi vida.
El saber que no volvería a ver a Sophia, en la sala, esperándome para acercarse a mí y besarme. El saber que no volvería a ver a mis hijos bajar por las escaleras, muy felices, por mi regreso para poder jugar. El saber que nunca más iba a poder compartir una cena en familia, entre risas y bromas, sino que, por el contrario, solo tendría una enorme mesa vacía para mí solo. Ya no iba a volver a ver, JAMÁS, ninguno de sus rostros; no iba a poder admirar sus ojos, no iba a poder acariciarlos, no iba a poder hablarles ni escuchar sus voces, NO IBA A PODER ENCONTRAR NADA, ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA!
Y todo eso era culpa de una sola persona: Yadiel Varksov.
—¿Señor? —me distrae una voz.
—PASE Y TOME ASIENTO —ordeno a mi secretaria; y ella obedece.
—Señor, le preguntaba si ya podía retirarme. El turno ya terminó y…
—¿Y?
—Y… —me mira lujuriosa (ante lo cual sonrío) — no hay nadie en el piso; ya todos se fueron.
—¿Está segura de eso, señorita Parkins?
—Claro que sí, señor —musita seductora al cruzar sus piernas y así mostrarme el color de la ropa interior que usaba.
—Cada vez, falda más corta, señorita Parkins…
—¿Le parece, señor Hills? —cuestiona al ponerse de pie y caminar seductoramente hacia mí mientras se desabotona la traslúcida blusa que usaba.
—Me gusta esa blusa —señalo al girar mi silla hacia ella y tomar una de sus manos para jalarla y hacer que se sentara a horcajadas sobre mí.
—La compré pensando solo en usted, señor Hills
—¿En mí? —interrogo al comenzar a acariciar sus largas piernas y subirle la falda por completo.
Ante ello, la mujer no pierde el tiempo y comienza a bajar la bragueta de mi pantalón y, con mi ayuda, termina por bajar mi pantalón y bóxer. Se posiciona bien sobre mí y comienza a frotarse hasta que la detengo y hago que se arrodille ante mí para que hiciera lo que mejor sabe.
—Mmmmm… esto me gusta
—Entonces empieza ya —ordeno desinteresado al echar mi cabeza hacia atrás y empezar a disfrutar de un buen sexo oral.
Esto era lo único que me quedaba: saciar mis ganas con cualquier mujer fácil.
Sabía que jamás iba a volver a hacerle el amor a otra mujer que no fuese Sophia. Ella había sido el gran amor de mi vida y lo seguiría siendo; además, estaba completamente seguro de que nunca encontraría a alguien como mi mujer. Jamás encontraría a alguien a quien amar con la misma intensidad en que la amé a ella porque, sencillamente, eso era imposible. Mi amor por Sophia era infinito; por ninguna mujer podría llegar a sentir lo mismo. No sería posible.
—Gggghhhh —gruño de placer al tomar su cabeza y hundirme más en su boca—- Joder… qué buena eres… SÍ…, sí…, sí… todo… —gruño muy excitado cuando, de pronto, la puerta de mi oficina se abre sorpresivamente.
—¡MIERDA, DEMETRIUS! —exclama Maximun y yo separo a la mujer de mí bruscamente.
—¡JODER, MAXIMUN! —reniego y veo a la mujer—. VÍSTETE Y VETE —ordeno; y ella baja su falda, toma su blusa y sale de mi oficina.
—Mierda… ¿es en serio? ¿la secretaria?
—¿Qué carajos quieres, Maximun? No puedes entrar así a mi oficina cada vez que se te pegue la m@aldita gana.
—¿Sabes que tiene novio?
—Ese no es asunto mío —respondo al haber terminado de colocarme los pantalones—. ¿Qué haces aquí?
—Me acabo de enterar de lo que pretendes hacer, Demetrius.
—¿De qué me estás hablando?
—¡Joder, Demetrius! ¡Me enteré que piensas devolverle la bebé a Mezzla Vi! ¡¿Pero qué carajos tienes en la cabeza?! ¡¿Tienes alguna puta idea de lo que ese hombre puede hacerle a su propia hija?! ¡SOLO LA USARÁ PARA VENGARSE DE YADIEL VARKSOV!
—Ese no es asunto mío —contesto serio al tomar mi saco y portafolio para salir de mi oficina.
—¿A dónde carajos crees que vas?
—A mi casa.
—TÚ NO VAS A NINGÚN LADO ANTES DE QUE TERMINEMOS DE HABLAR
—¿CUÁL ES TU M@ALDITO PROBLEMA, MAXIMUN? ¿Por qué te interesa tanto esa mujer y su hija?
—Porque son inocentes y PORQUE TÚ NO ERES ASÍ, DEMETRIUS. Deja tu absurda venganza atrás.
—¡¿ABSURDA?! ¡¿TE PARECE ABSURDO QUE YADIEL VARKSOV HAYA MATADO A MI FAMILIA?!
—¡MIERDA! NO ES LO QUE QUISE DECIR.
—ENTONCES QUÉ CARAJOS QUISISTE DECIR
—No uses a esa mujer y su hija —pide una vez más.
—Ya tengo un plan, Maximun. No pienso echarme para atrás —señalo al salir de mi oficina y tomar el ascensor (al cual él también entra) —. JODER, deja de seguirme.
—No las uses, Demetrius. Las dos son inocentes.
—Te recuerdo que mi familia también lo era.
—No seas como Varksov. Por favor, Demetrius —me detiene antes de bajar del ascensor—, por ti, no cometas un grave error. Esa mujer y su hija no merecen nada de lo que sea que tengas planeado para ellas. Te podrías arrepentir.
—¿Me amenazas?
—NO.
—¿Entonces?
—Por favor, desiste.
—¿Es lo único que piensas repetir?
—Por ahora sí. Tengo la esperanza de que retrocedas.
—No lo haré.
—En ese caso… —se queda en silencio unos segundos—, me temo que no te dejaré en paz.
—Haz lo que quieras —es lo único que me limito a responder para después ir a mi auto.
Al llegar a aquel, me encuentro a mi secretaria recostada sobre el capó. Cuando me ve, me sonríe maliciosa y yo igual.
—Bueno… a terminar lo que empezamos —señalo al ir hacia ella y meterla a mi auto para terminar de hacerla mía.
POV NOEL
Ya estoy lista para la cena que tendría con él. Me sentía algo extraña, ya que, para ser sincera, parecía una especie de cita; una muy rara con un hombre muy raro.
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