PDV Teresa
Tomas… Vincent
había dicho que Tomas le conto sobre una mujer que se embarazo de él sin su
consentimiento, le conto eso.
Al escucharlo, a
mi cabeza vinieron imágenes de Tomas y Clara, y más que todo cuando esta última
intervino mientras Tomas quería hacerme creer su historia absurda sobre como
ella quedo encinta de él.
La historia de
Tomas era tonta, y al límite, nadie creería eso, yo no lo creí, pero ahora
Vincent me dijo algo acerca de él, la curiosidad me invadió.
— ¿Qué fue lo que
te conto Tomas, Vincent? —le pregunte, la anticipación inundo mi voz.
—Es una historia
algo larga de contar Teresa, mejor lo dejamos para otro día, tenemos que seguir
nuestro camino.
—Vincent, no me
gusta que me cuentes cosas a medias, habla.
—Pero Teresa…
—Vincent…
—No me mires así,
¿Ves? ¿Por qué eres así con Tomas y no conmigo? Cada puñalada que me das en el
corazón es peor que la anterior ¿Lo sabias?
—Vincent, es
importante, cuéntame que hablaste con Tomas con respecto a ese tema, hazlo.
—Está bien, está
bien, pero me la debes, y me la cobrare después.
—Bien, bien, pero
empieza a hablar.
—Bueno Teresa,
aunque no lo creas, Tomas está casado —Vincent hizo una pausa dramática al
decir eso último.
Quiso dejarme en
suspenso… es una pena que ya sabía eso.
El que termino
sorprendiéndose al final fue Vincent al enterarse de que ya sabía que Tomas
estaba casado y que incluso ya había conocido a Clara, me empezó a decir varias
veces sobre lo herido que estaba de que a pesar de saber que Tomas estaba
casado, aun así acepte estar con él.
Tuve que
insistirle para que dejara eso a un lado y continuara con la historia.
Vincent siguió
hablando, y al final llego al punto que me interesaba, la forma en la cual
Clara se embarazo.
Estaba segura de
que Tomas y Clara habían engendrado a ese niño por la vía “natural”, pensaba
que habían tenido sexo todo este tiempo y al final debido a eso lo engendraron
por accidente, pero Vincent me conto la forma en la cual según Tomas, Clara se
embarazo.
La historia que
le conto era la misma que me conto a mí, solo que más extendida, diciéndole a
Vincent como fue que Clara le pago a la empleada de Tomas para ayudarla en lo
que planeaba.
Al escuchar sobre
la empleada de Tomas, recordé a Sarah, esta fue la mujer que me recibió la
primera vez que fui a su casa, y no esperaba que lo vendiera de ese modo.
Al final Vincent
termino la historia, diciéndome que Sarah huyo después de haberse cumplido
todo, y ahora Tomas estaba teniendo problemas con Clara, ya que esta última quería
usar su embarazo para hacer que Tomas se quedara a su lado.
Según Vincent,
Clara se la estaba poniendo difícil, ya que ninguna de las opciones que le daba
a Tomas era realmente buena, al escuchar todo, Daisy y yo nos miramos, ambas
quedamos sorprendidas.
Las 2 habíamos
pensado que la historia de Tomas era una mentira, y una muy descarada, pero una
cosa era que me contara esto a mí en un momento agitado como lo fue cuando me
iba del hospital y otra muy distinta era que le contara esto a Vincent por
teléfono cuando estaba calmado y en su casa.
No había razones
para que le mintiera a Vincent, y menos con esa historia, si iba a mentirle al
menos debía contar una mejor historia, pero le dijo a él la misma versión que a
mí, parece que no estaba mintiendo.
Mi opinión de
Tomas volvió a cambiar de nuevo, lo que paso en el hospital me hizo verlo muy
mal, pero lo que Vincent me conto me hizo cambiar de idea.
Hasta me sentí
aliviada al pensar en la posibilidad de que Tomas y Clara no habían tenido sexo
como pensaba en un principio, eso me contento.
— ¿Qué piensa
hacer Tomas? —le pregunto a Vincent.
—No sea aún, por
los momentos no sabe cómo va a enfrentar la situación de Clara.
—Ya veo, ¿Aunque
de verdad piensas que dice la verdad Vincent? —le pregunto Daisy.
—Pues si Daisy.
— ¿De verdad
piensas que su historia es cierta?
—Daisy, ¿Qué
motivos tiene Tomas para mentirme a mí con respecto a ese asunto? No hay razón
para que me mienta, y si lo hiciera debió inventarse una mejor historia que esa
¿No crees? Confió en lo que dice, no es de esos tipos que mentirían de ese modo
en asuntos como esos.
Confianza…
Vincent y Tomas se conocían desde hace años, ambos tenían una estrecha
relación, pero yo todavía no podía confiar del todo en Tomas, necesitaba al
menos hablar con él y ver que tenía que decir sobre lo de Clara.
Necesitaba verlo,
pero hacer eso iba a ser difícil teniendo en cuenta la forma en la cual nos
despedimos la última vez…
—Bien, ya duramos
mucho aquí, vamos, tenemos que continuar —nos dijo Vincent.
—Vamos Teresa
—Daisy me tomo del brazo y empezó a caminar conmigo.
Las 2 hablamos
mientras avanzamos sobre lo último que nos habíamos enterado mientras Vincent
nos seguía desde atrás.
—Ahora que lo
veo… las 2 tienen unas partes traseras bastante firmes ¿Lo sabían? Se nota a
través de sus pantalones ¿Qué les parecería hacer un poco de Twerk juntas? Yo
les ayudaría a grabarlo para que quede para la posteridad.
—Vincent… cada
vez que hablas me haces dudas del por qué te defendí de los comentarios de
Teresa.
—Vamos Daisy,
¿Nunca lo has pensado hacer? Las 2 se verían muy bien si se ponen de rodillas
en un sillón y empiezan a mover sus atributos al son de la música —por el tono
que uso no sabía si lo decía en serio o era broma.
—Ya quisieras
Vincent, no pienses que voy a hacer eso de Twerk para ti —le conteste.
—Vamos Teresa, lo
que tienes allí abajo nació para eso, no te hagas de rogar.
—Nunca lo eh
hecho en mi vida, ni siquiera sé cómo hacerlo.
acerté al blanco aumentaron al instante.
Termine vaciando
el primer cargador, tome otro y recargue el arma, nos habían enseñado como
hacerlo, y dentro de poco vacié ese también, y no tarde mucho en ponerle la 3
ronda y vaciar esa también, ya no habían mas cargadores.
Cuando me di
cuenta de que ya había terminado, baje el arme, sentí que alguien me miraba y
me gire, Vincent y Daisy me estaban mirando de forma rara.
— ¿Qué pasa? —les
pregunte.
— ¿Lo ves Daisy?
Por eso las mujeres no pueden tener armas en sus manos —dijo Vincent mientras
me señalaba.
— ¿Qué quieres
decir con eso Vincent? —le pregunte mientras movía mi arma en su dirección.
— ¡No me apuntes
con eso tonta! —me dijo mientras movía el cañón hacia otro lado.
—Cálmate, está
vacío, no tiene balas.
Moví con
diversión la pistola para demostrar ese punto mientras Vincent seguía quitando
el cañón de su dirección, cuando la pistola soltó una última bala, los 3 nos
quedamos sorprendidos, en especial Vincent, quien me miro enojado.
Parece que se había
atascado y ahora fue que salió… que cerca estuvo…
—Teresa… acabas
de demostrar mi punto sobre que las mujeres no deberían tener armas —era la 2
vez que Vincent se enojaba de verdad conmigo…
Después de eso,
Vincent nos dijo que Daisy y yo no debíamos quedarnos más tiempo aquí, y
entonces salimos los 3, él dijo que se arreglaría los detalles con sus socios y
también me dijo que en el futuro iba a tener mucho más trabajo, ahora que su
mitad, él no iba a cargar solo con el castigo de su padre.
Yo iba a tener
que encargarme de toda la asociación con esta armería, Vincent me pasó muchos
documentos que debía revisar, ahora estaba cargada por completo de trabajo.
Después de salir
de esa armería, Daisy se fue a su casa y yo regrese a la mía, al llegar me
quede viendo el número de Tomas fijamente sin saber qué hacer, la última vez
que nos vimos, las cosas acabaron terriblemente, llamarlo para verlo de nuevo
no era fácil.
Al final me puse
a hacer el trabajo que Vincent me dio, pasando así el resto del día, no pude
llamar a Tomas, fui a la universidad y de allí pase cerca de la casa de este
último, la mire unos momentos antes de irme.
Lo había
abofeteado y lo llame mentiroso, de seguro debe pensar muy mal de mí, regrese a
mi cuarto y continúe con el trabajo que Vincent me encargo mientras seguía
pensando la mejor forma de poder contactar y hablar con Tomas, y mientras
estaba en eso, recibí la llamada de un número desconocido.
No sabía a quién
pertenecía ese número, pero de todas formas lo respondí para ver quién era,
quizás era un conocido que se cambió de teléfono.
Salude, y
pregunte quien era, cuando la voz de Clara sonó a través del teléfono, me
congele unos momentos mientras esta seguía hablando.
No pude escuchar
las otras cosas que dijo, y solo escuche lo que dijo al final.
Según ella… ambas
teníamos que hablar a solas y sin que nadie nos interrumpiera.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO