VENDIDA (COMPLETA) romance Capítulo 47

NARRA RAQUEL

—  Nicolás, hola —lo saludo Jimena dándole un beso en la mejilla cuando nos acercamos a ellos, y sonrió— ¿Cómo has estado?

 

—  Bien, gracias —le respondió él, sonriendo y pronto desvío su mirada hacia mí— Wow, estás realmente preciosa —Habló mirándome de pies a cabeza

 

—Gracias, tú también —hablé sonriendo un poco sonrojada

 

—  Ehm, no tenías que venir Nicolás—dijo Joel—. te había dicho que te llevaría los otros documentos el lunes

 

—  Lo sé, pero vine fue a recoger a Raquel —Le dijo y me miró de nuevo— ¿Estás lista? —preguntó

 

—Sí, ya podemos irnos si quieres

 

— ¿Cómo? ¿Ustedes saldrán, juntos? —Preguntó Joel y arqueo la ceja

 

—  Sí, así es —le respondió él.

 

—  Ahm, no sabía que ahora ustedes eran tan amigos, tampoco que salían hasta de noche —Habló un poco celoso

 

— ¿A poco te pone celoso eso amor? —preguntó burlona su novia.

 

—  No, para nada, ni un poquito —Habló cruzando los brazos sobre su pecho. 

 

—Si lo estás, no lo niegues —le digo, burlándome de su actitud.

 

—  Ajá, claro. Nicolás espero que cuides a Raquel, te mataría si algo le pasara

 

—  Claro que lo haré Joel, no tienes ni que decirlo

 

—  Más te vale, y, ¿a qué hora terminara eso? —preguntó mi mejor amigo.

 

—  Joel, tú sabes cómo son esas cosas, a veces tardan y otras veces no, ya deja que se vayan, se les hará tarde

 

— ¡Está bien! —Rodeo los ojos— Llegas temprano, eh

 

— ¡Si papá! —reí bromeando— Adiós, nos vemos —Me despedí de ellos con un beso en la mejilla.

 

Nicolás también se despidió de ellos, luego caminamos hacia la puerta del departamento y salimos de ahí

 

(...)

 

—  Joel te quiere mucho, eso se nota —Comentó mientras me abría la puerta de su automóvil el cual estaba al frente del edificio donde vivo con Joel

 

—Sí, y yo también lo quiero —Hablé sonriendo— Somos como hermanos, por eso a veces actúa como hace un momento —Hablé, con su ayuda me subí al asiento de copiloto del automóvil

 

—  Eso explica todo —Habló y rio, cerró la puerta de su automóvil y se subió al mismo para después comenzar a manejar.

 

...

 

En cuestión de minutos llegamos al sitio del evento, este era en un club, muy lujoso, por cierto. No noté a tantas personas, no como en aquel evento de la empresa de los Pimentel, pero eso es por el motivo de todo, según Nicolás esté evento es para exponer el nuevo trabajo de dichosa empresa.

 

Nicolás se bajó del auto primero, me abrió la puerta y con su ayuda me baje del auto, luego de cerrar la puerta le dio sus llames a un muchacho de ahí para que le estacionara el auto, después entramos al club.

 

Todo estaba hermoso, muy elegante y por el aspecto del club supuse que venían sólo personas con mucho dinero. Caminamos hasta donde estaba llevándose a cabo el evento, era una sala enorme, todo arreglado perfectamente, había unas cincuenta personas o tal vez menos esparcidas por ese lugar murmurando cosas, también algunos meseros sirviendo aperitivos y bebidas, y al fondo había unos músicos tocando música clásica.

 

— ¿Quieres algo de tomar? —preguntó

 

—Sí, por favor —hablé amable y le sonreí

 

—  Está bien, no te muevas de acá entonces, ya regreso —Habló, asentí con la cabeza y él fue a buscar las bebidas

 

Me quedé mirando a todas partes, viendo si conocía a alguien, pero absolutamente todos eran perfectos desconocidos para mi hasta que escuché a una voz decir mi nombre a mis espaldas

 

— ¡Raquel! –Habló una voz masculina y rápido me giré para ver de quien se trataba

 

— ¿Thiago? —Hablé sorprendida, frente a mi estaba el pequeño sobrino de Erick— ¿Qué estás haciendo en este lugar? —pregunté confundida

 

—  Mis abuelos me trajeron, querían que toda la familia estuviera aquí —me respondió—

 

—Ahm, ¿tu tío está aquí también? —pregunté sin rodeos

 

—  No, la abuela dijo que no vendría, pero sé que si vendrá —habló y sonrió

 

—Mm, ¿dónde están tus abuelos? Me gustaría saludarlos

 

—  Por allá, ven —Habló el pequeño tomándome de la mano, luego caminamos hasta llegar al fondo del lugar

 

Ahí estaba sólo la madre de Erick acompañada de una señora

 

— ¡Abuela, abuela! —Habló impaciente

 

— ¿Qué ocurre Thiago? —Habló la madre de Erick, luego se voltea— ¿Raquel? —Habló sorprendida, asentí sonriendo— ¡Que gusto verte querida! Estás guapísima —habló con una sonrisa

 

—Lo mismo le digo y gracias, usted también lo está —hablé sonriendo

 

—  Maricela te presento a Raquel Martínez, fue… novia de mi hijo Erick —le comento a la señora con la que estaba platicando.

 

—  Mucho gusto, Maricela Gómez —Habló y fingió una sonrisa, me limite sólo a devolvérsela— Amiga hablamos luego, buscare a mi hija

 

—  Está bien, Thiago ve con Maricela, ¿sí? —él asintió y se marchó con la señora

 

— ¿Y su esposo? —pregunté

 

—  Afuera, está tratando de comunicarse con Erick para que venga, él dará un pequeño discurso antes de exponer el nuevo proyecto de la empresa

 

— ¿Este evento lo organizo su empresa? —pregunté sorprendida

 

—  Si, ¿no lo sabías?

 

—La verdad no, de haberlo sabido no hubiera venido y no lo tome a mal, es sólo que... —Hablé, pero la madre de Erick me interrumpió

 

—  No quieres toparte con Erick —Habló, terminando lo que yo diría— Lo sé todo, él me contó lo que ocurrió entre ustedes, el por qué se separaron

 

— ¿Lo sabe todo? —arquee una ceja

 

—  Sí y no me enorgullece lo que hizo, él es un buen muchacho, pero se portó como un imbécil, nunca debió hacerte eso

 

—Supongo que el alcohol cambia a las personas —Hablé, diría algo más, pero una voz masculina me interrumpió

 

—  Cariño hablé con Erick, acaba de llegar —Habló el padre de Erick después de acercarse a nosotras

 

— ¿Erick está aquí? —Pregunté, me empezaba a poner nerviosa

 

—  Oh, no te había visto, perdóname, que gusto verte —habló Enzo con una sonrisa— Sí, entrara en un momento —me respondió y mi corazón se aceleró de una manera increíble en cuestión de segundos

 

—No se preocupe, digo lo mismo señor —Le devolví la sonrisa— Ehm, debo ir con mi amigo, discúlpenme

 

—  No te preocupes, ve —dice la madre del ojiverde y me sonrió

 

...

 

» No debí aceptar venir a este evento «. —Me repetía una y otra vez en mi mente mientras caminaba por ese lugar buscando a Nicolás.

 

En ningún momento pensé que este evento lo estaría organizando la empresa de Erick, o sea, sé desde antes cual es el trabajo que hacen ahí, pero de igual manera no lo pensé jamás.

 

No negaré que moría de ganar por verlo de nuevo, pero lo mejor era no hacerlo, cuando estamos juntos sólo hay problemas.

 

Y yo pensando que esta noche seria tranquila, que me divertiría estando con Nicolás, pero supongo que no será así con la presencia de Erick

 

— ¡Raquel! —dice Nicolás haciéndome salir de mis pensamientos, él estaba frente a mí y en ambas manos llevaba dos copas con champaña— ¿Dónde te habías metido? Te estaba buscando desde hace rato —Pregunté, al momento no le respondí, sólo le quité la copa que tenía en su mano izquierda y de un solo sorbo me debí toda la champaña— Hey, hazlo más de espacio —me recomendó y rio

 

—Perdón, ¿me decías? —Hablé, no alcanzó a repetirme su pregunta porque me dieron nauseas en ese momento, creo que no debí tomarme eso así de rápido— Tengo que ir al baño, vomitaré —Hablé, tapé mi boca con mi mano derecha y lo más rápido que pude me dirigí al baño de dañas, en cuanto entre comencé a vomitar en uno de los inodoros.

 

Terminé de vomitar y le bajé al inodoro, luego caminé hacia el lava manos, encima del mismo coloqué mi bolso del cual saqué un caramelo de menta y me lo comí después de lavarme la boca con agua. Me miré por un momento en el espejo y quizás Jimena exagera al decirme que debo ir al médico, no tengo cara de estar enferma.

 

Abrí nuevamente el grifo de agua y lavé mis manos, en ese momento escuché que una voz masculina habló a mis espaldas

 

—  Ese vestido te queda increíble, me encanta —De inmediato reconocí esa voz, era imposible no hacerlo

 

—Erick —Murmuré levantando mi vista al espejo donde pude verlo, él estaba arre costado en la columna de una pared cruzado de brazos y sin quitarme la mirada de encima

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