VENDIDA (COMPLETA) romance Capítulo 56

NARRA RAQUEL

Xx: ¿Te encuentras bien? —preguntó aquel chico, su voz me parecía conocida

 

Temblorosa asentí con la cabeza, después quité de encima mío al sujeto con cara de drogadicto mío y me levanté de la cintura para arriba luego de haberme acomodado el vestido.

 

Xx: Un momento. No veo nada —Habló y lanzó al suelo un palo, con eso supuse que golpeo al otro hombre. Después saco del bolsillo de su pantalón su celular, lo encendió, puso la linterna y alumbro hacia mí. — ¿Raquel? —Habló aquel chico cuya voz me parecía conocido frunciendo el ceño. Al mirarlo entendí por qué.

 

—Erick —Hablé, de sólo verlo sentí una alegría inmensa. Me levanté rápido y lo abracé fuerte, mientras mis lágrimas caían por mis mejillas todavía. Duré unos segundos más abrazándolo, luego me separé de él. — ¿Cómo es que estás aquí? —pregunté confundida, todavía temblando del susto

 

Erick: Estaba con mi hermana en su casa, vive por acá. Y cuando me iba escuche que alguien pidió ayuda y vine a ver qué pasaba. Pero jamás imagine encontrarte aquí. ¿Estás bien? —preguntó. — ¿Este maldito qué te hizo?

 

—Sí. —respondí limpiando mis lágrimas. — Él sólo me bofeteo, no pudo hacerme nada más, llegaste a tiempo. — Hablé, luego miré a aquel hombre en el suelo, ni siquiera se movía. — ¿Está muerto? —pregunté mirando a Erick

 

Erick se agachó y puso dos de sus dedos en el cuello de aquel sujeto para tomarle el pulso.

 

Erick: No —respondió después que se levantó. — Sólo esta inconsciente, vámonos antes que despierte — Habló, yo sólo asentí.

 

El automóvil de Erick no estaba tan lejos así que no caminamos mucho, sólo unos cuantos pasos después de salir del callejón. Cuando llegamos a su auto sentí como algunas gotas de agua caían sobre mí, eso era señal de que iba a llover esta noche; Erick me abrió la puerta de copiloto, rápidamente me subí y después él.

 

Erick: Aun no entiendo que hacías ahí, en ese callejón. ¿Cómo fue que terminaste en esta parte de la ciudad? —preguntó mientras encendía el carro, luego comenzó a manejar.

 

—Me perdí. —Suspiré, y comencé a contarle lo que sucedió.

 

Después que le conté entendió todo y al saber que Nicolás me beso a la fuerza Erick se puso furioso, tanto que prometió romperle la cara la próxima vez que se lo encontrara sin importar el lugar. También me regaño porque no llame a alguien, a él o a Joel para que viniera por mí y así no me hubiera pasado nada, pero, en fin, ya después de varios minutos en carretera...

 

—Erick —Hablé para llamar su atención.

 

Erick: Si, dime —habló sin quitar la mirada de la carretera.

 

—No me lleves al departamento de Joel, ¿puedo quedarme esta noche en tu casa? —pregunté

 

Erick: Por supuesto, si eso quieres. Pero, ¿por qué no quieres ir al departamento? —me miro por un momento y levanto su ceja, después miro nuevamente la carretera.

 

—Joel debe estar durmiendo, no quiero molestarlo. Mañana temprano iré.

 

Erick no habló más, y yo tampoco. Él espero hasta la próxima esquina y dio vuelta a la izquierda, luego siguió de largo hasta llegar a su casa. Justo cuando llegamos empezó a llover más fuerte.

 

Erick: Diablos —murmuró él después de detener su auto frente a la casa, y se quitó su saco. — Póntelo, así no te mojas tanto. —Habló dándomelo.

 

Sólo le sonreí y me lo puse.

 

Erick se bajó primero y me abrió la puerta, como todo un caballero. Me baje y ambos salimos corriendo para no mojarnos tanto hasta que llegamos a la puerta de su casa. Él saco las llaves de su bolsillo y abrió la puerta.

 

Erick: Adelante, estás en tu casa —Habló sonriendo después que abrió la puerta.

 

—Si, eso parece. Gracias por las sabanas —le sonreí.

 

Erick: No es nada. —me sonrió, su sonrisa me encantaba. — Bueno, te dejo para que te cambies. Si necesitas algo estoy en mi habitación.

 

—Si, está bien y de nuevo gracias. —Hablé sonriéndole.

 

Él me devolvió la sonrisa, y sin decir nada se marchó. Cerré la puerta de la habitación, dejé las sabanas en la cama y me vestí.

 

Tendí la cama, apagué la luz y me acosté a dormir.

 

...

 

No podía dormir.

 

Hacía mucho frío y no paraba de llover, cada minuto que pasaba llovía más y más fuerte. Sólo deseaba que no tronara, eso me asustaba.

 

Tomé mi celular, eran casi las dos de la madrugada. Desbloqueé el teléfono y tenía algunos mensajes, todos de Nicolás así que los ignoré, y bloqueé su número. No quería saber nada de él.

 

Después de unos minutos revisando mi celular lo dejé en la mesita de noche, me acomodé en la cama y cerré mis ojos. Justo en ese instante se escuchó un fuerte ruido y la habitación se ilumino por completo, era un trueno. Me asusté, sin embargo, no salí de la habitación

 

Cuando escuché que cayó el segundo me levanté rápido y sin pensarlo salí rumbo a la habitación de Erick.

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