VENDIDA (COMPLETA) romance Capítulo 49

NARRA RAQUEL

Para mi mala suerte la chica que estaba frente a mí resulto ser la insoportable de Alondra.

 

— ¡Lo que me faltaba! —Murmuré rodeando los ojos.

 

— ¿Cómo? —Habló la insoportable esa, después de chequear que su vestido no estuviera manchado con su bebida alzó la mirada hacia mí y me miro con cara de asco. — Ash, tenías que ser tú —Habló en tono molesta.

 

—Para mí también es un asco verte, querida —Dije, y fingí una sonrisa

 

— ¡Como sea! —rodeó los ojos— ¿No te disculparas conmigo? —pregunto, y arqueo una ceja— O sea, que aparte de torpe, también eres maleducada.

 

. —Suspiré—. Disculpa, no era mi intención. —Hablé sin ninguna expresión en mi rostro

 

—  Si, como no —Habló con sarcasmo.

 

— ¡Adiós! —Hablé, iba a marcharme, pero su voz me detuvo.

 

— ¡No te vayas! Quédate, hablemos. —Habló amigable, sabía que sólo fingía, ella me detesta tanto como yo a ella.

 

—Olvídalo, no tengo nada que hablar contigo. —Hablé negándome, luego me di la vuelta, pero ella me tomó del brazo

 

— ¡Tú no te irás! Primero me dirás, ¿a qué viniste? —preguntó.

 

—No es tú problema Alondra —Hablé seria— ¡Y suéltame! —Dije, bruscamente me solté de su agarre.

 

—  Oh, claro que sí lo es. De seguro viniste por Erick, ¿no es así?

 

—No vine por nadie y si lo que quieres es discutir conmigo, pierdes tú tiempo porque no lo haré, no le arruinaré este evento a... —Hablé, antes que terminara Alondra me interrumpió.

 

— ¿A Erick? —Habló, y arqueo una ceja.

 

—No, a la señora Daysi y a su esposo

 

—  Si claro, a ellos —Habló con sarcasmo— Mira, por tú bien más te vale que... —Habló, justo en ese momento apareció Nicolás y la interrumpió.

 

—  Perdonen, ¿interrumpo algo? —intervino Nicholas, y arqueo una ceja.

 

—No, no interrumpes nada —Hablé.

 

—  Si, yo ya me iba. —Habló y se acercó a mí, juntando su mejilla con la mía— Ya lo sabes, no te quiero cerca de Erick —susurro en mi oído. — ¡Adiós amiga! Con permiso —dicho eso se marchó.

 

—  Tardaste mucho —comenta Nicolas—. Ya empezaba a preocuparme por ti.

 

—Tranquilo, estoy bien, tarde porque me quedé retocando mi maquillaje —mentí.

 

— ¿Segura que lo estás? —pregunto arqueando una de sus cejas

 

—Si, bueno no, ese trago me cayó un poco mal.

 

—  Oh, perdóname, no debí darte...

 

—No pidas perdón, no fue tú culpa —hablé sonriendo.

 

—  Bueno, si tú lo dices —sonrió de lado

 

— ¿Podrías llevarme devuelta al departamento de Joel? —pregunté.

 

—  Si eso quieres, sí, vámonos —Habló, luego salimos de ese lugar.

 

En la salida del club me encontré con Ricardo, nosotros estuvimos platicando unos minutos mientras esperaba que Nicolás volviera con su automóvil; él me conto algunas cosas, entre ellas que Schadia vendrá en unas semanas, escuchar eso me alegro mucho, ella me hace mucha falta.

 

Nicolás detuvo el auto frente a nosotros, luego se bajó y me abrió la puerta del mismo, me despedí de Ricardo y me subí al automóvil. Después que cerró la puerta Nicolás se subió y comenzó a manejar.

 

En pocos minutos llegamos al edificio donde vivo con Joel, Nicolás estaciono el automóvil y como todo un caballero se bajó luego del carro, camino a mi puerta y la abrió.

 

—Gracias —sonreí mientras me bajaba del auto—. Y perdón por arruinarte la noche

 

—  tranquila, no la arruinaste —habló Nicolas y me sonrió.

 

—Si tú lo dices, bueno tengo que subir, adiós —me acerqué a él y dejé un beso en su mejilla

 

—  Adiós, nos vemos pronto.

 

Caminé a la entrada del edificio, cuando entré me dirigí al elevador, este se abrió al instante y unas personas salieron, yo entre y apreté el botón del piso 5, y a los segundos se abrió.

 

Salí del elevador, saqué las llaves del departamento y entré, todo estaba oscuro, quizás los chicos estén durmiendo. Encendí las luces y me senté a pensar en el sofá durante unos minutos, de pronto escuché unos ruidos provenientes de arriba

 

—¿Será que los chicos siguen despiertos? —murmuré frunciendo el ceño.

 

Me levanté del sofá y apagué la luz de la sala, luego subí las escaleras; ya no se escuchaba nada, pero de igual manera me dirigí a la habitación de Joel, y mientras me acercaba se notaba por debajo de la puerta que la luz estaba encendida.

 

Sin tocar abrí la puerta, pero me arrepentí segundos después cuando vi a Joel encima de Jimena, sólo con una sábana cubriendo sus cuerpos desnudos, estaban teniendo relaciones.

 

—Chicos... ¡Oh, disculpen! —Hablé, después de ver lo que hacían rápido me volteé

 

— ¡Raquel rayos, toca antes de entrar! —Elevó la voz Joel mientras se quitaba de encima de Jimena

 

—¡Perdón! No sabía que ustedes, bueno ya saben... Pero ignórenme, sigan en lo suyo —Hablé, sin voltear cerré la puerta como pude, antes de irme escuché a Jimena hablar.

 

— ¡Te dije que cerraras bajo llave la puerta! —escucho como mi amiga le reclama a su novio un tanto enojada.

 

— ¡Perdón! No sabía que esto pasaría. —le respondió él.

 

No escuché nada más porque entre a mi cuarto. Hice como si nada hubiera pasado y caminé a mi closet, saqué un pijama que consiste en unos shorts y un suéter rosado; pase al baño, me di una ducha corta y cuando salí me vestí para después acostarme a tratar de dormir.

 

AL DÍA SIGUIENTE.

 

Desperté un poco tarde gracias a que anoche no pegué el ojo durante toda la noche por estar pensando en Erick y el beso que me dio en ese evento ayer

 

Me estiré en la cama y me levanté luego, camine al baño que está en mi habitación, al entrar cepille mis dientes e hice mis necesidades, cuando acabe salí de allí y baje a la sala.

 

Ahí me encontré a Jimena sentada en el sofá revisando su celular.

 

—¡Buen día! —Hablé cuando terminé de bajar las escaleras.

 

—  Ahm, buen día —me miro y sonrió con timidez, se notaba apenada por lo de anoche todavía—. Tu desayuno está en el microondas

 

—Okey —hablé, luego fui a la cocina

 

Abrí el microondas y saque mi comida, eran panqueques: me serví jugo de naranja, les eche a los panqueques crema batida, sirope de chocolate y fresas, tome el plato con los mismos y camine a la sala mientras tomaba un sorbo de jugo

 

—¿Dónde está Joel? —Pregunté, dejé el jugo en la mesita de cristal frente a nosotras, me senté en el mueble y me dispuse a comer mis panqueques, estaban deliciosos

 

—  Salió a comprar algunas cosas que hacen falta —me respondió

 

—Ahm, ya —dije, luego seguí comiendo.

 

—  Oye..., respecto a lo de anoche...

 

— Anoche nada —le corto—. No vi absolutamente nada, así que estate quieta.

 

—  Vale —asiente, riendo por lo bajo—. Por cierto, ¿cómo te fue con Nicolás?

 

—Bien, bueno eso creo... —Hablé y encogí mis hombros— Debo contarte algo que paso —Dije, y suspiré

 

—  Antes de eso, mira lo que tengo aquí —Dijo, luego agarro una caja que tenía a su lado en el sofá y me la mostro.

 

—¿Una prueba de embarazo? —preguntó arqueando una ceja, luego lleve a mi boca un trozo de mis panqueques.

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